"Tiempos modernos" es su primera película sonora: en realidad es una mixtura entre mudo y sonoro (como sucedía en "Vampyr" de Dreyer: tiempos modernos para todos, para el cine también): se mantienen los carteles con los diálogos y el sonido sólo está presente en la música, en algunas voces que salen de radios o de altavoces de las fábricas (y de una pantalla: la videoconferencia, presente en fotogramas de los años 30) y, sobre todo, en una canción que canta Charlot (porque esta película es una de Charlot, del mítico y clásico, con su bombín y su bastón, por supuesto) hacía el final de la cinta: la conocida melodía de Je cherche après Titine pero con letra chapliniana: un pasaje que es una lección absoluta de vodevil, el género en el que despuntó el joven Chaplin, en Londres, antes de saltar, años después, al celuloide. Saltar el charco y asaltar la Historia del cine (y, practicamente, fundarla: recuerdos primordiales de la memoria cinematográfica común).
"Tiempos modernos" se puede tomar como la cara divertida de "Metrópolis" de Fritz Lang, que era mucho más dramática, colosal, trascendente. Pero la sátira del capitalismo de producción que se desarrolla en "Tiempos modernos" es igualmente implacable y desgarradora, con la virtud añadida de que el mensaje se trasmite por la carcajada, una línea al pie de un placer al alcance de todos: no lo pienses ahora pero te ríes cuando en realidad deberías echarte a llorar, ay. Bittersweet. El trabajador esclavo de los índices de productividad, del miedo a perder el empleo, de la tarea monótona y de la jornada eterna anclado a la cadena de montaje: huelga y represión: estrés y depresión. Las taras congénitas de un sistema esquizofrénico que permanecen aún sin cura, tantas décadas después. El director británico sería posteriormente acusado de comunismo, una acusación que, atendiendo a su filmografía y a su postura pública, le preocupó más bien poco. O nada. En 1952 salió de Estados Unidos y las autoridades de aquel país le prohibieron el regreso (tenía poderosos enemigos: Hoover, McCarthy: seguro que estos también se troncharon en el cine alguna vez -o muchas- viendo una de Charlot). Que les den, debió pensar. Chaplin murió en Suiza en 1977.
Pero no sólo hay humor y denuncia en "Tiempos modernos". En el caminar horizontal y saltarín del enamoradizo mimo se cruza, como en tantas otras ocasiones, una chica: la mirada intensa de Paulette Goddard (como después sucedería en "El gran dictador"). Una huerfanita desvalida: su mayor debilidad.
Y si hay que cantar se canta.
Todavía no la he visto. Ya es hora de ver la película. Saludos.
ResponderEliminarEs genial, más que genial... ya no sé...Acabo de volver a ver el vídeo que pones en el post y he vuelto a reírme como si fuera la primera vez. Creo que Chaplin es capaz de contarnos situaciones en las que todos nos podríamos ver reflejados, con ternura, con humor, con ironía... es el verdadero héroe de nuestro tiempo, un hombrecillo que contempla con estupor el mundo que le rodea.¿Cómo va a pasar alguna vez de moda? habla de cosas que siempre entenderemos, cosas que atañen al ser humano...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por arrancarme una sonrisa.
Testimonio magistral de una época, la del cine mudo, que llegaba a su final.
ResponderEliminarMr. Licantropunk, el Señor Chaplin era un genio, y " Tiempos Modernos " es un film maravilloso. Los clasicos nunca pasan de moda. Un saludo y muy buena entrada.
ResponderEliminarGenial película... y como bien dices, yo hice la prueba y todos, los más pequeños también, se reían y la disfrutaban...
ResponderEliminarAquello que permanece, a pesar de las modas y los dimes y diretes, debe ser arte, no?
Pues eso!
Saludos cantarines
Sin duda es una obra maestra, sin paliativos. Yo creoq ue chaplin sí fue más famoso que los Beatles y que es justo equiparar su obra a la de Fritz Lang, Billy Wilder o los mayores geniso del cine. Charlot no sólo nos hacía reír sino que también encontraba facilidad a la hora de ponernos un nudo en la garganta. Fue un genio irrepetible y "Tiempos modernos" una gran obra a la que el sonido lo le hacía ninguna falta. Un abrazo!
