domingo, febrero 25, 2018

"Tres anuncios en las afueras", de Martin McDonagh

¿Quién mató a Laura Palmer? Esa pregunta es historia de la televisión, una cuestión que alcanzó niveles metafísicos cuando se emitieron por primera vez, en 1990, los desconcertantes episodios de "Twin Peaks", el drama televisivo creado por David Lynch y Mark Frost. "Twin Peaks" supuso un cambio de paradigma en cuanto a lo que era posible realizar para el consumo masivo de millones de telespectadores, una propuesta radical para la que se suponía que el gran público no estaba preparado: "Twin Peaks" fue una pionera, uno de los señalados puntos de partida para la invasión de series que llegó después, auténtico tsunami de variopintas temáticas y estéticas que se llevó el medio por delante (nada de esperar una semana a que emitan el siguiente capítulo, ni mucho menos soportar que se interrumpa la emisión para que te cuelen varios anuncios comerciales) y alcanzó un nivel máximo de inundación que todavía no ha aflojado: el agua sigue subiendo.
¿Quién mató a Ángela Hayes? Desde las primeras escenas, "Tres anuncios en las afueras" me ha recordado a los sucesos que tuvieron lugar en el pueblo imaginado por la firma de prestigio de David Lynch, cambiando el estado de Washington por el de Missouri, pero enfocando hacia la América profunda en todo caso. Una pregunta retocada, pero que es la misma, una pregunta gritada bien alto en tres vallas publicitarias, una pregunta que es un Macguffin cinematográfico y que por tanto sirve para poner en marcha la acción pero que, como sucedía en "Twin Peaks", no es más que una excusa para hablar de otros temas. El trágico asesinato de Ángela Hayes puede que se resuelva o puede que no, esa investigación, si se realiza, pasará a un nivel secundario, porque lo importante será, otra vez, realizar una autopsia de la violencia incontenible de la sociedad estadounidense: la meca de la civilización occidental, la sede de su imperio desde el final de la Segunda Guerra Mundial está constituida en gran medida, según cuenta la película, por unos bárbaros que no se lo piensan dos veces a hora de lanzar contra sus convecinos la mayor brutalidad que son capaces de producir. De víctima a verdugo, en un intercambio constante de papeles: la cinta denuncia una ausencia total de inocentes que hace inútil preguntar quién fue el culpable.
"Twin Peaks" elevó su apuesta hasta convertirse en ejercicio de surrealismo, modificando la obvia caricatura y logrando transformar el drama en comedia: "Twin Peaks" no osaba tomarse en serio a sí misma. Si la pretensión de "Tres anuncios en las afueras" era la verosimilitud, entendida como el ánimo de relatar sin ambages una tragedia moderna conducida por madres coraje y provocar así la empatía del espectador, se puede asegurar que la meta quedó muy lejana. La exageración en el guion, vicio inevitable del cine estadounidense, ahuyenta cualquier posibilidad de realismo. Así que será mejor pensar que "Tres anuncios en las afueras" forme un remedo de esperpento valleinclanesco antes que un reportaje de actualidad. Conocido es que la realidad puede superar la ficción, pero el propósito del cine es que parezca real hasta lo más descabellado, un fin que en sí mismo resulta complicado y que no está al alcance de cualquiera.

21 comentarios:

  1. Me gustó mucho. Tiene todos los ingredientes para ser un film difícil de olvidar.

    ¡Saludos!

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  2. Los coen sobrevuelan, y me imagino que le dará al director mucha rabía (así que no se lo digas). Pero entre ver esta película (u otras como "Suburbicon"), y ver "La forma del agua", qué quieres que te diga, me quedo con las primeras.

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    1. Me temo que no vi a los hermanos Coen por ningún lado, si acaso por ver a Frances McDormand, actriz lanzada a la fama por "Fargo", y que últimamente hace muy bien de Frances McDormand. No he visto "Suburbicon" ni "La forma del agua": me temo que la lista de los Óscar de este año no estimula demasiado mi cinefilia.

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  3. Yo también pensé en "Twin Peaks" que revolucionó el medio. Carter, el creador de "Expediente X" reconoce que todo se lo debe a la serie de Lynch. La verdad es que "Tres anuncios..." me ha desconcertado tanto que aún no puedo decir si me ha gustado o no. Esos toques de humor, algunos bastante burdos como de comedia de Adam Sandler, me sorprenden. Mc Dormand, lo mejor de este western moderno con escenas algo forzadas.
    Saludos.
    Borgo.

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    1. Me quedo con tus últimas palabras: "escenas algo forzadas". Se les fue la mano, en mi opinión.

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  4. Me ha enganchado esta reseña, Twin Peaks, Coen y Expedientes X (en lo comentarios)... así que voy a verla.
    Si, la ficción supera en realidad a la realidad, a veces.

    Abrazo!

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  5. A mí me parece un película muy sobrevalorada, llena de trampas previsibles. Me aburrí mucho.
    Terencio

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    1. No puedo decir que me aburriera, la verdad, eso no sucedió. En cuanto a lo de "sobrevalorar", cuando una película tiene tanto reconocimiento ajeno tiendo pensar que es al revés, que en realidad la infravaloramos. Sobrevalorado/a es un adjetivo que nunca me ha gustado.

