jueves, diciembre 27, 2018

"Asesinato en el Orient Express", de Kenneth Branagh

Entre todos lo mataron y él solo se murió. Últimamente empleo mucho el término "posmoderno" en lo que escribo en este blog, en esos breves pensamientos acerca de lo visto y no siempre disfrutado. El adjetivo lo encajo en el texto, de forma peyorativa, para resaltar la idea de la falta de originalidad, de la apropiación del talento del pasado para crear un objeto hueco, falso en su esencia. Así sucede en este Orient Express de juguete, incapaz de atrapar al espectador en ningún momento: las caricaturas pueden hacer gracia, pero es difícil que emocionen. Enorme debe ser la tentación de los productores de estas copias nada baratas de mercadillo, de sucumbir a la majestuosidad que facilitan las técnicas digitales modernas de recrear un mundo pasado y por completo inexistente, pero aún así será complicado lograr que el cerebro del espectador se trague el anzuelo: nos creemos mejor un decorado que se pueda tocar, aunque sea de cartón piedra. Defienden su existencia con la excusa de adaptar el producto que triunfó en el pasado a los gustos modernos, dicen, como si despojar clásicos de su sentido y de su estética fuera algo más que una falacia inútil y un atajo para ganar dinero.
Sidney Lumet dirigió en 1974 otra adaptación cinematográfica de esta novela de Agatha Christie, versión en la que el suspense era el protagonista y no la aventura infantil. Si en algo coinciden ambas cintas es en contar con un reparto estelar: de nombres como Albert Finney, Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Jacqueline Bisset, Sean Connery, Anthony Perkins o Vanessa Redgrave, se pasa en el nuevo remake a otros como Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer o el propio Kenneth Branagh, director de la película que se reserva el papel protagonista: encarnar al mítico detective Hércules Poirot, amenazando además con seguir reservándoselo en nuevas entregas, o al menos eso deja vislumbrar el final del metraje. Branagh saltó a la fama dirigiendo e interpretando notables adaptaciones shakesperianas. Aquel reconocimiento artístico primigenio (me gustó mucho su "Enrique V", por poner un ejemplo) le llevó poco a poco hacia un cine comercial del que "Asesinato en el Orient Express" sería última parada, de momento. Y ya he comprobado otras veces que estos viajes hacia el dólar suelen ser solo de ida.

2 comentarios:

  1. Licantropunk!
    No sabes lo mucho que estoy de acuerdo, creo que has dado en el blanco. De tu estupenda reseña me quedo con lo de "objeto hueco", diria que es precisamente eso, por momentos me recuerda a esos muebles que pretenden aparentar texturas cuando en realidad se trata siplemente de una fina capa de barniz.
    A mi esa excusa de readaptar clasicos a los tiempos actuales me parece absurdo y desde luego el resultado es el que es.
    Un saludo y que disfrutes de unas felices navidades!

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    1. En estas películas, remakes de algo ya visto, pienso si mi apreciación sería distinta si fuera la primera vez que me entero de la trama, si no pensaría otra cosa si no conociera de antemano el desenlace. Pero, por supuesto, nunca lo sabré.

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