Se podría decir que las historias de fantasmas conforman los primeros vestigios de cultura pop manifestados por la humanidad: iconos indelebles forjados en los relatos nocturnos que el clan transmitía de generación en generación, a la luz inquieta de la lumbre. La tradición oral dio origen a múltiples fantasías insomnes, imágenes de pesadilla protagonizadas por hechiceras deformes, duendes malévolos, impíos hombres del saco y una legión de almas en pena a las que les parecía propicia la hora lúgubre de la medianoche para darse un paseo espectral entre los vivos, abrigados del relente con la tela blanca de sus sudarios.
Del arquetipo elemental del fantasma y su sábana, se extrae el cuento posmoderno de "A ghost story": el espíritu del difunto reciente que rechaza el sendero de la luz blanca al final del túnel para permanecer anclado al lugar donde desarrolló su vida cotidiana y donde quedaron, sumidos en la tristeza del luto, sus seres queridos. O al menos donde lo harán durante un tiempo: el espectro perdura en la casa encantada aunque ésta sea objeto de mudanza y el rastro de sus habitantes halla sido engullido por el calendario. Las agujas del reloj no se detienen y la decrepitud que acompaña la entropía del sistema se muestra implacable. Esa inevitable ruina del futuro será la gran verdad trascendente que insinuará la película.
Un encuadre reducido de bordes acantonados retrotrae al espectador a la época decimonónica en la que hacían furor las reuniones espiritistas: daguerrotipos en sepia que presumían de haber capturado el instante insólito de la manifestación aterradora de un visitante inesperado. La peor parte del metraje se la lleva su persistente banda sonora, empeñada en forzar el sentimiento que se debería experimentar en cada escena de la película, un vicio melodramático de manual que produce cierto hartazgo durante la proyección: los cineastas valientes deben tener una confianza mayor en la propuesta de sus fotogramas, más aun si, como es el caso, es una propuesta arriesgada: todo o nada y a apagar la radio.
Por otro lado parece acertado retener las escenas para contagiarlas del tedio eterno que sufrirá el aparecido que se encuentra encadenado a un lugar durante siglos, prisionero de la tarea inútil de ser espectador mudo, pena sólo aliviada en ciertos momentos en los que se le concede al fantasma el arrebato liberador de un poltergeist. Romper el bucle, ese recurso protagonista de muchas de las últimas producciones de cine fantástico ("El infinito", "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares", "Looper", "Prime", "El descubrimiento") y que creo que no está bien resuelto en "A ghost story", un bucle que de tanto usarlo como giro argumental, tantas veces roto, corre el riesgo de volverse un bucle melancólico.
Me gusta el poster y los fotogramas que incluiste. Pero tu crítica es mala... ¿qué hago???
ResponderEliminarVer la película, siempre, formarse uno mismo la opinión, porque solo esa será la verdadera. La verdad es que no pensaba hacer una crítica mala de esta película, disfruté bastante viéndola y me pareció muy interesante su planteamiento y cómo se desarrolla en la trama. Pero uno se pone a escribir y luego sale lo que sale...
EliminarSobre todo que nadie vaya a ver "A Ghost Story" esperando encontrarse con una típica película de terror.Yo creo que trata sobre la ausencia, sin efectos (ya se ve que el fantasma parece un disfraz barato de Halloween, sábana y dos agujeros) y con un ritmo muy pausado (quizá demasiado) que, como dices, refleja el tedio de los espiritus como Herzog en "Signos de vida" y sus escenas que reflejan la monótona vida de los soldados del fortín. Francamente, me dejó tan descolocado que aún no sé si "A Ghost Story" es una buena película o no.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
No sé si buena o mala, pero "A Ghost Story" para mí es una película sorprendente y atrevida.
EliminarQue tal Licantropunk!
ResponderEliminarCuriosa la propuesta, me la apunto.
Saludos!
Sí que es curiosa: de cómo se puede ser inesperado tirando de lo más corriente
Eliminar¡Has creado un nuevo ciclo de cine, querido Licantropunk! El ciclo de los bucles. Y, mira, se me hace tremendamente atractivo. Esta película se me escapó en su momento. Tu análisis, tanto de aspectos positivos como negativos, hace que la coloque de nuevo en la lista de películas pendientes.
ResponderEliminarBeso
Hildy
Es que este de "los bucles" es cierto: me topo con un bucle cada dos por tres lo cual debe querer decir que yo mismo habito uno: un bucle cinéfilo, eso sí.
EliminarBueno, ahora leyendo tu reseña y lo que le contestaste a JLO, no me queda otra que verla... no me puedo quedar con la duda si es buena, mala o qué me pasará al verla.
ResponderEliminarTambién me gusta el afiche, y a la mina la vi en la película "Lion" (acá la llamaron "Un camino a casa"). Eso sí, es para verla con unos cuantos pañuelos descartables o servilletas. Si no llorás no tenés alma
Abrazo!
La acabo de ver... no me pude aguantar mucho ajaja
EliminarAlgo me dejó, mucha mucha intriga ese final que, para no hacer spoiler, no diré nada.
Solo que el final me gustó, y que por sobre todo lo técnico sobresale: clima, tono, silencios
Abrazo Licantro!
Me alegro mucho de que te haya gustado, a mí me parece que es una película que se debe ver para juzgarla cada uno desde su punto de vista, es decir, lo que le contesté a JLO: cada cual con su razón.
EliminarMr. Licantropunk, apuntada queda, por mi parte le recomiendo otra historia de fantasmas: Malevolent. Saludos.
ResponderEliminar"Malevolent" es apuntada ahora mismo.
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