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  6. Un film de dos lecturas, que dependiendo del espectador será una u otra. Me parece un prodigio de subtexto intercalado, lo que en el cine americano es casi imposible de encontrar, excepto (vaya) en Lynch. El problema es, como bien dices, que se sacrifica la verosimilitud, pero insisto en que depende de qué película espere encontrarse el espectador. A los Coen, desde luego, no.
    Un saludo.

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    1. Claro, al final la opinión de cada uno es completamente subjetiva. Me interrogaba, ante todo y en voz alta, sobre cuáles serían las intenciones reales del director y guionista Martin McDonagh a la hora de realizar esta película. Y con la pregunta me quedo. Mira, lo mismo alquilo un billboard a la salida del pueblo y la planto allí, ja, ja

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  7. Permítaseme pasar por el blog para dejar mi nota discordante (sin acritud). Para mí el propósito del cine no es alcanzar la verosimilitud, sino divertir, sin más. Algunas veces será desde la verosimilitud; otras desde la fantasía más o menos descabellada. El cine como vía de escape.

    Dicho lo cual, he de reconocer que a mí "Tres anuncios en las afueras" me divirtió, y mucho. Desde mi punto de vista, percibo más la sombra de los Coen de antaño, en su humor negro, que la del David Lynch de "Twin Peaks", cuyo estilo tiende a ser algo más surrealista y naíf (en el buen sentido). Las situaciones podrán ser un poco extrañas, y los personajes un tanto raros... Pero yo si vi una cierta coherencia en la forma de moverse de cada uno.

    En cualquier caso, todo esto no son más que apreciaciones subjetivas; lo que a algunos puede encantar, a otros no les dice nada. Siempre ha sido así ^_^

    Un saludo, Licantropunk, y buena semana. Hacía tiempo que no nos veíamos por aquí ;)

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    1. ¡Hola Kinezoe! ¡Cuánto tiempo! ¿El cine como diversión, así, sin más? ¿Un entretenimiento, un pasatiempo? ¿Un remedo de sudoku? Creo que nuestro punto de vista respecto al cine difiere bastante. Sostenía John Cassavetes: "Nunca diré que lo que hago es entretenimiento. Es investigación, exploración. Es hacerse una pregunta tras otra: ¿cuánto eres capaz de sentir?, ¿cuánto sabes?, ¿eres consciente de tal cosa?, ¿puedes manejar tal otra? Una buena película te planteará interrogantes que nadie te ha planteado antes, sobre cada día de tu vida". Amén.

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    2. A mi forma de entender el asunto, el concepto que define Cassavetes está más próximo a la filosofía que al invento de los hermanos Lumière. Eso es tirar demasiado alto para según qué géneros dentro del cine.

      Dicho lo cual, apuntar también que yo no veo incompatibilidad alguna entre diversión y capacidad de suscitar interrogantes. ¡La ciencia es divertida!

      Ya lo decía yo: percepciones subjetivas.

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    3. La ciencia puede ser muy divertida, pero si quieres sacarte la carrera de Físicas más vale que hinques los codos. El Cine no es una filosofía (lo podría ser: lea/vea a Bresson o a Tarkovski) es un arte, y por tanto una forma de expresión trascendente del ser humano. El centro del debate lo ocupa "Tres anuncios en las afueras", una película que aspira, nada menos, a ser considerada la mejor película del 2018: una obra maestra, entonces. Cuando le den el Oscar, si llega el caso, siempre nos quedará el consuelo de pensar que era realmente divertida.

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    4. Hola Licantropunk. Me inclino a pensar que el propósito de esta película es valleinclanesco y el retrato de una sociedad que adolece de una preocupante ausencia de principio, ausencia de moral... Una sociedad atontada que acaba por perder el norte. Me pareció una película correcta, de lo más potable que se puede ver en el cine, actualmente y de la que destacaría su banda sonora. Aparte de todo esto, confieso que no me gustó un final que, en mi opinión, es una concesión a la censura. Abrazos.

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    5. ¡Hola Marcos! La película ya había cubierto su porción de polémica al convertir a un policía racista y violento en una promesa de héroe. Ahora que lo mencionas, sí, un final como ese evita que la cinta pase de ser clasificada como violenta a serlo como hiperviolenta. La verdad es que no me importó mucho que acabará así.

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  8. Mi querido Licantropunk, si tuviera que hacer una sesión doble, pondría Tres anuncios en las afueras con Comanchería. Para mí es como una fábula moral con dosis de cine negro y esperpento... El policía de Sam Rockwell me recordó al policía de Matt Dillon en Crash.
    Creo que el cineasta irlandés es dramaturgo y se le nota en cómo estructura la historia, en la construcción de personajes y en cómo hablan los personajes. También decir que es hermano del director de El irlandés y Calvary. Y que gusten o no gusten los dos tienen una forma peculiar de contar sus historias.
    Me ha hecho pensar tu relación entre Tres anuncios y Twin Peaks. Por cierto ¿has visto la segunda temporada? Yo no soy de series, la verdad, pero esta me apetece bastante.
    Beso
    Hildy

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    1. No he visto la entrega más reciente de "Twin Peaks", la que se estrenó el año pasado, si es esa a la que te refieres, me temo que mis recuerdos de esa serie se remontan a lo que se emitió en los noventa. Pero que no la haya visto aún no quiere decir que no tenga intención de verla pronto, claro.
      Uff, ni "Comanchería", ni "Crash", ni mucho menos Matt Dillon: lo que he apreciado en "Tres anuncios..." no llega a todo eso, me temo.

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