sábado, agosto 26, 2006

"Caché", de Michael Haneke

No me jodas que ya se ha acabado.
Ese es el exabrupto que mis allegados han oído emerger de mis labios al aparecer en la pantalla los títulos de crédito. A la sugerencia de que si tenia pensado escribir algo de esta película, empezara con tan singular epitafio (ahora que lo pienso, no iba a quedar nada mal en la lápida de un cementerio), correspondo con gusto, ya que no se me ocurre nada más certero y acertado para ilustrar la sensación que me ha quedado dentro.
En fin, una interesante película francesa de intriga, con Daniel Auteuil y Juliette Binoche en los papeles principales, que francamente me estaba gustando, así que tendré que rebuscar en algún blog amigo para que me desvele el sentido sin duda escondido (caché).

lunes, agosto 14, 2006

Novela. "El guitarrista", de Luis Landero



Alguien me dijo hace ya algún tiempo que esta novela me iba a gustar. Y me ha gustado, el principio sobre todo, el final algo menos. El protagonista, Emilio, es un joven que trabaja de aprendiz en un taller mecánico y que por las noches acude a una academia, y que ha aprendido a dormir con el ojo izquierdo mientras atiende con el derecho. La novela empieza diciendo que antes de que sospechara que algún día llegaría a ser escritor, había sido guitarrista. Y es esa metamorfosis de aprendiz de mecánico a guitarrista la que narra el libro.
Yo creo que es una historia de personajes, no, de personas, de "gentes de paso", como él les llama. Una madre costurera por su cuenta, que admite huéspedes en la casa. Este personaje se me queda corto, como en el caso de Tránsito Ariza en "El amor en los tiempos del cólera" de García Márquez, el mejor personaje de la novela. De ella dice en la frase que más me ha gustado del libro: "Hablaba y actuaba con la dulzura y el aplomo de quien ha llegado a la madurez sin guardarle rencor a la juventud y a sus promesas incumplidas". Yo, de mayor, también quiero ser así. Raimundo, ese primo que salió un día del pueblo para ser chapista y que en París triunfa como guitarrista en un tablado flamenco. Don Osorio, el jefe del taller, y Adriana, su mujer. El señor Rodó, el profesor de filosofía de la academia, el señor Burriac, el señor Rives, un empresario con los zapatos gastados de tanto uso... Sí, es una novela de personas, cada una con su historia, cuya existencia se cruza con la de Emilio en algún momento, para continuar después por caminos divergentes. Lo peor de la novela, la historia de amor, que no me resultó creíble. Aunque, quizá sea que, como Ëmil, la leía con el ojo izquierdo.

viernes, agosto 11, 2006

"La boda del monzón", de Mira Nair


Cualquier zona del mundo que tenga tradiciones ancestrales y que en la actualidad se vea sumida en la aculturación de la civilización occidental, es lo que ahora se denomina tierra de contrastes. Creo que la película intenta hablar de esto, mostrando los abruptos abismos generacionales que se producen entre padres casados en matrimonios concertados e hijos que viven en la sociedad del chip, pero que también se ven obligados a aceptar las costumbres de sus mayores: se enseña que un noviazgo voluntario no asegura el éxito, fórmula que nadie posee. Así, la organización de una boda sirve de excusa para mostrar, no el choque sino la aceptación, pues entre los indios hay grandes comerciantes y hábiles negociadores (estuve en Andorra en una tienda llamada "Tagore", con dependientes hindúes llamados Jordi o Xavi: las hay por todo el mundo: el badulake). Sin embargo todo tiene su límite y al final lo más importante son el honor y la decencia. Palabras extrañas.
Mucha música raga y vistazos a la ciudad de Nueva Delhi le dan un toque poético. Por otro lado, aspecto Bollywood que le da un toque de culebrón venezolano.
Me gusto más "Quiero ser como Beckham".