Un recital de jazz: una reunión de bailarines de San Vito, de adictos al mal de Parkinson, enfermos imaginarios que con sus pies, con sus manos, con el tembleque de todo su cuerpo sentado frente a un escenario, acompañan un temblor rítmico del que es imposible escapar. Garitos en penumbra, fábricas de humo, oscuras cuevas de nigromantes que convocan dioses ancestrales mediante notas sincopadas. El magnetismo que desprenden los clubes nocturnos con música en directo debe estar anclada en algún recuerdo genético de la cueva prehistórica: todos escuchando al brujo: el aquelarre, la misa, el templo, el ritual, el vudú. Un Birdland en la calle 52 en honor del saxofonista: un Birdland en cada ciudad de Estados Unidos, soñaba él (hasta en Salamanca hay uno, local ya histórico que lleva casi tres décadas abierto).
Charlie "Bird" Parker es el conjurador del encantamiento, ese hechizo implacable: el bebop. Encorvado sobre su saxofón como si quisiera esconderlo, protegerlo con su corpachón sudoroso, inmóvil, una máquina de soplar que parece impulsar el movimiento vertiginoso e inverosímil de los dedos. Un negro, un gordinflón, un alcohólico, una pesadilla para la puntualidad, un yonqui lunático, carne de manicomio: un tipo capaz de cambiar la historia de la música popular (Miles Davis presumía de haberlo hecho: tres veces): un saxofón que dejó de sonar con sólo 34 años. Una vida desgraciada, un colmo de infortunios salpicado por noches de genialidad (como se ve en la película, ni siquiera la policía le dejaba tranquilo; contaba William S. Burroughs en "Yonqui" que en los años cuarenta la pasma acosaba constantemente a los drogadictos, el último eslabón de la cadena del vicio, para no tener que ir hacia arriba, hacia la arandela que sujetaba la cadena al techo: un suculento sobre a fin de mes en la taquilla del piesplanos). Las drogas y el jazz: Chet Baker, Billie Holiday, otros de los más famosos, de los más geniales. Pero muchos otros, en mayor o menor medida, con mejor o peor suerte. Quién fue el abstemio, quién pasó de meterse nada. Trabajo nocturno en locales rebosantes de oferta. Quién no probó nunca.
Después de dirigir y protagonizar "El sargento de hierro" y de haber encarnado por última vez al inspector Harry Callahan en "La lista negra" de Buddy Van Horn, Clint Eastwood deja su fusil para rodar un alarde de sensibilidad artística: el melómano que se esconde detrás de la Magnum 44. Como se menciona en la biografía del cineasta escrita por Patrick McGilligan, esta sería su producción más elegante, más arriesgada y menos comercial. Aún así Eastwood (famoso tacaño) desecharía previsiones de beneficios y sería consecuente con sus pasiones, prestando sus fotogramas a desertores del swing y de este modo lograr enfocar una de sus mejores películas, la vida privada de Charlie Parker, un papel que parece hecho a medida del actor principal, Forest Whitaker, y donde serán protagonistas (junto al ineludible acompañamiento musical) las adicciones del artista y su tumultuosa relación con su esposa Chan (Diane Venora). La noche y el hogar, que se llevan de pena.
La noche mágica del jazz.
Sí, es lo que tiene Clint E. que siempre me sorprende... es una película fantástica, aunque yo llegué a ella buceando primero en las líneas de Cortázar...Charlie Parker.. .el perseguidor de sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues vuelvo a discrepar. Intenté verla hace unas semanas y la quitamos porque nos pareció muy pesada. Y mira que tenía ganas de verla... Yo ya no estoy para dar a una película más de quince minutos de crédito. Y lo mismo digo de su última película: el sunami y ¡bluf! Eso sí, un gran rato de efectos. Otra vez será.
ResponderEliminarMr. Licantropunk, ¡Ah, el jazz! El jazz tiene ese no sé qué... Forest Whitaker es un gran actor, capaz de interpretar cualquier papel que le den, tiene magia; Eastwood como director es bueno, " Bird " es una buena pelicula sobre jazz, asi como " Crossroads " lo fue sobre el blues; el primer film como director de Eastwood, " Play Misty for Me " trataba sobre la musica, la radio y una amante loca, buena pelicula, muy recomendable. Un saludo.
