Falleció Germán Sánchez Ruipérez, una vida alrededor del libro. Desde la librería Cervántes a la editorial Anaya, y de ahí a la fundación que lleva su nombre, el peñarandino siempre haciendo patria: de Salamanca al mundo entero. El fomento de la lectura como una obsesión vital, una labor permanente, inacabable: una piedra de Sísifo siempre a punto de rodar ladera abajo.
La campaña en defensa de las bibliotecas públicas no es nueva, ya lleva años en marcha. En el año 2004 se publicó un manifiesto en oposición a que las editoriales recibieran una compensación económica, un canon, por los prestamos que se realizaran de sus obras. Parece que aquella idea, pergeñada cuando la palabra canon estaba tan de moda, no prosperó. Pero de nuevo arrecia la tormenta, esta en vez en forma de recortes presupuestarios, así que se están llevando a cabo diversas convocatorias de protesta como la reciente marea amarilla. La cultura no importa, la cultura es algo secundario, la cultura no da de comer.
¿Cómo se explica la necesidad compulsiva de leer a alguien que nunca ha sentido ese afán? Francisco Machuca apuntó en su día una frase de Alberto Manguel: 'Las campañas de lecturas son hipócritas. Cualquier gobierno prefiere un pueblo estúpido a uno inteligente'.
Esa cita encabezaba un estupendo artículo acerca de la obra "Manifiesto personal" de Ana Mª Moix: iletrados políglotas. El hombre moderno es apto para leer en varios idiomas pero al enfrentarse a un texto largo es incapaz de entender nada de lo escrito: al cabo de un rato se pierde, su concentración se desploma, el leve esfuerzo intelectual le supera irremisiblemente. Leer, pensar, alimentar la mente. Poco hay que parezca más necesario.
Yo he sido siempre un ratón de biblioteca: pasar la vista por anaqueles llenos, deslizar la mirada como si fuera un dedo por el lomo del libro y escoger. Cada portada una promesa, cada autor una esperanza. Y cuando me hice mayor y tenía con qué gastar, ese reflejo adquirido me condujo a multitud de librerías, a hacer lo mismo, a elegir, pero a pagar en esta ocasión. Y lo sigo haciendo, felizmente, mientras se pueda permitir uno el dispendio. Y también sigo acudiendo a la biblioteca, cada semana, y esto me gustaría poder seguir haciéndolo siempre, sin pararme a pensar si llevo algo suelto en el bolsillo.
La web de la campaña en defensa de las bibliotecas públicas es: http://noalprestamodepago.org/
¡Libro!¡Todos somos contingentes, pero tú eres necesario!
Yepha!!
ResponderEliminarYa se sabe, señor Licantropunk, el amor, a los libros y al conocimiento, es innecesario. Más en estos tiempos de acorralamientos varios...
Los libros son peligrosos y hay quien disfruta quemándolos o dificultando el acceso general. No es nada nuevo, sólo un poco más cínica la manera de llevarlo a cabo.
Saludos de ésta que tanto empolló con los libros de la Fundación Sánchez Ruipérez.
¡Lo que faltaba! Que te cobren algo por leer o sacar un libro de una biblioteca... ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Que te hagan pagar por ver "La noria"? A dónde hemos llegado, señor mío.
ResponderEliminarMarga: la labor de las bibliotecas es tremenda. No sólo es préstamo de material, sino también un montón de actividades culturales de todo tipo, para todos, gratuitas. Hablar bien de las bibliotecas es una redundancia absurda, parece mentira que haya que defenderlas.
ResponderEliminarTomás Serrano: alguien dijo que "Noche y Niebla" de Resnais y "Saló" de Pasolini, son dos películas que debería ver todo el que pretenda llamarse ciudadano. Ahí añadiría la telebasura: hay que verla pero desde el punto de vista adecuado: podredumbre del ser humano, ausencia de valores y sobre todo, gente que ha leído muy poco. Para criticar hay que conocer. Leer y leer.
Saludos y ¡vivan las bibliotecas!
Todo el apoyo que pueda prestársele es poco. Y es que hay determinadas cosas que jamás deberían tocar...
ResponderEliminarSaludos.
Fantástica reseña,amigo.La crisis no es económica sino mental."Los inmorales nos han igualáo",como dice una canción de Enrique Santos Discépulo en Cambalache.Nos han quitado en cigarrillo de la boca,los cafés donde nos refugiábamos para escribir y leer. Ahora reina las grandes pantallas con fútbol a todas horas.Las librerías de toda la vida están cerradas e impera las grandes superficies con un personal que no han leído nunca un libro.Las bibliotecas se han convertido en locutorios donde la gente van a conectarse a internet.Los buenos blogs en la red están desapareciendo y todo el mundo opina,todo el mundo sabe,todo el mundo habla de lo que no tiene ni puta idea.Los amigos han desaparecido o no tienen tiempo para departir.Los políticos gobiernan con tijeras y los productores de cine se han empeñado en realizar bodrios para subnormalizar más al personal y a uno solo le queda comprarse el libro Zombi:guía de supervivencia de Max Brooks.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,amigo,y gracias por recordar unos escritos que ya están perdidos en la inmensidad de la red.
