
De un tiempo a esta parte el cine español, el de mayor recaudación y promoción y más conocido, se ha poblado de tramas que tienden hacia el genero fantástico y de terror. No sé si la tendencia se inició con el taquillazo de "Los otros" de Alejandro Amenábar o algo más atrás con cintas como "Los sin nombre" de Jaume Balagueró, o incluso con productos foráneos como "El sexto sentido" de M. Night Shyamalan, auténtico blockbuster del género. En general son producciones donde no se abusa del grito histérico, el asesino brutal o la sangre a borbotones, recursos habituales del cine de terror adolescente estadounidense, donde el paradigma de referencia sería la filmografía del director Wes Craven ("Scream", "Pesadilla en Elm Street": Freddy Krueger fue el monstruo cinematográfico más popular de los 80). El estilo de este cine fantástico español se centra más en los espíritus de los difuntos (mi fantasma favorito del cine español es el Fiz de Cotovelo interpretado por Miguel Rellán en "El bosque animado" de José Luis Cuerda. Sus charlas con el bandido Fendetestas, encarnado por Alfredo Landa, llevan el sello inconfundible del gran Rafael Azcona: otro irrepetible) y, entre estos inquietantes duendes, preferencia clara por los fantasmas de niños. Un caserón antiguo y un grupo de fantasmillas que hayan padecido muerte violenta antes de tener edad para sacarse el graduado escolar, establecen los ejes argumentales de la mayoría de los guiones. A ello añádase una mujer de alrededor de cuarenta años, delgada y rubia (Nicole Kidman, Calista Flockhart, Belen Rueda) y dispuesta a meterse en la boca del lobo y ya tenemos a la protagonista. Incluso el secuestro realizado por habitantes de la dimensión desconocida recuerda a la niña atrapada por la televisión en "Poltergeist" de Tobe Hopper. ¿Niños atrapados por la televisión? Ya están aquiiii.
Así pues, la película no aporta nada al género y da cierta pereza: temas demasiado manidos. Es, sin embargo, un producto de impecable factura. El debutante director, Juan Antonio Bayona, aprueba el examen demostrando que dirigir vídeos musicales de Camela o de OBK no supone una merma de profesionalidad, todo lo contrario, más bien afirma que cualquier ocasión es buena para aprender y que lo bien hecho bien parece: no hay trabajo pequeño y hay que estar preparado para cuando te llega la gran ocasión. Por otro lado, Belén Rueda hace un buen papel al que aporta credibilidad en su interpretación (madres trágicas que atraviesan puertas hacia lo desconocido buscando niños perdidos) y demuestra sus condiciones de excelente actriz a pesar de sus escasas apariciones en la pantalla grande. Será que el bar de "Los Serrano" hace buena caja todas las noches y, ya se sabe, la hostelería es muy jodida y no conoce domingos ni días de fiesta.