Las guías turísticas de Los Angeles deben incluir, obligatoriamente, información sobre el lugar donde viven sus vecinos más famosos: más estrellas que en el cielo, como se titulaba aquel programa cinéfilo que presentaba Terenci Moix: more stars than in heaven, como presumía, seguro que con razón, la Metro Goldwyn Mayer en sus años dorados: Clark Gable, Greta Garbo, Judy Garland, Mickey Rooney, Katharine Hepburn, Spencer Tracy, James Stewart,...
Desde sus inicios la industria del cinematógrafo se percató del tirón
que los protagonistas de sus películas ejercían sobre legiones de
espectadores que los contemplaban arrebatados: Rodolfo Valentino,
inventor de las fans desmayadas. El imaginario popular atribuía al actor
o a la actriz, esforzados trabajadores del séptimo arte, las virtudes que
interpretaban en sus personajes: valor, romanticismo, heroísmo,
seducción, bondad sin límites. Y los grandes estudios se empleaban a
fondo para que el telón no cayera fuera de la sala de cine, para que el
glamour se perpetuara noche y día, sin dejar al descubierto las
debilidades intrínsecas a cualquier fábrica de sueños. Que sueños son.
De vez en cuando algún director mira hacia el ombligo de la profesión, tira de la manta y expone la cara oculta, esa que las autopistas de la información han convertido en un territorio transitado: fichas policiales, caras sin maquillar, sobredosis, clínicas rehab, cirugías estéticas salvajes. Lo peor de todo, el olvido: caducadas estrellas infantiles exprimidas hasta la última gota y esquizofrénicas estrellas antiguas locas por que las dejen secas otra vez. El precio de la fama abona terrenos de demencia, de confusión mental disparada hacia la violencia, lugares en los que David Cronenberg se mueve como un pez en el agua. Como un tiburón, en realidad.
El final no me gustó, pero el resto me parece una genialidad, y la escena del gif me dejó con la boca abierta.
ResponderEliminarY bueno, me encanta Cronenberg. Me encanta lo despiadado y salvaje que es.
Eso sí ahora está más concentrado en sus novelas, pero al menos Cronenberg sigue en las andadas.
Saludos.
Gran director. En sus últimas películas se apreciaba un cambio de registro, menos cruento, menos "flesh", pero su mirada hacía lo peor de la psique humana sigue siendo la mejor del cine moderno.
EliminarDe lo mejor del año pasado sin duda. Si te interesa escribí sobre ella en su dia...
ResponderEliminarOjala a Cronenberg le queden un puñado de películas.
Saludos
A "Cosmopolis" no vi por dónde cogerla. Esta me ha gustado mucho más. ¿Robert Pattinson? Uff... No sé qué le ven.
EliminarMr. Licantropunk, la tengo que ver, apuntada queda. Saludos.
ResponderEliminarCronenberg, perturbador de mentes
EliminarAún no la he visto, pero con Cronenberg me atrevo (cosa que no es fácil ¿eh?). Guiones especulares siempre los ha habido a pesar del poder de la industria norteamericana. "Escupes en la mano que te da de comer", le dijo un magnate a Billy Wilder cuando el director estrenaba "Sunset Boulevard".
ResponderEliminar"Fuck you" le respondó Wilder.
Saludos.
Billy Wilder impactó con una de las primeras muestras de lo que se esconde debajo de las flamantes alfombras rojas. Luego han ido saliendo otros, casi cada época, cada década cinematográfica, ha tenido su película denuncia. La de Cronenberg merece un vistazo.
EliminarFue una de las que se me escapó y una de las que más deseo rescatar, querido Licantropunk. Y con tu texto breve y contundente me abres más el apetito. Cronenberg y su mirada... siempre depara caminos incómodos que transitar, pero merecen la pena.
ResponderEliminarJajaja, mi querido Licantropunk, soy bastante defensora de Cosmópolis, por diversas circunstancias la vi varias veces... e incluso con Pattinson, me parece una película incómoda pero con un análisis apasionante (tanto de contenido como formalmente).
Beso
Hildy
No me convenció, a diferencia de Billy Wilder y otras muestras como la magnífica "El gran cuchillo" de Aldrich, esta película muestra la sordidez de Hollywood con trazos muy gruesos, casi de culebrón venezolano como esas apariciones fantasmagóricas que experimenta Julianne Moore en un papel a lo Norma Desmond. Yo añoro el Cronenberg del fantástico, con títulos como "Existenz".
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.