Tercera película del beligerante crítico de Cahiers du Cinéma, joven turco airado nacido en París. La primera, "Los cuatrocientos golpes", fue un éxito rotundo para el director novel (y esta mañana debatía acerca de las intenciones morales en "Kids" de Larry Clark y me doy cuenta de sus similitudes -que nadie me pegue- con "Los cuatrocientos golpes", cada una en su época generando debate y controversia; pero me voy del tema, estamos con otra de Truffaut, el que quiera leer sobre "Kids" que acuda al número 2 de "La caja de Pandora": publicidad nada subliminal) y la segunda "Disparad al pianista", un completo fracaso: el público esperaba más Antoine Doinel y por el contrario se encontró una de gangsters, un giro inesperado protagonizado por Charles Aznavour. Polemizar, sorprender, hacer lo que nadie ha hecho antes, dejar una impronta indeleble de cineasta apoyándose en otros (en gigantes: Hitchcock, Renoir, Ray, Rossellini, Cocteau, Fuller, etc.) pero innovando a su vez. El perfecto autor.
"Jules y Jim" retoma la senda de llevar gente a la sala contando la historia de dos amigos, uno francés, Jim (Henri Serre), y otro alemán, Jules (Oskar Werner; Truffaut le hará protagonista de otro de sus títulos señeros, "Fahrenheit 451"), dos bon vivant que se lo pasan en grande en plena Belle Époque francesa. En su amistad se cruza Catherine (Jeanne Moreau) y, como decía Aute en su canción "Una de dos": o me llevo a esa mujer o entre los tres nos organizamos, si puede ser. Esta relación inusual (y Truffaut ya puso en pantalla algo parecido en "Disparad al pianista", un tratamiento cinematográfico de las relaciones sentimentales que se aparta de la "normalidad" para adentrarse en sus ramificaciones y que será marca de la causa: más adelante en "La piel suave" o en "La sirena del Mississippi", por poner un par de ejemplos), un tema escabroso para la época (para cualquier época, en realidad), está planteado de forma absolutamente natural: las cosas son como son y no pueden ser de otra manera: aceptación.
Drama tierno, nada cursi, en el que parece que se quiere demostrar que la amistad es un afán más importante y duradero que el amor, un sentimiento menos exigente que la pasión desbordada y ciega, que se agota y lo arrasa todo a su paso. El personaje de Jeanne Moreau posee el magnetismo de la mujer libre, poco dada al compromiso férreo, cualidad ésta que se convierte en un lastre cuando el amante ocasional se enamora de la bella Catherine. Jules y Jim seguirán siendo amigos a pesar de la Gran Guerra, que los coloca en bandos opuestos, a pesar de los celos, de la insatisfacción constante, de idas y venidas. Un lio que vuelve loco a cualquiera, ya te puedes suponer. Y el final, sorprendente.
Jeanne Moreau cantando "Le Tourbillon" en "Jules y Jim" y parando el tiempo
No sé, pero siempre me ha parecido una versión moderna (muy moderna, casi una parodia) de una película (o dos, porque luego hizo una versión sonora) de "Yo Acuso" de Abel Gance (1918), por cierto muy recomendable para todos, en especial para los que rebuscan en viejas pelis.
ResponderEliminarSaludos!
Muy bien traído el tema, desde Buñuel Licantropunk. Otra película de las que tengo pendiente. Un abrazo1
ResponderEliminarNo he visto mejor -y más complejo- triángulo amoroso en una película que en este ensayo sobre la amistad y el amor que firmó Truffaut (desconozco ese título que menciona ethan; habrá que indagar). Buena reseña, amigo. Me encanta esta cinta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Le tourbillon...estaba yo leyendo tu post y sonaba en mi cabeza esa canción, cuando..oh! sorpresa, ahí está...
ResponderEliminarSiento debilidad por Truffaut... y por los "400 golpes"...
Sí, un jodido lío...
Besos.
Ethan: sí, sabía que Abel Gance era una de las referencias cinematográficas del cine de Truffaut: una de tantas. Pero no he visto nada de él, por eso no lo he mencionado. "Yo acuso" será obligado verla, ¿no?, así comprobaré si "Jules y Jim" se le parece. De entrada en "Jules y Jim" salen mucha imágenes de la Primera Guerra Mundial, pero al parecer (no la he leído) la película es bastante fiel a la novela de Henri-Pierre Roché en la que se basa.
ResponderEliminarMarcos Callau: de esas cosas que se te quedan y de pronto (por fortuna) aparecen. Ambas películas son practicamente del mismo año, creo que la de Buñuel es anterior.
Kinezoe: gracias. Era una que llevaba mucho tiempo (años) con ganas de ver y no me ha defraudado en lo más mínimo: ha afianzado mi certeza de la genialidad de ese director.
Lula Fortune: es uno de los momentos inesperados de la cinta: la paz entre tanto lío.
Saludos a todos.
Hace poco pude ver Los Cuatrocientos Golpes en los cines Verdi de Madrid y me gustó mucho más que la primera vez que la vi en DVD con una edición lamentable que no respetaba el formato original, por cierto.
ResponderEliminarJules Et Jim no es de mis favoritas de Truffaut, pero a lo mejor debería darle una segunda oportunidad, como a Los Cuatrocientos Golpes. Muchas veces, las películas que están muy mitificadas te decepcionan en el primer visionado y mejoran en los siguientes, cuando las ves más relajadamente.
Un saludo!
Mr. Licantropunk, buen titulo, un saludo.
ResponderEliminarDe momento, ¿nos veremos por el Manhattan Shorts Festival o como se llame?
ResponderEliminarOtra a la saca de las pendientes...
ResponderEliminarConfieso: la primera vez que he visto una peli de Truffaut fue este verano, en los Verdi (como uno de tus contertulios por lo que veo),los 400 golpes, y salí encantada...
Así que me voy a poner con ese director, le toca.
Saludos!
Una de las mejores películas de Truffaut,sin ninguna duda.Todavío hoy sigue resultando fresca.
ResponderEliminarUn abrazo.