miércoles, febrero 08, 2012

"Los Muppets", de James Bobin

Los Teleñecos. Aquel "El show de los Teleñecos" que se emitió en España hace treinta años y que era el hermano mayor de "Barrio Sésamo": la rana Gustavo como personaje que enlazaba entre ambos programas pero en vez de Epi, Blas, Coco, Triqui o Draco, las marionetas protagonistas de "El show de los Teleñecos" eran Peggy, Fozzy, Gonzo, el cocinero sueco o Animal: estereotipos capaces de llegar a un segmento de edad más amplio que eran acompañados en su show por grandes estrellas invitadas (Bop Hope, Vincent Price, Julie Andrews, Peter Sellers, Brooke Shields, Marty Feldman, Carol Burnett y otros muchos), el firmamento audiovisual de la época para un espectáculo vespertino al estilo de "Saturday Night Live". Ese aspecto de producción adulta que presentaba "El show de los Teleñecos", unido a las constantes referencias al pasado, al inconfundible carácter de cada uno de los personajes (el romance imposible entre Gustavo y Peggy, el humor desterrado de los chistes de Fozzy, la heroicidad a prueba de bomba de Gonzo o ese ícono intemporal del rock que es Animal martilleando brutalmente su batería), pero inconfundible para espectadores mayores (como poco) de treinta años, hacen que "Los Muppets" sea una película que puede conducir a los niños al despiste. Igual que la reciente "Los Pitufos" destrozaba las creaciones del dibujante Peyo trasladándolas a un tiempo y un espacio (Nueva York y el siglo XXI) que no eran los suyos pero  adaptándolas a la vez a los "supuestos" gustos infantiles actuales, en "Los Muppets" el espíritu de Jim Henson permanece sin alterar, lo cual es de agradecer.

El espíritu de Jim Henson. La primera sorpresa es encontrar el sello Disney al principio de la película. Resulta que Disney compró Los Muppets en el año 2004 (por lo que leo en Wikipedia, Sesame Street no, eso pertenece a otra compañía). Dos firmas que rivalizaron por el cetro de rey del entretenimiento infantil durante años, ahora dirimen sus diferencias con un cheque del ratón Mickey: como le pasó a Pixar. Así que la paradoja máxima es que "Los Muppets" es una película de Disney que comienza con un corto de Pixar (una maravilla llamada "Small Fry", protagonizada por los personajes de Toy Story y que ya merece el precio de la entrada): Disney ha fagocitado a la competencia: si no les puedes... ¡compra!

Los Teleñecos se juntan de nuevo para salvar su viejo teatro, para luchar contra un especulador (cuando yo era pequeño los malos siempre eran los rusos. Conclusión: se extinguió la Unión Soviética. Ahora el malo de las películas siempre es el capitalismo... O sea, tranquilos, que en un par de décadas esto de la crisis está arreglado y para siempre. Fijo). Dos hermanos que parecen Epi y Blas, solo que Blas se ha hecho humano y ha perdido la mala leche, se ponen en marcha, junto a la rana Gustavo, el líder de los Teleñecos (el propio Jim Henson fue siempre su titiritero: nada casual), para reunir al resto del grupo: como Yul Brinner y Steve McQueen en "Los siete magníficos" de John Sturges. Números musicales de esos que se pone a cantar y bailar hasta el cartero (o Chema el panadero), actores humanos que parecen más ñoños que los muñecos de felpa a los que dan la réplica, cameos como los de Mickey Rooney (¡ahí va!, exclaman las abuelas en el patio de butacas), Whoopi Goldberg (¡anda!, dicen las madres) o Selena Gomez (¡toma!, gritan las hijas: cameos para todas las edades, como se puede comprobar) y los ojitos de Jack Black (representante de las estrellas hollywoodienses que tocan: ¡ay!) como la estrella invitada para el espectáculo con el que piensan recaudar fondos y restaurar su rutilante pasado. Qué más da el guión: nostalgia para cuarentones: esta película no es para los niños de ahora (en la película aparece el programa de éxito para el público infantil de la cadena que va a emitir el show: "Punch Teacher!" es su nombre: el signo de los tiempos), es para aquellos que rieron con las gracias de los Teleñecos.

En los créditos finales se canta el tema que menos nos costó aprender en nuestra infancia: "Maná, Maná": salí del cine el domingo con la canción en la cabeza, tomamos un café en un bar, llegamos a casa, vi "Neds" de Peter Mullan, me acosté y al levantarme por la mañana,... ahí seguía.
A ver a quién le pasa lo mismo:

8 comentarios:

  1. La canción más pegadiza de todos los tiempos. Soy tan friqui que hasta tengo en casa los muñecos de los abueletes impertinentes. Fuí a ver la película con mi hijo y nos gustó pero creo que le sobra un poco de metraje. Saludos. Borgo.

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  2. Ese "manamaná" es un clásico incontestable.

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  3. Mr. Licantropunk, si hubiere una segunda parte, tendrian que unir a los muppets con los Feebles. Un saludo.

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  4. No sé si la veré porque en mi cabeza siguen los originales y es difícil superarlos...

    Pero ahora a tararear el manamaná toda la mañana por tu culpa, cachis!! jajaja

    Saludos!

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  5. Para mí, los buenos eran los que aparecían en "Un globo, dos globos, tres globos", en el 76... La gallina Caponata y demás bazofia ya me quitaron las ganas de seguir (sí, ya sé que no eran muppets todos).

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  6. mana mana tun tun tururun siempre se lo cantaba a mi sobrino.

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  7. Miquel Zueras: no se me hizo larga, fueron otras las deficiencias que vi. En este rango de producciones que recuperan antiguos personajes infantiles (pitufos, vicki, etc.) no es la peor ni mucho menos.

    Pepe Cahiers: yees!

    Belknap: no sabía quién eran los Feebles. Ahora sí: me haré con ella.

    Marga: bueno, hay cosas peores. Por ejemplo una de Bustamante.

    Pirulo: Caponata era uno de los muppets originales del Sesame Street americano. Lo vi en un DVD infantil y era poco más o menos de la caponata nacional. Llamarla bazofia es jugar con la suerte: las gallinas tienen muy mala leche: de ahí la frase que te la pique un pollo.

    David C.: pues mucho más que se lo cantará este año, a poco que la película triunfe.

    Saludos a todos.

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