lunes, abril 26, 2010

"Fresas salvajes", de Ingmar Bergman

El espacio de un sueño mil veces transitado: las calles de la infancia. Aunque la ciudad natal haya cambiado tanto y el barrio (Garrido) no sea ni la sombra de lo que fue, la cartografía de los sueños suele parecerse al callejero de la niñez en vez de a la versión actual. El camino de la escuela grabado a fuego en el subconsciente: los parques, los descampados, los quioscos, las vías del tren, las escombreras: barrizales en otoño y sol implacable en verano: escolopendras y lagartijas en botes de cristal: rodillas siempre desconchadas, ojos siempre atentos, para una generación en la que la calle era el campo de juego. Sí, la infancia es la patria a la que retornas mientras duermes.
Un eminente doctor sueco, ya anciano, experimenta vívidamente los primeros veranos de su existencia el mismo día que va a recibir los honores máximos de su profesión. El viaje en coche de Estocolmo a Lund, donde se celebra el acto, será un viaje a los orígenes: entre ensoñaciones, recuerdos y charlas con sus compañeros de viaje, se produce el retorno onírico a la última época de pureza: las fresas salvajes son las vacaciones familiares en plena naturaleza, idílicas y despreocupadas, pero también son símbolo de la perdida de la inocencia. El fin de la niñez marca el inicio de una existencia rígida de raíz luterana, de dedicación incansable al trabajo y de la ausencia de cualquier sentimentalismo, asfixiado sin piedad, una herencia enferma transmitida de padres a hijos. Soledad y egoísmo. Quizá no haya merecido la pena, quizá la vida era otra cosa.
El sueño del principio de la película: los relojes no tienen manecillas y tu propio cadáver se aferra a tu brazo con la desesperación de los ahogados. El tiempo se acaba. Carpe diem.

8 comentarios:

  1. Mi recuerdo de la película es la de un poco pesada y obsesiva. Prefiero "El manantial de la doncella" y "El séptimo sello"

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  2. Recuerdo que no la vi en buen momento. Hay que reconocer su calidad, pero me dejó bastante planchada... Tendré que volver sobre ella, ahora que ya han pasado unos cuantos años, para valorar mejor tus conclusiones. Fue la primera que vi y pasó tiempo hasta que volví sobre Bergman.

    Saludos!

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  3. Yo también la recuerdo como algo lenta y pesada. Otras películas de Bergman me han entusiasmado más, como La hora del lobo, la consabida "El séptimo sello" o "el manantial de la doncella".
    Como bien dices, Carpe diem.
    Saludos

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  4. Estimado Licantropunk, de Bergman solo he visto el Septimo Sello y El Huevo de la Serpiente con el fallecido David Carradine, ambas me gustaron, y a esta la tendre en cuenta, un saludo y muy buen post.

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  5. Angelus: me recuerda mucho a los temas que Bergman trataba en "El séptimo sello", esas obsesiones características del director.

    Babel: pues será la edad, pero, como pasa en muchas otras películas, hay un momento en la vida en que ciertos temas se comprenden mucho mejor y se ven desde otra perspectiva.

    Crowley: no me parece lenta (no más que algunas otras del genio nórdico) y hay algunas escenas de gran maestro: el sueño del principio que es una mezcla fantástica de expresionismo y surrealismo.

    Belknap: ya me dirás si la llegas a ver.

    Saludos a todos.

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  6. A mí sí me parece de las mejores de Bergman. Ese sueño que nombras es excelente. Un viaje al pasado con una altísima carga poética. Para mí no hay duda: una obra maestra.

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  7. Fresas salvajes inventa el magnífico recurso de situar al personaje del presente en el pasado con el cuerpo de adulto.Woody Allen emplearía también este recurso.No se si has visto La prima Angélica,de Carlos Saura,una obra maestra absoluta en donde Saura recupera el mismo recurso al extremo.
    Saltar en el tiempo sin efectos especiales.En el mismo plano y en la misma secuencia estamos en los dos tiempos a la vez.No se si es la mejor película de Bergman,pero a mí,personalmente me emociona.

    Un fuerte abrazo.

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  8. Me encantó esta película. Persona también. Pero Fresas Salvajes tiene una forma de contar que me llegó muy hondo.

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