ResponderEliminarNo he visto la película, aunque le tengo ganas. En cuanto a Charlie Parker no es de mis favoritos de jazz: el saxo alto no me acaba de convencer como solista, prefiero el saxo tenor. Miles Davis también estuvo a punto de sucumbir a la adicción. Saludos.
ResponderEliminarWithaker decía que era su papel favorito. Me fue muy bien como banda sonora para ilustrar una novela sobre jazz: "Hall of Fame".Creo que es de las mejores películas que se han rodado sobre el jazz. Borgo.
ResponderEliminarLula Fortune: las películas denominadas "malas" de este director ya superan sin problemas la media de calidad de la producción del año que toque.
ResponderEliminarTomás Serrano: la del tsunami no la he visto, tampoco me interesa pero acabaré viéndola, como otra que no me interesaba y que vi el otro día, "El intercambio", que la echaron por la tele, y le sobraba como media hora del final pero tenía algún apartado muy bueno (sobre todo los que no salía Angelina, ja, ja). ¿"Bird" pesada? No sé. Mi nivel de película "pesada" debe estar muy, muy bajo, entonces.
Belknap: Whitaker es un actor tremendo y que se adapta muy bien a multitud de papeles: saxofonista, samurai, dictador africano,... Tomo nota de "Play Misty for me", que no sabría decirte si la he visto o no. Pero me pasa mucho.
Angelus: no soy un experto en jazz, ni un seguidor, ni mucho menos, aunque sí que he escuchado bastantes discos de gente muy diversa. Pero las actuaciones en directo a las que he asistido... el jazz en directo es impresionante.
Miquel Zueras: pues si no es la mejor andará cerca, al menos de lo poco que yo haya visto. Me viene a la memoria "Acordes y desacuerdos" de Woody Allen, con Sean Penn haciendo de Django Reinhart, que me gustó bastante, o "Cotton Club" de Coppola, que no me acabó de convencer. Pero "Bird" es otro rollo, más pasional y desgarrador, más intensa. Sí, mejor.
Saludos a todos.
Para mí es una película de aupa, nunca me canso de verla... desgarradora y cruda, ritmica y pura entraña (si disfrutas del jazz).
ResponderEliminarY eso que reconozco que el saxo no de mis instrumentos preferidos, los solos me ponen triste, una tristeza extraña, vaya usté a saber porqué...
Y por razones no sólo cinéfilas... pura sentimentalidad: Eastwood forever.
Saludos!
La reservo y la reservo, esperando el momento perfecto para enchufar la televisión y quedarme absorto con Mr. Parker. Pero el momento no llega, y a 'Bird' se le empiezan a llenar de polvo las alas.
ResponderEliminarEspero que cuando llegue el día (quiero decir, la noche) este pájaro de cuidado remonte el vuelo y me deje sin voz. Que hable su saxo, que no me importa.
Qué ganas de verla me han entrado después de leerte, Licantropunk! He de confesar que hace tiempo ya que voy detrás de esta película por sobradas razones (Eastwood, jazz, Charlie Parker...) pero te doy las gracias por acercarme mejor a ella. Un abrazo.
ResponderEliminarMarga: el saxo te pone triste según quién lo toque ¿o no te acuerdas de que Gabi el payaso tocaba el saxofón?
ResponderEliminarEdu González: espero que te guste y que no defraude tus previsiones. Es una rareza de película pero imagínate lo que debió ser en su día: ¿¡¡Esto lo ha hecho Clint!!?
Marcos Callau: si me sigues dando las gracias después de verla, será buena señal: recomendar es en ocasiones una profesión de riesgo.
Saludos a todos.
No entiendo como esta peli no está entre las grandes de Eastwood, o quizás lo esté y no me haya enterado. El caso es que la disfruté mucho cuando la vi.
ResponderEliminarSaludos!
P.D. Recuerdo haberla visto justo después de "Alrededor de la Medianoche" (Tavernier), no sé cuál es mejor...
"El intercambio"... o cómo una película, cuando parte de una premisa increíble (o increíblemente mal plasmada) no hay quien la levante. Para mi gusto.
ResponderEliminarVolveré al cine para ver Tintín. Por lo menos en lo espectacular, Spielberg no defrauda.