Europa es el nombre de un satélite del planeta Júpiter. Un satélite singular: una esfera cubierta de hielo, de un tamaño similar al de la Luna, que debajo de su caparazón helado contiene agua en gran cantidad, una capa acuosa de muchos kilómetros de espesor. Y si hay agua es probable que también haya...
La película se sitúa en un futuro no muy lejano para plantear la posibilidad de enviar una misión espacial a Europa, misión tripulada, además, que se acerque a echar un vistazo, recoja muestras y, si el tiempo gélido y la radiactividad emitida por Júpiter lo permiten, plante una bandera. Solo que en este caso la bandera sería la de una multinacional, que es la que paga el viaje. Quizás esa sea una de las cuestiones esenciales de la trama. ¿Sería capaz una empresa privada de realizar el tremendo esfuerzo económico que requiere una expedición de estas características? ¿Qué beneficio puede esperar obtener a cambio? Las aventuras estelares realizadas hasta la fecha, han tenido, ante todo, interés científico a la par que un fuerte componente de propaganda política. Quedémonos sólo con el primero, las ansias de derribar las últimas fronteras que a la ciencia se le pongan por delante, y pensemos que la emocionante epopeya de la nave "Europa One" se trata de eso: sacrificios supremos que trascienden una existencia singular: el pequeño paso para el hombre y todo lo que va detrás: la misión es la prioridad única.
Gran sorpresa "Europa One", una película que no tiene los presupuestos "astronómicos" (doble sentido del término) de otras recientes colegas del género, pero que se conduce a lo largo de su metraje con mucha verosimilitud y el indispensable poder de convicción que permite al espectador ser uno más de la tripulación. El agua de Europa: el del Océano del planeta Solaris. Los mimoides descritos al detalle en la escritura densa de Stanisław Lem, tuvieron reflejo dispar en los retratos realizados en celuloide por Andréi Tarkovski o Steven Soderbergh: treinta años de diferencia entre ambas películas, la del ruso y la del estadounidense, estupendas las dos. Solaris haciendo surgir de sus mares las improntas del recuerdo para lograr comunicarse con sus visitantes. El agua primordial: sin agua no hay ser. El cerebro humano se compone mayoritariamente de agua: por qué no pensar que el Contacto, si algún día se produce, tendrá ese elemento como protagonista. Y si el agua no funciona, lo intentaremos con unas cañas.
Apuntada queda... ni idea de su existencia.
ResponderEliminarSaludos!
Un tesoro escondido para los amantes del género
EliminarLa vi. Y me recordó mucho a una parte muy interesante de la novela "2010: Odisea dos" de A.C.C.
ResponderEliminarSeguro que ese tono especulativo está muy presente
EliminarMr. Licantropunk, como siempre, muy buena reseña y muy buena pelicula, la vi una sola vez, pero me gusto mucho. Saludos.
ResponderEliminarTambién me encantó, una película que merece la pena ver.
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