ResponderEliminarDavid C.: si has esperado 75 años para verla... no sé si podrás esperar otros tantos.
ResponderEliminarLula Fortune: me alegro de ello. La escena de la canción resume el genio de este actor: emocionante, sentimental, pleno de lirismo.
Pepe Cahiers: como se suele decir, a caballo entre dos mundos.
Belknap: así es. Nunca pasan de moda y cuando me refiero a que mis nietos se reirán con él, lo digo en serio.
Marga: a los niños hay que ponerles clásicos y, sobre todo, cine mudo cómico: Harold Lloyd, Chaplin, Buster Keaton, el gordo y el flaco. Se lo pasan en grande y ven buen cine.
Marcos Callau: llega muy adentro y además mediante un lenguaje llano: llega muy adentro de cualquiera.
Saludos a todos.
En "Tiempos Modernos" Chaplin se reía de los tiempos modernos. Lo moderno era hacer una "talkie", Chaplín insistió en la peli muda y lo unico hablado era la letra de una canción totalmente ininteligible, como bien has dicho. Así era este genio...
ResponderEliminarChaplin es, sin dudar, mi número uno. Si no los has visto, debes ver los documentales de "El Chaplin desconocido". Imprescindibles, como vulgarmente se dice...
ResponderEliminarEs difícil olvidar como compara Chaplin entre los obreros que llegan a una fábrica y las ovejas conducidas al matadero, o la secuencia en que Charlot es detenido al tomar la bandera roja de la manifestación (ambas fueron censuradas en España), y el histórico desenlace, cuando el protagonista obliga a su chica a sonreír y desaparecen en el horizonte. Tiempos modernos fue el paso del arte mudo al cine sonoro por parte de Chaplin, quien se había opuesto a este cambio al haber hecho hablar durante el periodo silente a las imágenes.Con todo, este genio del Séptimo Arte sería acusado de haber plagiado ¡Viva la libertad! (1931), de René Clair, quien,agradecido a su maestro, retiró la denuncia.
ResponderEliminarBuen texto,amigo.
Genial, genial, Chaplin era un genio y el mejor director de cine de todos los tiempos. Tiempos Modernos es seguramente de sus mejores películas, una parodia que ha envejecido magistralmente. Las situaciones, salvando las distancias son todavía reconocibles. Y cada vez hay menos, de distancias, digo. Que se está poniendo feo el asunto. Feo, feo... pero ese es otro tema, o no...
ResponderEliminarBueno, un saludo!
Una de las grandes, dentro de la filmografía de uno de los más grandes. Hace tiempo que no vuelvo a ella. Tu texto me dejó con ganas...
ResponderEliminarUn saludo.
Ethan: se reía, si, pero, como digo en la entrada, hay veces que te ríes por no llorar. Chaplin además de genio era genio concienciado.
ResponderEliminarTomás Serrano: me apunto los documentales. La biografía de Chaplin es sumamente interesante, como se suele decir...
Francisco Machuca: ¡pues menudo paso dio! Uno magistral. Tengo que ver la de René Clair y comparar, si cabe.
Babel: no me he querido enrollar de más en la entrada, pero en la segunda parte de la película se abren caminos a la esperanza. En principio lo de la casa, la mujer esperando a que vuelva de trabajar: sueño americano de posguerra. Pero al final es un camino de libertad absoluta. En fin, esperemos que lo feo que estaba todo en los años 30 nos indique que la tormenta pasará. Por algo estamos aquí.
Kinezoe: estos tipos, estos locos del cine en blanco y negro. Decía Tarkovski que el color era prescindible, que en el día a día no nos fijamos en de qué color son las cosas. Luces y sombras es lo que apreciamos. Y a eso volvemos, siempre que podemos. Por ejemplo, dentro de un momento que me voy a poner a escribir otra vez.
Saludos a todos.