miércoles, marzo 31, 2021

"Vicky Cristina Barcelona", de Woody Allen

Polémica película para un director polémico: con él llegó el escándalo. Y ese escándalo, conocido por todo el mundo, complicó encontrar la financiación necesaria (a pesar de que las películas de Woody Allen se distinguen por su bajo presupuesto) para que el director de Brooklyn mantuviera su cadencia de una película por año. Llegó a un acuerdo con Mediapro, conocida por todo el mundo, al menos el de aquí, también, para que la compañía del no menos polémico Jaume Roures financiara tres rodajes, el primero de los cuales sería "Vicky Cristina Barcelona" (después vendrían "Conocerás al hombre de tus sueños" y "Midnight in Paris").

Cuentan las malas lenguas que el contrato, mefistofélico, obligaba a que ese primer componente del trío debía ser rodada en Barcelona, de modo que el prestigio artístico del cineasta quedara unido por siempre al nombre de la ciudad condal, más aún, ese nombre tenía que aparecer obligatoriamente en el título. Así, el nefasto rótulo de la película podía ser fruto del pataleo y posterior zanjado de la cuestión contractual por parte del director: el chantaje monetario se hace patente en que la cinta aparezca a ratos como un publirreportaje bastante cutre. También sale Oviedo, sí, pero si se hace caso a la reciente autobiografía de Woody Allen, "A propósito de nada", la escapada a Asturias parece justificada por el amor que Allen asegura tenerle al sitio.

Entonces, ¿es "Vicky Cristina Barcelona" algo más que un anuncio comercial bien pagado? Pues apartando la morralla tópica (que, por otro lado, produjo que la película fuera un éxito en Estados Unidos, y, en España, mucho criticar, pero fue la tercera película más taquillera del año 2008) y propagandística, sosteniéndose en las estupendas actuaciones de Penélope Cruz o Rebecca Hall (de nuevo Allen como enorme director de actrices) se asoma una de las películas más sensuales y provocadoras del gran genio del séptimo arte, un metraje en el que se desmontan los presupuestos argumentales de su mercenaria primera parte para volver a incidir en las contradicciones de la alta sociedad estadounidense, acostumbrada a obtener todo lo que desea firmando un cheque, todo excepto el talento y la sabiduría, bienes impagables que solo son otorgados por la inquietud y la constancia. La cultura, ese ansia.

3 comentarios:

  1. Por fin alguien con buen criterio y mejor estilo literario pone a esta efervescente cinta donde le corresponde. Yo la disfruté de lo lindo. Fresca e ingeniosa, un disfrute muy en la línea de Rohmer, sin pretensiones

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  2. Hola Licantro!
    Desconocía todo lo que se menciona en los dos primeros párrafos.
    Adhiero al tercero, me gustó la película pero también me haría esa pregunta, porque tuvo algo que tampoco me cerró. Creo, para mi visión muy personal, que tomó un atajo, pudo haber tenido una vuelta de tuerca más, como tuvieron otros de los films de Woody.

    Abrazo

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  3. Va, le daré otra oportunidad. Reconozco que en su momento me decepcionó, influenciada, no digo yo que no, por ese espantoso título y por un visionado prejuicioso derivado de él. Lamento decir que la presencia de Penélope Cruz, no comparto su entusiasmo por la actriz, no hizo tampoco mucho.
    Pero el tiempo, ay el tiempo...

    Y porque el peor Allen sigue siendo Allen, ey, mejor no olvidarlo. Y no lo hago nunca, palabrita

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