jueves, abril 13, 2017

Doce

Este pequeño Licantropunk cumple doce años y, como de costumbre, la persona que recuerda todas las fechas le hace un regalo, el libro "Atrapad la vida" de Andréi Tarkovski. El gran director soviético no sólo legó un testamento fílmico que constituye una de las más fascinantes muestras de Arte cinematográfico que cualquier cinéfilo que se precie podrá nunca admirar, sino que también desarrolló por escrito su visión del cine, una teoría arrolladora e indomable que logró materializar con éxito en los fotogramas de sus películas: Tarkovski no tomaba prisioneros: no estaba dispuesto a concesiones para lograr el favor del público y sí a permitir que el espectador atento alcanzara instantes de revelación, atrapara lo inaprensible y reflexionara profundamente sobre la condición humana.
Doce años de Licantropunk, que han sido, que siguen siendo, una búsqueda: la epopeya de la imagen en movimiento, la indagación detrás de títulos de películas y nombres de cineastas, a ver qué sensaciones y qué pensamientos se ofrecen en la siguiente proyección, dos horas de evasión, de olvido y, paradójicamente, de construcción de la memoria. Que todo en la vida es cine y los sueños, cine son.

jueves, abril 06, 2017

"De repente, el último verano", de Joseph L. Mankiewicz

Say, where did I see this guy?
In 'Red River'?
Or a 'Place In The Sun'?
Maybe 'The Misfits'?
Or 'From Here to Eternity'

"The Right Profile" - The Clash
De repente, la semilla de la locura, el instante a partir del cual todo cambia, una explosión de dolor que se lleva por delante a los que habían amarrado sus vidas a la del ausente. Sebastian se llamaba, muerto sin rostro para los créditos de la película (una forma de subrayar su inhumanidad: apetitos sexuales prohibidos), y el triángulo sentimental se completa con su madre Violet (Katherine Hepburn) y su prima Catherine (Elizabeth Taylor), las dos abatidas, locas de atar, un duelo interpretativo Hepburn-Taylor (iconos femeninos opuestos) que se saldó con una nominación al Oscar para cada una y una estatuilla para ninguna (la ganó Simone Signoret por su actuación en una película olvidada, "Un lugar en la cumbre" de Jack Clayton).
Cabeza de Lobo, la escena del crimen, una escena alucinada de crimen ritual, realizado por una pandilla de chavales transfigurados en sacerdotes del sacrificio de un antiguo culto caníbal: la matanza de Cabeza de Lobo que resulta que se rodó en Mallorca (el asesinato de Sebastian recuerda al de Pasolini, emboscado por el cebo de un chapero, también masacrado junto al mar) y que coloca ese lugar, a finales de los años cincuenta (la película es del año 1959), a poca distancia de la Edad de Piedra: el corazón de las tinieblas en las islas Baleares. 
El trauma desgarrador arrastra las vidas de las dos mujeres, Violet y Catherine, a abismos de locura, de modo que el vértice perdido lo ocupará un psiquiatra encarnado por Montgomery Clift. Qué paradoja. Clift había sufrido un grave accidente de tráfico en 1956 y se recuperó de él con cirugía estética y una potente lista de adicciones. En su interpretación del Dr. Cuprowicz se detecta una mirada inquietante y un verbo inseguro, características que podrían atribuirse al talento de uno de los más grandes actores de su tiempo, o a su pérdida. Cantaba The Clash en "The Right Profile", tema dedicado al actor: "Monty's face is broken on a wheel. Is he alive? Can he still feel?". La existencia de Montgomery Clift tras su accidente y hasta su muerte en 1966, fue conocida como the longest suicide in Hollywood history.
Mansiones sureñas con jardines de vegetación asfixiante, pabellones de manicomio de insoportable tensión sexual y quirófanos desvencijados para la práctica de lobotomías redentoras. Las adaptaciones cinematográficas de las obras teatrales de Tennessee Williams han producido una serie de cintas magistrales, de temática escabrosa, que se distinguen por permitir actuaciones capaces de mostrar las mayores virtudes de sus intérpretes y de construir atmósferas sofocantes que desbordan las relaciones representadas: "Un tranvía llamado deseo" de Elia Kazan, "La gata sobre el tejado de zinc" de Richard Brooks o "La noche la iguana" de John Huston, entre otras: paseando por los límites de las pasiones humanas.