Lo importante será poner en valor esta película más allá de su condición especial, es decir, saber si hay una película detrás del experimento técnico cinematográfico. A fin de cuentas, el espectador no tiene por qué conocer de antemano las circunstancias del rodaje de esta cinta. Supongamos que un montador extrae una secuencia de cada uno de los capítulos de las tropecientas temporadas de la serie "Cuéntame como pasó" y las pone una a continuación de otra, de modo que se obtenga un metraje de tres horas (un montador realmente avezado en condensación de tramas) en el que se asiste a la evolución del niño Carlos Alcántara (Ricardo Gómez) desde los siete a los veinte años. Cuestiones de estilo y estética aparte, ¿no se obtendrían dos películas muy parecidas? Y si, en vez de acudir al famoso culebrón sobre la Transición, tomamos a François Truffaut rodando la episódica vida de Antoine Doinel desde la crecedera piel de Jean-Pierre Léaud (en un intervalo de veinte años, interpretó a Doinel en cinco títulos distintos) el ejemplo tendrá más lustre.
Pero la apuesta de Richard Linklater ha sido otra, un ejercicio antropológico rodado durante más de una década, apenas tres días de rodaje por año, un ejercicio premeditado, sin depender de que un índice de audiencia permita que una historia, y su grupo de actores, prolongue la trama hasta límites sólo alcanzables por productos televisivos. Y Linklater no es un novato en ese no uso del maquillaje para caracterizar la edad de sus actores: su trilogía romántica "Antes del... amanecer, atardecer y anochecer" es otro ejemplo de paciencia cinematográfica, de proyecto a largo plazo. Podría haber realizado un documental, pero "Boyhood", la niñez de un chico, es una ficción que procura ser veraz. Y lo logra. Nadie puede poner en duda que las circunstancias vitales del joven Mason (Ellar Coltrane) son creíbles. ¿Qué caracteriza, qué restringe y condiciona la infancia más que ninguna otra cosa? ¿El divorcio de los padres? ¿El trato violento de los mayores? ¿La humillación del colegio? ¿Las compañías, sean las buenas o las malas? Saltos en el tiempo hacia momentos que pueden ser clave o no, lo fundamental o lo cotidiano, y un espectador que debe llenar el espacio en blanco entre escenas, para adivinar los cambios en la vida de Mason. Nada del otro mundo, tampoco: una dramatización que intenta representar una realidad bastante estándar: la falta de pasión de la costumbre.
El paso de la edad representado de forma un tanto simplona por la ambientación, pistas almacenadas en una cápsula del tiempo: la evolución de las videoconsolas, de los televisores, de los teléfonos móviles, de la música, hasta el fenómeno Harry Potter hace presencia. Ellar Coltrane y Lorelei Linklater (sí, hija de) dos hermanos prisioneros en un álbum de recuerdos de familia, no logran producir gran empatía, sobre todo ella, que de un inicio prometedor (la graciosa escena de falsa pelea en el dormitorio) de niña de armas tomar se diluye rápidamente en adolescente sosa. Si algún personaje de la trama ha conseguido conmoverme, sin duda será el del padre, interpretado por Ethan Hawke, un actor que nació casi el mismo año y casi el mismo día que yo: su metamorfosis en los fotogramas será aterradora: adiós al Pontiac GTO y a la pinta de músico cool, hola al rifle y la Biblia, o, lo que es lo mismo, la rebeldía aplacada por la edad y eso tan perro llamado circunstancias. Y la música como única redención posible.
Mason convertido en fotógrafo: la vida filmada ahora es el ojo que mira y se rebela además contra la invasión tecnológica actual: romper la cuarta pared, salir por la puerta de atrás del decorado y, como Truman, el hombre verdadero, el que logró escapar de la caverna platónica, ponerse a salvo de la mirada constante (la palabra precisa, la sonrisa perfecta) y no volver nunca más. Y, por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes y buenas noches (esto último, dedicado especialmente a su mencionada trilogía, Mr. Linklater).
Como ya comento en mi crítica (toma autobombo....XP) a mi me asustaba que detrás del experimento del rodaje hubiera sustancia. Y si la hay. Y a mí también me ha gustado mucho que haya momentos vitales que son escamoteados al espectador: todo un acto de audacia, que dudo, hubiera sido así en la condensación de "Cuentame..." que comentas.
ResponderEliminarUn gran película.
Saludos
Bueno, lo de "Cuéntame" no era más que un ejemplo (por cierto, una serie que no he visto nunca) de que presentar la evolución de un personaje a través de los años, se puede conseguir de muchas formas. En el caso de la serie, aupada por su éxito. Pero esta película de Linklater sin duda va más allá.
