miércoles, enero 02, 2008

"Tristam Shandy", de Michael Winterbottom

Decir que la historia habla de vergas y toros equivale a anular su transcendencia trivializándola, afirmando al imponer esta postura de modestia, que no existe manera de confinar una vida, cualquier vida, en un montón de páginas, por simple que nos parezca esa existencia. Novelar es inventar imponiendo el punto de vista del autor, subjetividad máxima: la mano maestra que pergeñará un melodrama o una comedia basándose en pequeñas sutilezas, en leves matices: Walter Shandy toma en brazos, embelesado, a su hijo recién nacido o se desmaya ante la sangrienta visión del parto. Tenues líneas separan abismalmente emociones antagónicas: pain is so close to pleasure, cantaba Freddie Mercury.
Michael Winterbottom esquiva la imposibilidad de llevar al cine la novela de Laurence Sterne construyendo un ejercicio de metacine. En la obra de teatro "Proceso, anatematización y quema de una bruja en un ensayo general" de Ramiro Pinilla, al rato de empezar la representación la voz de una actor decía 'Se ha equivocado' y se encendían repentinamente las luces del escenario, rompiéndose la comunicación establecida con los espectadores, saltando a otra trama inesperada, pero paralela, que arrojaba más allá del telón a los personajes de un juicio de la Inquisición del siglo XVI y los convertía en actores de sus propias vidas que, atrapados en sus pasiones, terminaban quemando realmente a la actriz protagonista en el cadalso reservado a la bruja de la función. El director inglés realiza el mismo juego con el espectador (en este caso el final será feliz: es una comedia) logrando otra buena película en su excelente filmografía, a colocar al lado de "Wonderland" o "24 hour party people".
No he leído "Tristam Shandy", aunque tomé buena nota de la recomendación que se hacía en el blog de "El Tiempo Ganado". La primera referencia que tuve de esa novela la encontré en "Historia abreviada de la literatura portátil" de Enrique Vila-Matas, donde se habla de la conspiración shandy, sociedad secreta formada por artistas bohemios de principios del siglo XX (dice Vila-Matas que shandy significa indistintamente alegre, voluble y chiflado en algunas zonas del condado de Yorkshire donde Laurence Sterne vivió gran parte de su vida). La condición, inspirada en la caja-maleta de Marcel Duchamp, imprescindible para pertenecer a dicha sociedad es que la obra artística de uno fuera poco pesada, transportable en un maletín: bueno, un blog cabe perfectamente en un bolsillo del pantalón, vía pen drive. Se exigía, además, que el autor fuera soltero o, al menos, que se comportara como tal: nómada infatigable ligero de equipaje: ni mujer, ni casa, ni coche, ni hijos. Esta condición, me temo, va a ser más difícil de cumplir.

* En la imagen Boîte-en-valise de Marcel Duchamp

10 comentarios:

  1. "La confabulación extranjera y masónica jamás demolerá la última reserva espiritual de occidente".
    La película no la he visto, aunque a ratos sí la he escuchado.
    saludos.

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  2. no sé si los masones participan en alguna confabulación, pero es gracioso decir cualquier cosa de ellos porque son clandestinos, ¿no?

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  3. Todo un texto brillantemente sintetizado y nada fácil de escribir.Yo al escribir sobre Sterne en formato de post me volví loco.En mi manuscrito el texto se hacía cada vez más extenso,porque necesitaba de la digresión,y fue así como comprendí mucho mejor a Sterne y a su audaz escritura.
    Muy acertada,por cierto,la mención del libro de Vila-Matas,uno de mis autores preferidos en el ámbito nacional.
    A mí la película de Winterbottom no me gustó mucho,pero debo admitir que tras leer tu estupéndo post,le dé una segunda oportunidad.

    Un abrazo y buen año.

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  4. Vaya, una más para ver este año... mira que me das trabajo, eim?

    Wonderland la ví hace poco y me encantó así que tendré que darle una oportunidad a esta y con tu post aún más.

    Estos días he visto una película deliciosa por su ambientación y con cierta carga de mala leche en su crítica a la política mexicana... La Ley de Herodes. Si no la has visto creo que disfrutarás: sencilla y divertida y sí, por qué no, cierto toque de realismo mágico.

    Un besote!!

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  5. Me ha gustado leer lo que escribes sobre este film que habla del cine. Siempre moveduizo y original el director Winterbottom sale airoso. Te deseo un feliz año!

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  6. akebono: gran frase. Antes que esta deberías ver "Wonderland", que incluso puedes verla sin oírla porque tiene unas maravillosas imágenes nocturnas de la ciudad de Londres.

    Tan versátil: no tan clandestinos, algunos eran famosos, como Azaña. De todos modos la frase de la confabulación masónica pertenece a la obra de teatro que comento en el artículo y solía ser pronunciada por mi mismo cuando el alcohol nublaba mi mente.

    francisco machuca: mencioné tu artículo porque me pareció que era inmejorable para describir la historia, mientras que yo he preferido hablar un poco de la parte cinematográfica. Y hablando de digresiones creo que tengo tendencia a irme por los cerros de Ubeda en mis entradas. No es de las películas que más me han gustado de este director pero mantiene el nivel.

    margot: "Wonderland" es la primera que vi de Winterbottom y fue un flechazo. No he visto "La ley de Herodes" pero me la apunto. ¿No te animó comentarla en tu blog?

    budokan: Winterbottom tiene capacidad para salir airoso de películas de muy diversa época o estilo, siempre con la sociedad inglesa como fondo, pero todas distintas. Un clásico automático, seguro.

    Saludos a todos

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  7. Una de mis favoritas del 2008. Coincido con usted al colocarla al lado de 24 hour party people y Wonderland, sin duda lo mejor de Winterbottom.

    FELIZ AÑO NUEVO!

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  8. deckard: hoy he tenido la suerte de conocerle en persona así que será oportuno apuntarlo aquí. Y esperar que nos volvamos a encontrar pronto, aunque sea en el ciberespacio. O sobre todo.
    Saludos.

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  9. Mamma mía, esa frase a la que hace referencia akebono fue repetida docenas de veces mientras nos rodeaban docenas de litronas... y la que hizo que (junto a aquel sonido rayadísimo de campanas de AC-DC) aquel picoleto me agarrase por la pechera en las escaleras del gobierno civil.
    Diosssss, porrón de años que han pasado.

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