sábado, diciembre 14, 2013

"La noche más oscura (Zero Dark Thirty)", de Kathryn Bigelow

A las 00:30 horas del 1 de Mayo del año 2011, con nocturnidad y sobrada alevosía, comandos de élite del ejercito estadounidense irrumpieron en la casa donde se había descubierto (tras largos años de búsquedas y elucubraciones) que habitaba Osama bin Laden, en la ciudad pakistaní de Abbottabad: un disparo en la cabeza y el ciervo con más puntas, la pieza más valiosa de lo que llevamos de siglo XXI, fue abatido en medio de la noche. Y en medio de un pasillo. ¿Fue posible capturarlo vivo? ¿Estaba armado? ¿Ejecución sumaria sin juicio ni mínima intención de celebrarlo? Geronimo E-KIA (Enemy Killed In Action), emite la radio de los SEAL hacia la oreja lejana pero atenta del presidente Obama, premio Nobel de la paz preventivo, prematuro y precoz (pasmoso gatillazo sueco), y la sola mención del legendario jefe apache como alias propicio de Bin Laden es un motivo de controversia más.

Guerra sucia y terrorismo de estado. La venganza se sirve fría y cualquier vía es buena con tal de consumarla. El camino emprendido por Estados Unidos para devolver el golpe encajado tras el terrible atentado terrorista del 11 de Septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York, se tradujo en una violenta respuesta militar, Guerra contra el Terrorismo, que se desarrolló primero en Afganistán y que después se trasladó a Iraq, llevando la tragedia a las poblaciones civiles de esos países. Eje del Mal, Al Qaeda, Libertad Duradera, armas de destrucción masiva. Los telediarios de la pasada década avanzaban que este siglo no iba a ser más pacífico que el anterior, lamentablemente. Entre el asco y la pena escuchábamos una impresentable sarta de mentiras y presenciábamos las torturas más vergonzosas mientras nos cuestionábamos la catadura moral de los protagonistas del conflicto: ya no sabíamos ni quiénes eran los malos ni quiénes eran los peores. Oriente Medio seguía padeciendo la gran desgracia de un subsuelo impregnado de petróleo y la codicia parecía volver a erigirse como leitmotiv único de todo conflicto bélico.

"Zero Dark Thirty" presenta la caza del hombre, la CIA más siniestra y temible empleándose a fondo para encontrar al odiado Bin Laden y matarlo (en eso la película parece honesta, no se plantea otras alternativas éticas). Del año 2003 al 2011, desde la administración Bush a la de Obama. Pero la cinta pretende destacar un cambio político, una evolución desde las torturas más brutales de los republicanos a los reparos en asaltar la residencia del temible terrorista por parte de los demócratas. Ese tono puede haber sido sesgado por el supuesto soporte que la Casa Blanca dio al rodaje del film: sácanos guapos, ¿eh? En cualquier caso Kathryn Bigelow logra una película emocionante, intensa (sabe hacerlo, sólo hay que ver su anterior y premiada cinta "En tierra hostil"), un thriller político que sorprende por su frialdad y determinación. Se puede echar en falta la ausencia de mirada hacia el otro lado, hacia las motivaciones del enemigo mediante una visión más amplia del conflicto, de modo que la ejecución de Osama bin Laden termina apareciendo tan inevitable como necesaria. Justice has been done, declaró Barack Obama. Y punto.

8 comentarios:

  1. Me parece mucho peor que la anterior. Sin pena ni gloria.

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    1. "En tierra hostil" es mejor sí, pero esta otra tiene terreno para el debate.

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  2. Mr. Licantropunk, una cosa es segura, ese 11 de septiembre ha vuelto las lineas mucho mas imprecisas, el final de Watchmen podria explicar bastante al respecto. Ya nada es lo que parece. Me apunto el film. Saludos.

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    1. "Watchmen" estaba impregnada de su época de terror al apocalipsis nuclear, un miedo que ahora parece que se ha diluido pero la posibilidad de un conflicto bélico mundial siempre está al acecho.

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  3. La dejé escapar en su momento... pero quiero verla pronto. Me resulta interesante cómo cuenta Kathryn Bigelow. Esta vez toca un tema muy, muy reciente y no de forma plana. Deja muchas puertas, lecturas, miradas e incógnitas abiertas. Y en tu buen texto dejas las luces y las sombras de la película.

    Besos
    Hildy

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    1. Tengo ganas de cerrar pendientes, será por la proximidad del fin de año, y ésta seguro que estaba en la lista.

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  4. Parece difícil proyecto encarnar un hecho tan brutal, una venganza pergeñada con tanta alevosía. Quizá el cine pueda endulzar un poco tanto salvajismo. Un abrazo.

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  5. La tengo pendiente pero sin prisa, no me llama mucho la atención.

    En temas así, reales y propios de la política de su país, el tono del cine norteamericano me dice poco: su estilo es sacudir el polvo, como mucho, pero nunca remover la mierda. Y hay tanta en este tema... ufff.

    Saludos!

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