sábado, enero 25, 2020

"1917", de Sam Mendes

Y llegó "1917" y le pegó un revolcón a las quinielas de los Oscar en un año cinematográfico en el que parecía que ya se había visto todo lo que merecía verse, que ya había suficiente competencia para decidir, con dificultad, qué película ha de ser considerada la mejor del año 2019 desde el punto de vista, todopoderoso, de la industria hollywoodiense. Una película que se apuntó a última hora y que puede presumir de una genética más británica que estadounidense: desde su director a los actores que la protagonizan y, cómo no, la nacionalidad del bando retratado. Si enlazamos "1917" con "Dunkerque" de Christopher Nolan, poca duda quedará de que el mejor cine bélico actual, el más sorprendente y mejor realizado, tiene su origen en la pérfida Albión.
¿Pero es "1917" una película de guerra o de aventuras? Pregunta estúpida, claro, pues no se puede negar que el telón de fondo de la trama lo constituye la barbaridad que supuso la guerra de trincheras que se enquistó durante años en las fronteras del norte de Francia: dos bandos y la masacre cotidiana: las alambradas, los páramos desolados, la vida diaria de reclutas imberbes que lloran por las noches en la zanja que es su hogar, arropados por el barro y acunados por los chillidos de las ratas. Sí, la Primera Guerra Mundial presente y rotunda en los fotogramas de "1917" (y la lectura recomendada es "Adiós a todo eso" de Robert Graves, autor conocido por su erudición grecorromana que también dejó un gran relato autobiográfico de sus experiencias en la Grande Guerre). Pero su leitmotiv es una misión, un reto para valientes, una incursión breve en territorio hostil que es filmada con el preciosismo técnico de un falso plano secuencia (para ver una película entera con una plano secuencia único y por tanto la absoluta ausencia de montaje, el título de referencia es "El arca rusa", de Aleksandr Sokurov). Esta Odisea de un día, Indiana Jones entre los "voches", y el punto de vista que el director de "American Beauty" persigue y consigue, arroja al espectador a acompañar a los soldados Blake (Dean-Charles Chapman) y Schofield (George MacKay) en su camino a la perdición (otra película de Mendes), viviendo dos horas de metraje de alta intensidad. Emoción a raudales.
En busca de un coronel. ¿Marlow y Kurtz? Por qué no: el corazón de las tinieblas no se encuentra sólo en remotos terrenos africanos y las ruinas nocturnas de la localidad francesa de Écoust-Saint-Mein, iluminadas por fogonazos de artillería, remueven la memoria cinéfila y la llevan a "Apocalypse now" de Francis Ford Coppola. ¿Más referencias? "Senderos de gloria" de Stanley Kubrick, sin dudarlo un momento, y descubrir si la orden trascendental del coronel Mackenzie (Benedict Cumberbatch) enmendará o no la que recibió el coronel Dax cuando lo interpretó Kirk Douglas hace más de 60 años. ¿Y no han dicho algo de un hermano? Pues ese era el macguffin de "Salvar al soldado Ryan" de Steven Spielberg, una película con la que he oído que se quiere comparar a "1917" y que creo que se parecen poco, más allá de breves coincidencias argumentales. Retengo el nombre de Spielberg porque en algún momento me pareció que una roca iba a rodar detrás de los protagonistas y de ese dron, cámara voladora que les acompaña en todo momento. No viene mal recordar que la propuesta del plano secuencia, compleja de idear y aún más de realizar, sumó puntos para que hace pocos años "Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)", de Alejandro González Iñárritu, fuera considerada la mejor película de su año. En las antiguas cartillas militares españolas en el apartado "Valor", se acostumbraba a poner "SS", es decir, "Se le supone", pues si la mili se había hecho en tiempo de paz, no había habido forma de demostrarlo. No es el caso de Sam Mendes: valor demostrado. Otra vez.

2 comentarios:

  1. Que tal Licantropunk!
    Interesante tu reseña y muy bien traidas todas esas referencias. He de reconocer que hubo un momento en que yo me plantee esa estupida pregunta acerca del genero de la pelicula, concretamente fue en la escena del rio, esas pinceladas le aportan interes a la historia, o eso creo.
    Esa busqueda del coronel que mencionas junto con los momentos nocturnos si que recuerdan y de que manera a la peli de Coppola. Luego esta el momento "canción en el bosque" que me dejo boquiabierto. A mi desde luego la pelicula me ha fascinado.
    Tengo pendiente de ver "El arca rusa", he leido algun comentario y recomendación sobre ese famoso y esta vez real unico plano secuencia.
    Si me permites solo un apunte final, en las hojas de servicio de los militares tambien existen esas casillas. Efectivamente, la primera es "valor/se le supone", luego hay una segunda que dice "acreditado", la tercera es "heroico".
    Por cierto, el tan comentado asunto de los petalos, ¿crees que Mendes se hace un autoguiño?
    Venga, saludos!

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    1. No había caído en lo de los pétalos, tienes razón, es posible que en el subconsciente (o plenamente consciente) del director habiten aún aquellas rosas sin olor que le lanzaron a la fama mundial y le dieron un Oscar. La película tiene sus momentos extraños, oníricos, que sin duda le aportan un valor que tanto momento aventurero (lo de los rápidos del rio que mencionas no viene a cuento en la película: exagerar lo ya de por sí sobrehumano) amenaza con quitarle.

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