domingo, noviembre 29, 2015

"Cuenta conmigo", de Rob Reiner

"Cuenta conmigo" es una de las películas más recordadas por los que fueron (fuimos) quinceañeros a mediados de los años ochenta, título de profunda nostalgia cinematográfica que se podría incluir en un destacado grupo de culto para desnortados de la E.G.B., junto a otros celuloides de la época también protagonizados por pandillas de jovenzuelos, como son "Los Goonies" de Richar Donner, "El club de los cinco" de John Hughes o, la última pero no menos importante, "El club de los poetas muertos" de Peter Weir. Lo primero que me impactó en su día de "Cuenta conmigo" fue el "desenfado" de su lenguaje: al fin una película en la que los personajes se hacían eco del dialecto que hablábamos a diario en el patio del recreo. Creo que hasta entonces la única obra en la que yo había podido leer algo semejante era en "La guerra de los botones" de Louis Pergaud, volumen señero, por insurgente, de la colección en tapa dura "Tus libros" de la editorial Anaya: el grito de guerra que los muchachos de Longeverne dedicaban a los del pueblo vecino de Velrans, "¡Que les den por culo a los velrranos!", sirve como pequeño ejemplo de la colección de tacos que llenaba un texto que debió pasarlas canutas con la censura, pero que se leía de un tirón cuando tenías doce años. Nunca más volví a tener amigos como los que tuve a los doce años, sentencia Richard Dreyfuss en el epílogo de la película: melancolía de rodillas siempre desconchadas, de camaradería infinita, del aburrimiento imposible.
A propósito de cintas generacionales, al actor River Phoenix se le puede considerar el James Dean de aquella generación: ambos, Phoenix y Dean, tuvieron una muerte prematura, accidental, dejando un cadáver bonito que no guarda el menor interés, por muy fotogénico que uno pueda pensar que es el retrato de un guapo muerto, y por muy chula que sea la frase que se escucha en "Llamad a cualquier puerta" de Nicholas Ray: Live fast, die young and have a good-looking corpse. Así, el fin de la aventura de la pandilla de chavales de Castle Rock, con su mención a que Chris Chambers, interpretado por un River Phoenix adolescente, fallecería años más tarde por mediar en una pelea en una hamburguesería, se reviste de oráculo fatal. Y no fue una bronca en un fast food, sino una sobredosis en una discoteca, pero el arcano XIII del tarot decidió aprovechar una absurda coincidencia de casting.
En todo caso sería un colofón exagerado para una película de apariencia alegre pero triste en su fondo, una historia que, basada en una novela de Stephen King, va más allá de describir una macabra excursión de unos chavales en busca del cuerpo de un chico desaparecido, sobrepasa esa finalidad lúdica acercándose casi sin quererlo a la autopsia de una era, la de unos felices años cincuenta que quizás no eran tan felices. En "Cuenta conmigo" los amigos son el refugio, la vía de escape ante desgraciadas vidas familiares, el paraíso frente a hogares derrumbados por el alcohol, por la locura, por la visita de la muerte: niños que han crecido verificando que nada es como les han contando que debería ser, y que se ven abocados a repetir el mismo destino amargo y mediocre de sus mayores. Será mejor, entonces, que esa caminata campestre del final del verano, siguiendo las vías del ferrocarril, no terminase nunca, o, como escribía Cavafis, pedir al menos que el camino sea largo.

10 comentarios:

  1. Un bello texto para una historia inolvidable. Todo lo que dices me lo hago mío, de verdad. Se dice que cuando King vio la película salió llorando del cine. Esta historia es deliciosa, tanto si la lees como si te pones la peli. No es, como bien dices, una historia convencional, cada personaje arrastra sus problemas personales. Todos están muy bien, en especial Corey Feldman aquel chico llamado “Bocazas” en la otra pandilla que a más de uno nos hubiera gustado pertenecer: Los Goonies. Por cierto, cuando vi, me parece, la cuarta temporada de Walking Dead, los personajes siguen también esa vía muerta y una niña habla de las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, pero todos sabemos que esas vías, que ese camino, que esa aventura ha tocado ya a su fin. Estación Termino, y no precisamente a la famosa estación de Roma.
    Con toda sinceridad; me ha gustado mucho este texto.

    Un abrazo

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    1. Muchas gracias amigo. Viniendo de ti el elogio, que eres una referencia para mi, un escritor como he leído a pocos, lo agradezco mucho. Pero no me lo creo, ja, ja.

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  2. Yo también guardo gran cariño a "Cuenta conmigo", de Rob Reiner. Y me gusta mucho cómo lo cuentas. La vi hace poco de nuevo y no me decepcionó en absoluto. Creo que la describes perfectamente: de apariencia alegre pero tremendamente triste y nostálgica. Siempre está presente la muerte (... un grupo de niños que van en busca de un cadáver... ¡la premisa ya es dura!). Y sí siempre me da pena mirar al personaje de River Phoenix y escuchar su final... y recordar que el actor tampoco vivió demasiado.

    Beso
    Hildy

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    1. La primera vez no me produjo ninguna nostalgia, claro, sólo mucha diversión. La pátina que el tiempo produce en la mirada es la que, vaya paradoja, descubre la verdad intrínseca de la historia. Y lo de River Phoenix lo recuerdo muy bien, los medios le dieron mucha cobertura a la noticia de su muerte. Y me sorprendió muchísimo, porque veníamos de padecer una epidemia nacional a cuenta de la heroína, y River Phoenix no era "el yonki", no daba el tipo de los consumidores de caballo que veíamos a diario. Claro, que en "Mi Idaho privado"...

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  3. El ‘Stand By Me’ de B.E. King, que suena con los créditos finales, te hace pensar que así es, que los amigos son la válvula de escape perfecta . Pobre Gordie!.
    Entrañable película.
    Un abrazo

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    1. Bueno, pues la canción es lo que menos me gusta, ja, ja. Recuerdo que el tema fue un bombazo en la época del estreno de la película, la escuchamos hasta la saciedad, así que ahora no le tengo mucho aprecio. Con "Imagine" o "What a wonderful world", forma un grupo que, no, francamente no.

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  4. La vi hace no mucho (me da que en su momento se me pasó, andaba yo en otras cosas más "de mayores" o eso pensaba yo, ays, la adolescencia y sus soberbias) y me encantó. Entrañable película como dicen por ahí arriba.

    Saludos.

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    1. Espero que lo de entrañable no guarde ningún remanso cursi, ja, ja, creo que la película no va por ahí, si bien en algunas escenas llega a rozar lo lacrimógeno.

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  5. Mr. Licantropunk, la vi hace muchos años y me encanto; ¡cómo ha pasado el tiempo!, con ese joven Wil Wheaton, que hoy por hoy se gano la fama poniendo su voz en animaciones, en la tv y, por supuesto en la web y Feldman, otro trabajador, que desde que comenzo su carrera en 1978, solo descanso un año, en 2007. Saludos.

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    1. Wil Wheaton el de "Big Bang Theory", dirán muchos. Curioso fenómeno el de los actores infantiles. Curioso el de los que no cuajan como actores adultos, claro.

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