Este año, entre los distintos papeles que interpretaban los actores masculinos que optaban a un premio Goya por sus interpretaciones, tres de ellos interpretaban el rol del cura: la sotana y el alzacuellos como vehículos directos a la gloria... cinematográfica. Pero han de ser curas malvados, que ya se sabe que el lucimiento del actor es mayor cuando se interpreta a un malo jugoso antes que a un héroe insípido.
Cine y religión, o mejor, cine español y catolicismo. De un tiempo a esta parte, la Iglesia suele quedar muy mal retratada en el celuloide: se retrata como un sistema jerarquizado opresor, contrario a la libertad individual y al conocimiento científico, dogmático e hipócrita, machista y sectario, retrógrado y manipulador. La cámara se adentra en los aspectos más negros de la institución y raramente se encontrarán ejemplos de sus labores piadosas o humanitarias, que también las hay, por supuesto. Pero pasan desapercibidas: se pasaron tantos años inculcándonos sus bondades, sus inmaculadas vidas, que ahora, en plena era de la información, las faltas que cometen son auténticas bombas mediáticas. Esta semana, sin ir más lejos, la prensa pone en titulares que el fundador de los Legionarios de Cristo, del que ya se sabía que era un cerdo pederasta, además tenía una amante y una hija, o que el propio Papa Ratzinger, que había coqueteado con el nazismo en su juventud, rehabilita a un obispo negacionista. Y esos titulares se acompañan de que la Iglesia ha aumentado en España sus ingresos del IRPF en el último año en casi un 40%: en plena crisis económica mundial y con un socialista en la Moncloa: para que luego digan que los milagros no existen.
"Camino" es una denuncia demoledora de la vida de las familias que pertenecen al Opus Dei. La religión es una enfermedad hereditaria: se transmite/impone de padres a hijos, pero el veneno está en la dosis y la mayoría de los cristianos no va a misa más que cuatro veces en su vida (bautizo, comunión, boda y funeral: además la primera y la última no cuentan porque se va obligado: bueno, a las otras dos puede que tampoco se vaya libremente). Secta es un término peyorativo, pertenecer a una no debe ser nada recomendable pero que le expliquen eso al que ya está dentro. Javier Fesser cuenta el drama de una niña gravemente enferma, asfixiada por una madre beata y meapilas (fantásticas actuaciones, merecidamente premiadas), que utiliza la imaginación y el amor platónico como válvula de escape. La película se fundamenta en el contraste entre las fantasías inocentes de la niña, sus ganas de vivir y de amar, y la sombría realidad que la rodea, mezquina y perversa, dispuesta incluso a la vil manipulación de su agonía a fin de conseguir llevar a la pequeña Camino a los altares. El contraste se exagera tanto que termina adentrándose en la caricatura: pierde la eficacia del ataque velado, de la insinuación sutil.
El ataque furibundo de la Obra, eso no se lo va a quitar nadie.
Magníficas actuaciones: la del padre, la de la madre... Madre e hija, las dos enfermas, cada una a su modo. Caótica Ana, con menos caos y más recato, también enferma. "Ya tenéis lo que queríais" (palabras de la tía).
ResponderEliminarNo me parece la mejor película de 2008 del cine español. Me quedo con "Los cronocrímenes".
saludos.
No puedo hablar, no la he visto y me temo que no estoy en un momento para ver agonias... pero me gustaria por calibrar su ataque al Opus aunque tampoco me van a mostrar nada que no haya visto antes. Cualquier fanatismo es nefasto para la salud, sobre todo del discípulo.
ResponderEliminarUn abrazo, Licantropunk.
Al menos la mala fama no se la quita nadie. Por lo demás si que ha habido el retrato de un buen cura, "La buena nueva", con Unax Ugalde, muy bien interpretado. Al menos algo de equilibrio.
ResponderEliminarakebono: es lo que más destaca, los actores. Nos quedamos con "Los cronocrimenes", cierto.
ResponderEliminarmargot: en alguna entrevista que le hacían al director, éste decía que el Opus había criticado la película sin verla ¡pues si la llegan a ver!
Blanca: tomo nota del cura de "La buena nueva". El último cura bueno que vi en una película, fue Jeremy Irons en "La misión" de Roland Joffe. Así que me acuerde.
Saludos.
Pendiente,mi querido amigo,pendiente la tengo.En un principio recelaba de ella.Creí que se trataba de un remake del Exorcista,pero edulcorada.
ResponderEliminarUn abrazo.