Europa en el diván del psicoanalista. Un continente arrasado por la guerra donde todos son culpables: por acción, por omisión. El narrador hipnotiza al paciente para hacerle retroceder a las circunstancias de sus traumas. La cuenta atrás que inicia el proceso de regresión, avanza como una vía que se adentra en la noche. El tren, la máquina de vapor que revolucionó la economía europea (nació la clase obrera, la burguesía propietaria, el éxodo rural, la democracia de las urnas, pero también germinaron los totalitarismos -surgidos de los votos: la democracia es el menos imperfecto de los sistemas- y las máquinas de guerra más poderosas: la bomba que Einstein, un europeo, sugirió a Roosevelt en su famosa carta: años después se lamentaría). El tren en movimiento como símbolo de la posibilidad de supervivencia de la Alemania moribunda, derruida, derrotada. Trenes que viajaron cargados de soldados destinados al frente, llenos de judíos arrojados a las cámaras de gas, que son ahora reciclados a su función original: trenes de pasajeros que no van a ninguna parte: trenes llenos de fantasmas. Europa vendida a los americanos, al amigo americano, apresurado en apoderarse de los secretos de la industria y de la ciencia alemana: las patentes, las fábricas, los científicos; productos químicos, motores, cohetes: todo embargado y catalogado para en pocos años ser los dominadores del mundo (nadie como los estadounidenses para apropiarse de una idea y llevarla a su máxima rentabilidad: el cine, sin ir más lejos). Europa culpable, Europa arrodillada.
La película no deja rendija abierta al optimismo. En eso recuerda a "Alemania año cero", de Roberto Rossellini. Sin embargo no se acercará a la genialidad de la obra del italiano, demoledora en su realismo y que era mucho más próxima en el tiempo al fin de la guerra como para aventurar que Alemania iba a resurgir de las cenizas: el milagro.
Lars Von Trier realiza una película visualmente aparatosa (todo lo contrario a lo que el propio director proclamará años después en el famoso manifiesto Dogma), con grandes influencias del cine del expresionismo alemán del periodo de entreguerras. Utilización general del blanco y negro, introduciendo el color en breves momentos para enfatizar el sentimentalismo de la escena; uso de proyecciones para mostrar el fuera de campo; cierta comicidad y algunas dosis (malogradas) de suspense; ambiente onírico e irreal. El propósito -parece claro- de crear una obra maestra (¿exagerada presunción?) y tanto fue así que cuando en el año 1991 la película no consiguió la Palma de Oro del festival de Cannes, el director no dudo en calificar de 'enano' (¿físico? ¿mental?) a Roman Polanski, a la sazón presidente del jurado. Esos europeos y sus guerras.
Muy fácil hacer humor usando el personaje de Raphael, pongo por ejemplo.
Pero para hacer una parodia con Lars Von Trier...
Para eso hay que echarle.
Ummm me gusta Von Trier, aunque no todas sus películas, claro. De Europa me acuerdo poco, hace muchos años que la vi, debería revisarla...
ResponderEliminarPero coincido contigo, nada como Alemania Cero de Rosellini para mostrar una Europa derruida: Alemania tras la guerra. Sin tanto aspaviento cinematográfico, ajá.
abrazos.
Licantropunk, es la primera vez que escribo en tu blog, a pesar de que lo sigo desde hace algunos meses.
ResponderEliminarTu post sobre "Después de tantos años" me inspiró a mí para hacer una reseña y comenzar un blog:
http://tembladeraldesilabas.blogspot.com/
Respecto a "Europa", recuerdo que la vi yo solo en la sala de un cine de Valladolid; me impresionó como no lo han hecho las demás películas de Trier, ni siquiera "Rompiendo las olas".
Saludos.
Seguramente la crítica lleva razón en que es algo pedante (todo el halo que rodearía después al Dogma respira también eso). Al margen de ello, Europa me parece un film muy interesante, no ya por el mensaje (como dices, pesimista), sino por la forma de expresión que adopta para plasmarlo. Una película inclasificable, experimental, llena de ideas nuevas en la narración cinematográfica y técnicamente espectacular Para mí, una pieza única y una de las obras maestras de Von Trier.
ResponderEliminarLars Von Trier y todo lo que comporta las ya extintas reliquias del Dogma,no me seducieron demasiado.Evidentemente les salvaron el talento pero no lo que profesaron.Iban de descubridores cuando ya estaba todo hecho.Los grandes del cine también hicieron dogma,pero no por convicción sino por miseria,y creo que los resultados fueron más fecundos.Ahora la gente del dogma realizan pelis en contra del dogma.Bueno,creo que me estoy alejando de Europa,una película bastante olvidable,como el resto del trabajo de Trier.Desde Bailando en la oscuridad,ya no voy a ver nada de él.Sobre la Europa que retrata ya está todo dicho y de manera insuperable.Literariamente;Stefan Zweig,Philip Roth,etc.Y cinematográficamente,tenemos el neorrealismo y Max Ophuls entre otros.
ResponderEliminarBuen post.Un saludo.
Me gustó bastante Europa, la simbología del tren, y las escapadas a esa mansión con coletazos nazis y de otro tipo. Para mí de las mejores de Von Trier.
ResponderEliminarSaludos!
Margot: "Alemania año cero" es una obra maestra: casi un documental.
ResponderEliminarAngelus: le tengo mucho cariño a aquellas "escrituras" que hice sobre los Panero. Me alegro de haber provocado otras escrituras.
Babel: a mi me gustan las películas de Lars Von Trier, aunque la mayoría requieran un café doble para llegar al 'the end'. "Europa" me parece muy buena en su estética. Pero creo que va de más a menos. No me parece lo mejor de este director.
F. Machuca: me pareció bien aquello del Dogma: reivindicar la simplicidad en la época del cine "Matrix", donde todo es artificio y efecto especial innecesario. "Europa" no tiene nada que ver con Dogma e intenta aproximarse a la forma de mirar del cine clásico: lo logra. En cuanto a metáforas del desastre europeo, sí, seguro que muchos otros lo han hecho mejor. Ahí no lo logra.
Ethan: el comienzo con la voz 'hipnótica' de Max Von Sidow. El tren es el protagonista absoluto.
Saludos a todos.
Pedazo de película, Lars von Trier se sale retratando un país destrozado, una sociedad destrozada unas personas hechas trizas. Miseria, mucha miseria
ResponderEliminarpor muy genios que sean los artistas no escapan a su grandilocuencia, a querer hacer la película de la historia. Al menos eso nos deja una buena obra, y la evidencia de que ni "esos" se escapan al burdo cotilleo y envidia. Interesante propuesta que tengo que pillar.
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