sábado, marzo 07, 2009

"Hard candy", de David Slade

Caperucita roja se come al lobo feroz.
Una cita entre un hombre de 32 y una niña de 14: el chat propicia encuentros inapropiados. Las letras tecleadas desde incógnitos rincones de la web, surgen en la pantalla y componen palabras de amor enlazado entre entidades anónimas, ocultas, alteradas por un medio aséptico que deja la puerta abierta a la perfección. Para conservar el encanto lo mejor sería que esas relaciones no escaparan del entorno virtual en el que se han generado: la decepción aparece sentándose a tu lado en la mesa de una concurrida cafetería del centro, con un clavel rojo en la mano y una sonrisa bobalicona de emoticón pasado de años o de kilos o de dioptrías. O de todo a la vez. Y todo se podría quedar en un encuentro penoso (o en felices para siempre: también lo habrá, seguro) inundado de bochorno y un café apresurado a sorbos de educada conversación. El problema es que hay ocasiones en que a la cita acude un hijo de puta. Uno auténtico, genuino: el monstruo social, el psicópata absoluto: el horror.
"Hard candy" puede parecer obvia en su finalidad y, fruto de ella, generar controversia a la hora de decidir dónde se debe poner el límite a la hora de castigar a los pederastas. Todos hemos oído la frase 'a ese había que caparlo' lanzada desde la indignación y la frustración públicas. Nihil obstat, pero el castrador que lleve hasta el final esa proclama, que asuma a su vez la cuantía de su delito. Sin embargo, lo que realmente atrapa al espectador de esta película, más allá de esa función de debate público, es observar como se intercambian los papeles de victima y verdugo, de cazador y de presa. La película consigue hacer que te preguntes ¿cuál es más hijo de puta de los dos?
Magníficas interpretaciones de Patrick Wilson y de Ellen Page (mejor que en "Juno": te crees más su papel en "Hard candy" -te atrapa- que el otro, aquel de adolescente embarazada sobrada de sabiduría: qué mundo más raro o qué raro soy yo mismo) en un complicado frente a frente que necesita de grandes dosis de verismo para no parecer el retrato de lo imposible.
El caso logra parecer bastante real. Que se lo digan a mis pelotas. Si las encuentran.

7 comentarios:

  1. Los críticos gustan de esta película, que conserva un buen nombre. Page también, por la película. Yo no la he visto aún, pero un día caerá. Las historias sobre el chateo dan mucho juego, pues siempre hay misterio y sorpresa detrás. Yo recuero "Closer" al respecto.

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  2. Jajaja ese mismo comentario, el de las pelotas, lo dijo el hombre que conmigo vió la película. Curioso, jeje.

    Ajá, y estoy contigo. Más allá del debate moral que supone el castigo en función del delito, lo que atrapa es el intercambio de papeles a lo largo de la película. De forma progresiva y que a mí me pareció real.

    En otro orden de cosas, y desde la más profunda visceralidad, eim? (a la que procuro no tener en cuenta) reconozco que el final de la peli me produjo cierto cosquilleo de identificación y fuerza con la pequeñuela...Que tía! Emociones ancestrales y totémicas, lo sé.

    Por cierto, ayer vi Vals con Bashir... Ummmm técnicamente una maravilla en sus imágenes, la carga política tambien me gustó: sin excesivos partidismos, tan diferenciados siempre en ese conflicto. Y claro, es tremenda y dura... no es para menos. Me da que te gustaría, Licantropunk.

    Saludos luneros.

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  3. Buenas, buen comentario, gracias por recordarme que aun tengo pendiente a esta pelicula, entre tantas otras, un saludo.

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  4. Blanca: es una película inteligente, a mi parecer. Pone al espectador en una tesitura de difícil elección.

    Margot: nos dejamos llevar por el tipo de delito, el más despreciable de todos. Pero ¿se establece la culpabilidad más allá de toda duda? Creo que no y sin embargo estamos de acuerdo con el linchamiento (esa es la imagen del final, ¿no?).
    Haré caso a tu recomendación de "Vals con Bashir": me fue bien con "Hard Candy".

    Belknap: mucho que ver y poco tiempo. Esta tarde he pasado por una biblioteca y tengo 3 dvd sobre la mesa: veremos. O no.

    Saludos.

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  5. Hacia mucho que no leía una crítica de una que hubiera visto (para variar) y coincido en la perspectiva que le das como la reducción al absurdo del límite de la ley del Talión.
    Es voraz, impactante,te sorprende a cada instante cómo trascurre la trama...desde luego no es de las que se olvidan, ella está sobervia sin duda. Da gusto encontrase de vez en cuando peliculas que se salen de lo habitual y te hacen reflexionar sobre la vida, los lobos con piel de corderos y los corderos con piel de lobos.

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  6. ¡Cuánto tiempo y qué alegría!
    Cuidado por como se interpreta aquí el ojo por ojo. Del hombre sabemos que es un pederasta que tiene en su casa pornografía infantil, pero no queda claro que sea un asesino, aunque seguro que es cómplice: la duda razonable.
    ¿No merecería esta peli una entrada en "El fruto prohibido"? ¿eh?
    Saludacos.

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  7. A mi me pasó igual, acabé preguntándome cual de los dos comete mayor delito. Sin duda la chica es la que se lleva el premio pues la tortura siempre es algo peor que la violación. Por lo tanto cuando termina la película, como todo el mundo, supongo, uno espera que le caiga el castigo a la chica...que no acaba llegando por desgracia. Pero muy buena peli.

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