domingo, marzo 08, 2015

"La venus de las pieles", de Roman Polanski

Leopold von Sacher-Masoch. La segunda parte de ese apellido compuesto dio origen a un término de uso común que sirve para denominar un comportamiento sexual que de común tiene poco (supongo). La novela corta "La venus de las pieles", obra del mencionado escritor austriaco, sería un relato romántico más, amores corteses entre la alta sociedad decimonónica, de no ser porque a los amantes Severin y Vanda les va la marcha varios niveles por encima del mordisquito en la oreja: bondage y sumisión, ama y esclavo, fustas y mercromina. En la reciente "Nymphomaniac", catálogo de desviaciones sexuales varias, le dedicaba Lars Von Trier un pasaje a las prácticas que convirtieron a "La venus de las pieles" en un clásico de la literatura erótica, aunque no habrá referencia cinematográfica mejor que los latigazos que se le propinan a la divina Catherine Deneuve (que, por cierto, en esa película se llama Severine, como en "La venus de las pieles" se llama Severin el protagonista) una pareja de cocheros en medio de un bosque en "Belle de jour" de Luis Buñuel. Al director aragonés se le identifica, y no sin razón, en el atrevimiento a la hora de retratar lo prohibido, en mayor o menor medida sutil. No en vano reconocía una gran influencia en la lectura de las obras del Marques de Sade, y no sólo en él, sino en todo el movimiento surrealista. Sade y Masoch.
Thomas (Mathieu Amalric) es un autor teatral que ha realizado una adaptación de "La venus de las pieles" y que está componiendo el reparto para la representación de la obra. A deshora, en medio de la noche y la lluvia, cuando Thomas está sólo en el teatro y a punto de marcharse, aparece Vanda (Emmanuelle Seigner) con la intención de realizar una prueba para el papel de la protagonista de la novela de Sacher-Masoch, la otra Vanda. En la siguiente hora y media de película se va a asistir a un extraño prodigio, el de la inversión de papeles, la dominación cambiando de bando y de sexo, la relación de poder entre el director de la obra y la actriz principal tornándose hacia lo no previsto, igual que, en "El crepúsculo de los dioses" de Billy Wilder, Erich Von Stroheim se convertía en el mayordomo sumiso y obediente de Gloria Swanson. Ese encuentro con Vanda, de la que no va a quedar duda de que es Vanda, se convierte en la visita de la musa al creador, la idea que surge del dios y que queda confinada en tinta y en papel, pero que vuelve para desnudar lo escrito despojándolo de cualquier artificio, capas de estilo, hasta llegar a lo autobiográfico, a lo que todo escritor emplea de sí mismo cuando compone un relato.
 Dios le castigó, poniéndole en manos de una mujer, cita bíblica que encabeza la novela y que resulta certera, si bien apoya la sempiterna idea cristiana de identificar a la mujer con el mal y el pecado. Así, Emmanuelle Seigner, perfecta en su papel, se presenta como un súcubo nocturno, irreal, dispuesto a cercenar la voluntad del pobre Thomas y de conducirlo por senderos prohibidos. Seigner, señora de Polanski, ya encarnó un personaje similar en "Lunas de hiel", tentando entonces a un pánfilo Hugh Grant y haciéndolo ahora frente a la mirada nerviosa, febril, de Mathieu Amalric, que personifica a un director que no puede ser otro que el propio Roman Polanski, demasiado mayor quizás para realizar el papel de Thomas (de Severin), pero no para dirigir estupendamente esta compleja historia (la película está basada en una obra teatral escrita por David Ives) y crear, otra vez, una atmósfera plena de intensidad, tan seductora como inquietante.

15 comentarios:

  1. Esta película es sensacional a tantos niveles. Ya con el final no sabía cómo reaccionar de tanta genialidad desplegada. Repito: sensacional.
    Saludos.

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    1. Un final onírico y salvaje: los actores identificados plenamente con el personaje interpretado. Final desatado.

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  2. Polanski es un maestro... el actor lo conozco y es bueno... las mujeres de él son siempre así de bellas??? a la moda con la temática sado imperante, es nueva ésta también?

    gracias por mostrármela, no me la pienso perder!!!

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    1. Y tanto que son bellas.Emmanuelle Seigner, pero si tengo que acordarme de Sharon Tate... Qué desgracia.

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  3. Me gustó pero no llegué a ver en ella las maravillas de las que todo el mundo hablaba. Probablemente la distancia que sentía con respecto a la historia sea la causante: la dominación como argumento me cansa, qué le voy a hacer.

    Saludos!

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    1. A mí es un argumento que más que cansarme me extraña, no lo concibo. Cuando veo esas prácticas en una película o las leo en una novela, me dejan anonado. Pero seguro que haberlo haylo.

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  4. Insoslayable, Don Roman. Un abrazo.

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  5. Parece que a Polanski le apetece ahora rodar historias claustrofóbicas con muy pocos autores al estilo de "A un dios salvaje". Yo también he pensado en el personaje de Peter Coyote (¿qué habrá sido de él?) en "Lunas de hiel".
    Me ha gustado la película pero, para mí, la obra maestra de Polanski sigue siendo "El quimérico inquilino".
    Saludos.
    Borgo.

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    1. Junto a "El quimérico inquilino" colocaría "Repulsión", pero tienes mucha razón en darle la característica de "claustrofobia". Polanski es un gran creador de ambientes, de atmósferas, y ya lo era desde "El cuchillo en el agua" (o incluso de aquel corto del armario).

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  6. Mr. Licantropunk, uno d elos pocos directores que aun me siguen sorprendiendo y cautivando. Cordiales saludos.

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    1. Sí, y en cada película que hace lo sigue logrando. Tomando muchas veces elementos ya manejados, logra sin embargo sorprender de nuevo.

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  7. Pues yo soy también de los que les cansa esta pelicula. Como alguien bien dice en otro comentario. La dominación como tema central es algo que me interesa mas bien poco y eso quieras o no. Termina desconectandote de la película al no ser que le encuentres otras cosas y particularmente...No se las encontré. Cuidate

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    1. La clave de esta película puede estar en el homenaje al clásico, pero sobre todo en la atmósfera. Yo, en mi juventud, hice teatro, una obra sobre la Inquisición en la que los actores se trastornan y terminan quemando realmente a la actriz principal como si fuera la bruja a la que ésta interpretaba. Del metacine al metateatro.

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    2. La clave de esta película puede estar en el homenaje al clásico, pero sobre todo en la atmósfera. Yo, en mi juventud, hice teatro, una obra sobre la Inquisición en la que los actores se trastornan y terminan quemando realmente a la actriz principal como si fuera la bruja a la que ésta interpretaba. Del metacine al metateatro.

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