EliminarSí que me ha gustado ese guiño a la canción de Sivio Rodriguez, especialmente porque me trae recuerdos. Con respecto a la película en sí, por desgracia no puedo decir nada útil pues no la he visto (por acá no ha llegado todavía), pero sí me da la impresión de que, aunque interesante y emotiva y todo, tiene un pie forzado formal (lo del rodaje en doce años) que sí podría ser contraproducente, especialmente porque un elemento formal no hace, tal como señalas, una película por completo. De todas formas, confío en Linklater, aunque también confío en la opinión depositada en su entrada. En fin, tendré que verla y ahí podré opinar con más fundamentos.
ResponderEliminarSaludos.
A ver: si a usted le salen en un texto las palabras "la mirada constante", ¿no le lanza el cerebro la continuación, esa canción tantas veces oída? Pues me dio por ponerla. Respecto a la película, sí, hay película detrás del "truco" y merece la pena verla (¡pero bueno! ¡si su blog tiene un enlace a este humilde licántropo cinéfilo! Pues corresponder es lo suyo, que además su blog tiene pinta de que me va a conceder muchos ratos de lectura: esos son los que tengo a la derecha, los que leo, y no dude que lo hago).
EliminarA ver si soy capaz de ir esta semana a verla! la tengo muchas ganas pero he tenido poco tiempo.
ResponderEliminarA mí me gustaron mucho las tres películas de la trilogía y me pareció un "experimento" tan vital como cinematográfico, aunque en mí siempre prima lo primero sobre lo segundo. Espero que en este caso sea igual.
Un saludo!
Pues por todos aquellos "Antes del..." va la cosa. Y encima Ethan Hawke claro. Incluso hay una escena que rememora totalmente los paseos (esos "travelling" hacia atrás) de Hawke junto a Julie Delpy, a ver si sabes decirme cuál es.
EliminarHay película detrás del experimento... y una buena representación del fluir del tiempo, de la improvisación que depara la vida a pesar de que nos dictemos e imaginemos un futuro (de ahí las frustraciones...). Linklater no solo da un paso con ese experimento de doce años (39 días de rodaje) sino también con esa forma de contar cinematográficamente sin transiciones, sin rótulos indicativos, con elipsis... y de representar la cotidianidad de una familia concreta (me ha encantado tu experimento con la familia Alcantara...).
ResponderEliminarComo a ti, debe ser cuestión efectivamente de generación, me han llegado los personajes de los padres. Tanto el personaje de Ethan Hawkes que tan bien describes (yo también crecí con él, me fijé por primera vez en su persona en El club de los poetas muertos y partir de ahí sigo su trayectoria) como el de Patricia Arquette me llegaron. Muchos de sus diálogos y monólogos los reconocemos, los entendemos y los sentimos. Ay, esa escena de Patricia, llorando y describiendo a su hijo cómo ha sentido su vida y cómo siente ya la cuesta abajo...
Un beso
Hildy
Sí, sí, los padres, sin duda, ja, ja. El personaje de Patricia Arquette se lleva la peor parte, la pobre, sobre todo en comparación con la parte de Hawke. Claro, que el tiempo es muy perro...
EliminarA mí me pasó lo mismo con los personajes que mencionas: la hermana parecía ser una personita prometedora y se quedó en joven sosaina. El padre ha sido, con mucho, el personaje mejor dibujado en su derrota, que tal vez no lo sea tanto, no lo sé...
ResponderEliminarLo que está en la cinta es un espejo de la vida misma, tan fascinante, imprevisible o aburrida como pueda ser la realidad. Y eso sí que es un mérito loable para el director desde mi punto de vista. Yo sí me he visto reflejada en mil momentos y en casi todos los personajes: de niña, de adolescente, ahora mismo...
Como dices tú, lo que deberemos valorar es si, además de un experimento, como película tiene méritos suficientes.
Para mí sí los ha tenido y muchos, aunque resulte imperfecta en muchas cosas.
Un saludo
No logré conectar con los chicos, tengo que reconocerlo: esta "boyhood" no tiene demasiado en común con la mía, quizás algo más en la llegada a la adolescencia: Mason y el arte. En cualquier caso una película interesante, con buenas excusas para querer verla.
EliminarEs que esas cosas de las perfecciones las he mirado siempre con lupa, porque ¿qué es lo perfecto? Otra cosa sería la chapuza, que es diferente. La vida tampoco es perfecta, por suerte. A mí me gustan esas películas río, como yo las llamo, en donde vemos el transcurso de una vida, o de vidas. En el fondo, nunca pasa nada y esa nada es la lógica interna de una obra. Lo mismo ocurre con las road movies, que no son una cámara en el interior de un coche apuntando al paisaje y poniéndole una música resultona. La road movie comienza cuando el coche se detiene. Y es ahí donde el guionista y el director actúan. Esta película está llena de detalles muy importantes que pasan desapercibidos para muchos pero que están ahí. Como diría Nabokov; "ay, mis queridos detalles".
