Parece que Spike Lee ha quedado relegado en los últimos años a la figura marginal de cineasta gruñón que se dedica a contar el número de personajes negros que aparecen en las películas de sus compañeros de profesión. Su trayectoria cinematográfica ocupa ahora un discreto segundo plano, con ejemplo final, a la fecha, para la irregular "Infiltrado en el KKKlan". Pero hubo un tiempo, tan lejano como cercano, pues el cine no caduca nunca, en que el cine de Spike Lee era la bomba. En cierto sentido, literalmente. Y a esa época de esplendor pertenece "Haz lo que debas".
Public Enemy atizando desde el minuto cero: rap sin concesiones: el rap de finales de los ochenta, época dorada del movimiento musical: reivindicativo y omnipresente. Canciones disparadas que formaban auténticos himnos épicos de revolución social, promulgadas para remover actitudes y demoler conciencias, sonaban constantemente en las frecuencias moduladas de la radio, con una capacidad de llegar al gran público que no se conocía desde que los agitados años sesenta se llevaron por delante a Martin Luther King y Malcolm X.
Spike Lee recoge ese espíritu combativo pero colocando por delante la verdad del que habita en ese tiempo y en ese lugar: treinta años, afroamericano y vecino del distrito de Brooklyn: director, productor, guionista e intérprete: haz lo que tienes que hacer. Y en un barrio negro de Brooklyn, en Bed-Stuy, hace un calor infernal: típico tórrido día del caluroso verano neoyorquino. Cinta colorida y coral, de reparto plurirracial, vanguardista en su puesta en escena y en el tratamiento de la música y de la trama. Spike Lee derriba estereotipos y tiene estopa de sobra para repartir, sin mirar el color de piel de cada personaje, agitando poco a poco un cóctel que se convierte en Molotov en cuanto se le arrima una chispa: de la comedia al drama. Todos estadounidenses, pero todos con un origen en otra parte, quién sabe cuantas generaciones anteriores, en un lugar lejano e idealizado al que aferran su identidad de tribu de forma inexplicable y del que sólo extraen orgullos vacíos y prejuicios indestructibles. En esta película nadie parece inocente y a nadie se le declara culpable. Bueno, a nadie excepto a la policía, por supuesto. Fuck the police comin' straight from the underground / A young nigga got it bad 'cause I'm brown, rimaban con fiereza los N.W.A. Aquella actitud.
Creo que es la película que más me gusta de Spike Lee. La del infiltrado en el KKK aún tengo pendiente verla.
ResponderEliminarSaludos!!
La mejor de Spike Lee, y poco más, que no es poco...
ResponderEliminarUn saludo.
Su ópera prima "Nola Darling" vista ahora tiene su encanto del cine indie ochentero. Me gustó mucho "Mo´Better Blues" y me decepcionó en "Jungle Fever". Creo que Spike anda ahora algo perdido en películas que han pinchado en la taquilla "Miracle at Santa Anna" y aburridos biopics como "Malcom X
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.