El rescoldo sentimental de aquellas películas protagonizadas por Johnny Weissmüller, es imposible removerlo con este último Tarzán y conseguir que se produzca el mínimo calor. En el año 1984, con "Greystoke", Hugh Hudson, el también director de "Carros de fuego", sí logró acercarse al personaje lanzado a la fama mundial por las películas de la Metro de los años 30, pero rompiendo con la estética clásica y alimentando la trama, por encima de todo, con la pasión romántica entre Tarzán y Jane. La celebérrima pareja, frase hecha de la cultura popular, fue encarnada entonces por Christopher Lambert y Andie MacDowell, estrellas del momento, y no funcionaba nada mal ese Tarzán sucio que entraba en conflicto con el Lord Greystoke de su herencia: el pequeño salvaje y todo eso.
Este Tarzán de ahora no pasa de su pretensión de videojuego: en otras ocasiones también se ha intentado adaptar iconos de antaño a la actualidad relatando sus aventuras como si se estuvieran pasando niveles a los mandos de una consola. Y la verdad es que el reparto no echaba para atrás en el cartel, con tarantinianos solventes como Christoph Waltz o Samuel L. Jackson figurando entre los nombres, o como protagonista Alexander Skarsgård, al que recuerdo como actor notable en la serie televisiva "Generation Kill" o defendiéndo su papel a la perfección, junto a su padre Stellan Skarsgård, para "Melancolía" de Lars Von Trier: talentos vendidos como ratas al 3D veraniego, me temo.
Todo falso: dudo que sea verdadero ninguno de los animales que aparecen en este celuloide inexistente: ni los pájaros del cielo: la informática ha producido la extinción de las especies en el cine de una forma más eficiente que el diluvio universal: que se lo digan a DiCaprio y su oso. Pero falsos eran todos los tarzanes de los monos de nuestra infancia, no nos engañemos: fotogramas aderezados con animales prestados por algún circo, que correteaban por junglas plantadas en Hollywood (¿puede ser que alguna secuencia de la saga original fuera rodada realmente en África?), con lianas aptas para trapecistas y aullantes nativos de casting estadounidense. ¡Angagua Chita, angagua! Las veíamos en blanco y negro, ni siquiera podíamos disfrutar de la exuberancia de cálidos verdes tropicales, pero nos daba igual, el fenómeno de inmersión era completo: concluía el programa de cine de los sábados por la tarde en el VHF y salíamos corriendo a la calle a buscar algo a lo que subirnos mientras gritábamos la pobre imitación de un alarido imposible: el rey de la selva, ¿dónde estará?
La aventura terminó.
Típica película que ni se me pasa por la cabeza ir a ver, pero me centraré más en las antiguas. Quizá a nuestros padres les gustaran, pero a mí (una década mayor que el propietario del blog) las películas de Johnny me parecían unas chapuzas con poco interés. Ya sabes que estoy siempre en busca del fallo, pero en aquellas películas la tarea se hacía tediosa por fácil: transparencias demasiado evidentes, chuscas; aceleraciones de las imágenes que robaban cualquier atisbo de espectacularidad; todo era previsible hasta para un niño... Eso sí, mejores que el torneo de las Cinco Naciones... Como cualquier cosa.
ResponderEliminar¡Será posible! ¡Con lo bien que daba usted el alarido ese, que se arrimaban las moruchas de media provincia!
EliminarBueno, pues yo en mi condición de tierno infante, realmente tierno cuando hablo de la época, jugaba a Tarzán en la calle, y a muchas otras cosas, según la película vista la tarde de sábado (a Mazinger Z también, por supuesto), película que era de indios y vaqueros la mayoría de las veces. Y, claro, en un televisor Emerson de aquellos de los setenta, en blanco y negro, de lo que ahora serían apenas 20 pulgadas de diagonal, poco podíamos fijarnos en detalles. Con la emoción bastaba. La imaginación ponía el resto.
Saludos.
Me sorprende que sigan confiando en David Yates.
ResponderEliminarTarzán (la animada) fue la primera película que fui a ver al cine, me llevó mi papá. Luego también jugué a Tarzán, pero en mi leal PSX y junto a mi madre, que por momentos hacía del videojuego (bastante bueno y a veces aterrador) algo tan estresante como las tareas del colegio, jaja.
Esta Tarzán no parecía buena idea en ningún momento, con suerte sus actores protagonistas tendrán mejores oportunidades (ejem... Suicide Squad a la vuelta de la esquina).
Saludos.
Es lo que más quería resaltar en la entrada, cómo el cambio de hábitos de los niños a la hora de jugar, se refleja en la forma de hacer películas, y tu comentario (gracias, gracias) parece apoyar la tesis. No he visto el Tarzán de Disney, pero ahora que lo mencionas, el protagonista se parece bastante a ese Tarzán dibujado. Nada es casual. La filmografía de David Yates que conozco se reduce a la saga Harry Potter. Ya he visto que la Jane, Margot Robbie, hará de Harley Quinn en "Suicide Squad". No la he mencionado en la entrada, pero es de lo mejor del reparto de "La leyenda de Tarzán".
EliminarSaludos.
El mejor Tarzán sigue siendo el literario, que lamentablemente no conoce casi nadie, y eso que toda la colección está publicada y muy bien editada en este país de gritones poseedores de la verdad absoluta y de cuyas lianas son billetes enrollados. Una vez escribí un artículo donde repaso a casi todos los Tarzanillas del cine y es, francamente, patético.
ResponderEliminarRecomiendo la lectura de las grandes novelas de Edgar Rice Burroughs, incluso en las que no sale Tarzán.
Abrazos, amigo.
http://fmaesteban.blogspot.com.es/2016/01/tarzanillas-de-cine_4.html
No he leído las novelas de Tarzán, y tomo nota de la recomendación. Sí leí muchos de los tebeos del personaje, que aquí editaba la mejicana Novaro, entre otras. Leer tebeos: también pasó a la historia.
EliminarSaludos.
Sí, los amaestradores de animales para el cine están pasando una mala época, como aquel entrañable personaje que encarnaba Burl Ives en "Perro blanco". De momento, solo he visto el trailer pero me ha parecido un "Tarzán en el planeta de los símios". A ver cuando hacen otro intento de seguir las novelas originales como en "Greystoke".
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Tarzán ha sido llevado muchas veces a la pantalla, cualquier cosa que se haga va a resultar un remake, algo ya hecho en el pasado. Intuyo que la de Disney, que no he visto, se quedará como el más probable acercamiento al personaje para generaciones futuras.
EliminarSaludos.
... mi Tarzán es Johnny Weissmuller, yo le tengo un cariño especial y un recuerdo de tarde con sus gritos en una pared de la casa de mis padres y el sonido del super 8.
ResponderEliminarA Alexander Skarsgård le prefiero como vampiro vikingo...
Beso
Hildy
No conozco la faceta vampírica de ese actor, pero seguro que no lo hacía nada mal. ¿En "True blood", verdad? Me parece que hacer de Tarzán puede hacer que su reputación se hunda... Esperemos que a nadie se le ocurra hacer una segunda parte.
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