ResponderEliminarAbrazos
Cada vida tiene su punto claro, y la intención de Linklater parece ser la de exponer sin más. Pero, claro, hay un guión, un proyecto, esto no es un documental, y la trama avanza hasta el fin de la niñez y ¿debería continuar o, como propongo, Mason debe escapar del escrutinio? Ya me gustaría que hubiera una continuación ¿"Youth"?
Eliminara este director nunca se le acaban las ideas... y esta parece desde afuera genial, diferente, como su cine mismo... vale la pena verla entonces, aunque sea por la curiosidad pero visto tu critica y los comentarios no creo que me defraude... salu2...
ResponderEliminarTengo que declarar que no se encuentra entre mis favoritos. Si tuviera que quedarme con una película suya, sería "Slacker", comedia urbana, indie y algo surrealista que me encantó. Pero en su trayectoria hay muchos altibajos.
EliminarMr. Licantropunk, la vida pasa, ¡y como lo hace!, en breve estaremos brindando. Otro experimento cinematografico, brindo por ello, el director que se parece un poco al personaje de Alan Hakman ( Robin Williams [ Descanse en Paz ] ) en el film: The Final Cut. El padre conmueve. Cordiales saludos.
ResponderEliminarJa, ja, veo que se ha quedado usted con el detalle. Abril no es el mes más cruel, en contra de lo que piensa la gente, quizás sea noviembre. O no. Como no he visto "The final cut" me apunto el título.
EliminarCreo que pdoría haberse sacado mucho más jugo de esta historia. Ofrecer algo nuevo hubiera jugado a su favor. Pero no es así. Abrazos Licantropunk.
ResponderEliminarLa intención del director era realizar una película discreta, una vida cualquiera de un chico cualquiera, y creo que lo consigue
EliminarUna pelicula de detalles, de elipsis narrativas que independientemente no son nada. Juntas el argumento de la pelicula.
ResponderEliminarQue se desarrolla sin adornos y donde en realidad no pasa nada. No soy muy de experimentos, pero este me gusto, aunque si soy sincero con una hora menos habría estado bastante mejor
No tengo muy claro si todos los pasajes de la película (uno por año) tienen la misma duración. En todo caso el metraje está ajustado a la longitud de la historia. Y podía haber sido mucho más largo.
EliminarQué bueno saber de Linklater y sobre todo, de esta forma tan propia. Un abrazo.
ResponderEliminarLa filmografía de Linklater bascula de lo personal a lo comercial, me recuerda algo a Gus Van Sant, aunque sería una comparación extrema: A Gus Van Sant no lo veo dirigiendo "Escuela de rock"
EliminarDieci-Ocho de Octubre, XX-xxiv
ResponderEliminar~Accion de Gracias~
Naranja, color Calabaza
danza con los "agobiados verdugos,
con "las gracias de las victimas-,
con los asaltantes de miles pavos
sacrificando inocentes leyendas.
Ocre, color de la Tierra
que "la riada traga con ternura,
se clava en las alturas,
promueve los vientos y los frios,
se va, se lleva a los que quedan
demasiado lejos, a los muy atras.
Verde, color del Arbol, el que
se desnuda como un intimo diario,
que sus paginas colorean
los cespedes de sus calles
y flechan romances "por segundo,
se corresponden "troteando
las ramas con -sus rimas
y silenciosas hacen "sus caidas...
Ysa,
Feliz Weekend!!
La importancia del momento. Ahí se resume todo.
ResponderEliminar"Antes del amanecer" me gustó mucho y me empujó a la siguiente con suficiente carrerilla como para que me interesara. Pero "Antes del anochecer" ya me adormiló. No la aguanté y me bajé del coche en plena carretera griega...
"Boyhood" me pillo en el "momento". Me gustó y, cada vez que lo pienso, más. Pero, como "El árbol de la vida", tiene que ser en el momento. Y si no, mala suerte.
Pienso que para disfrutar de algunas películas será casi imposible confiar en que los astros estén bien alineados esa noche. Habrá que hacer trampa y el espectador deberá trucar los dados, poner algo de su parte. En muchas películas el director no está dispuesto a ponerlo fácil y sin embargo detrás de esa condición se encuentran obras magníficas. "Boyhood" o "El árbol de la vida" podrían entrar en esa categoría de "veneno para la taquilla" que esconde Cine. "Boyhood" me gustó y no tanto por las historias de los chicos, no, sobre todo por las de los padres. Si la hubieran titulado "Parenthood" tampoco hubiera quedado mal.
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