Mr. Licantropunk, muy buena reseña; nuestros dias, son dias grises, en todos lados pasa igual, terrible, en Argentina y en el mundo, terrible; asquerosos gobernantes, llevando puestas falsas mascaras y que cuando dicen algo, no dicen nada, solo ofrecen miserias en todo sentido y disfrutan creando monstruos, terrible. No se si habra luz al final del tunel. Un saludo.
ResponderEliminarQué suerte tenéis en Salamanca con las Conchas, cada vez que voy flipo con las cosas que tienen. En Madrid, con toda su capitalidad y centralismo, no hay ninguna biblioteca tan bien dotada de libros, cómics, películas y música. Y en vez de mejorar vamos a peor.
ResponderEliminarEl estado tiene el deber de garantizar el derecho de acceso a la cultura, el problema es que mucha gente piensa que invertir en cultura es derrochar y al final cada país tiene lo que se merece.
Un recuerdo para la Fundación Sánchez Ruipérez, a donde llevaba a mi sobrina cuando era pequeñita.
Un saludo!
Lo que en realidad es una vergüenza es el precio de los libros. En mi casa a todos nos gusta leer y cada uno, un tipo distinto de literatura. Somos tres comprando libros, mi mujer , mi hija la mayor y yo. Total, un dineral tonto, eso es lo que es realmente una vergüenza.
ResponderEliminarSi ponemos por ejemplo algo lógico, dos libros al mes por ejemplo. Serian 6, que por supuesto pago yo. Lo que da un total a año, bastante alto. En fin, dicen mucho de la cultura, pero sigue siendo, digan lo que digan estos supuestos políticos...Para ricos
Y la biblioteca, para gente de mi edad, por muchos factores, no es una solucion. De cualquier forma mi solidaridad mas absoluta con tus razonamientos. Aunque en realidad mi queja valla contra los precios, apoyo la tuya sin fisuras. Cuidate
La biblioteca más bonita del mundo es, para mí, la de Gabriel y Galán. Qué envidia pensar que alguien leyó allí "La Historia interminable".
ResponderEliminarGracias por la chapa.
Licantropunk, ya que tanto das la chapa con esto de las bibliotecas, me tendré que poner una de esas que venden a 167 pesetas la unidad para colaborar con la causa (independientemente de quien la haya pagado, jeje).
ResponderEliminarme encantaba el ritual de ir ala biblioteca, sacar un libro, ahora que vivo en Alemania no puedo leerlos como quisiera. Si hay pocos lectores y las bibliotecas, en vez de públicas, serán privadas, qué razones quedarán para que los lectores no se descarguen los libros de internet, para que esta clase de medida termine de de quitar la poca dignidad que al libro le quedaba para ser comprado, obsequiado y promocionado lector a lector???
ResponderEliminaren fin, la brutalidad es cosa de medidas de gobierno.
Kinezoe: es algo a apoyar con fuerza.
ResponderEliminarFrancisco Machuca: pues ese libro lo tengo, lo compré hace poco en una edición de bolsillo. Comentas todo lo que cambia, todo a peor. ¿Qué no cambia? El placer de leer un buen libro. En tu crónica hablaste de Ray Bradbury... pues eso.
Belknap: Argentina, el mundo, aquí. Lo importante es que lo sepamos, que seamos conscientes, que no nos engañemos. Informados.
Deckard: quién lo diría. Entre la Casa de las Conchas y la Torrente Ballester, la verdad es que no me puedo quejar en absoluto. Voy a ambas con frecuencia (menuda sección de cómic han montado en la Torrente) y ojalá pueda ser así mucho tiempo.
Plared: el precio de los libros es un debate distinto. A mí, la verdad, es que no me parecen caros. O sea, hay algunos que sí, carísimos, encima unos bodrios. Pero por menos de 10 euros hay un catálogo de bolsillo impresionante. De todos modos, un factor más para apoyar las bibliotecas, por supuesto.
Y la disponibilidad de la biblioteca, pues no sé cómo será donde tú vives, pero aquí, en Salamanca, tienen los mismos horarios que un Zara: de 9 a 21 y no se cierra para comer. Y los sábados por la mañana abierto también. De momento...
Akebono: esa biblioteca tiene encanto especial, es como una antigua mansión. Sí, grandes recuerdos de iniciación literaria en ella.
Tarántula: no por favor, descargas de eso no. Que el ritual de ir a la biblioteca (yo voy como a una tienda de golosinas) no desaparezca. La industria editorial, al menos en España, me parece que aún ve el tema ebook con mucho miedo. Y con razón.
Saludos a todos.
Licantropunk, ya que tanto das la chapa con esto de las bibliotecas, me tendré que poner una de esas que venden a 167 pesetas la unidad para colaborar con la causa (independientemente de quien la haya pagado, jeje).
ResponderEliminarTen cuidado que una chapa de esas, en los tiempos que corren, da tufillo a comunista y subversivorrrr!!
ResponderEliminar¡Me apunto!
ResponderEliminarJoder! qué me dices! Esto es el colmo ya. No tenía ni idea de ese atraco a los lectores y de esa puñalada (me temo que mortal) a las bibliotecas públicas.
ResponderEliminarUn abrazo!