En un reportaje realizado a propósito del estreno de "El Hobbit: la batalla de los Cinco Ejércitos", comentaba Ian McKellen (Gandalf de celuloide: así va a ser para los restos) que el ambiente de rodaje y el compañerismo, con el resto del reparto, que se percibía cuando Peter Jackson abordó la trilogía de "El Señor de los Anillos" (rodada entre los años 1999 y 2000), no tenía nada que ver con el que se había producido en el tiempo (años 2011-2012) dedicado para componer "El Hobbit": aquello inicial había sido una experiencia vital extraordinaria, una aventura fílmica impulsada por un visionario dispuesto a abordar una tarea inmensa, un director de cine que además era un amante profundo de la obra de Tolkien, mientras que esto último había sido un trabajo: la inercia del éxito, de seguir exprimiendo el filón: un trabajo muy lucrativo, a fin de cuentas. Lo que empezó como un proyecto de dos películas a dirigir por Guillermo del Toro, terminó convertido en tres partes que dirigiría el propio Peter Jackson después de que la quiebra de Metro-Goldwyn-Mayer en 2010 amenazara con que esta adaptación del cuento de "El Hobbit" nunca viera la luz. Lo que mal empieza peor termina y esa dilatación de metraje se deja sentir sobremanera en esta última entrega.
Si bien "El Hobbit: un viaje inesperado" o "El Hobbit: la desolación de Smaug" habían sabido justificarse en su duración y argumento, "El Hobbit: la batalla de los Cinco Ejércitos" se convierte en un apéndice cansino y desganado. Sí, probablemente eran dos las películas que hacían falta para contar el cuento del primer portador del Anillo y no tres. "El Hobbit: la desolación de Smaug" dejaba la acción en un punto álgido, como esas series de televisión que colocan el Continuará... a la vez que una maldición sale de tu boca con la impaciencia de que ya fuera lunes de nuevo. Pues llegó el lunes (una año después) y pasado un cuarto de hora, pasó lo mejor, pasó Smaug, y la batalla de los Cinco Ejércitos ni se acercará a la del Abismo de Helm presentada en "El Señor de los Anillos: las dos torres" o a la de los Campos del Pelennor de "El Señor de los Anillos: el retorno del Rey". La épica apenas se vislumbra, la emoción del combate resulta insulsa: funcionarial, de trámite. Combates singulares que se eternizan y actores poco entregados a la causa: fotogramas postizos que producen películas ortopédicas. Triste colofón.
Pues sinceramente a mi de las tres es la que mas me ha gustado. La batalla final me parece bastante épica y los enanos un gusto verles en el campo de batalla.
ResponderEliminarEn fin, que disfrute realmente y vi bastante mas épica que en otras y si somos sinceros, es la mejor rodada de todas incluidas las de los anillos. Pero vamos, es simplemente una opinión. Cuídate y felices fiestas
Pues creo que el campo de batalla debería haberse visto mucho más, se le ha dedicado muy poco metraje a esa parte y demasiado a los combates individuales, que me han resultado bastante cansinos. ¡Mira que cuesta matar a ese par de bichos albinos! ¡Ni que fueran Rasputín! En la batalla Beorn llega con las águilas y se transforma en oso, teniendo una intervención fundamental en el combate, al menos como se describe en el cuento, y en el celuloide se le ha despachado a toda prisa, por no hablar del protagonismo insulso que se le concede a los elfos Legolas o Tauriel. Ya te digo, creo, al contrario que tú, que la batalla está muy mal rodada, y, en fin, me ha decepcionado bastante.
EliminarLos momentos MarioBró de Légolas en esta saga o la tontuna del amor interracial entre un enano y una elfa... Y sí, la metedura de pata de obviar al hombre oso, uno de los personajes más chulos del libro. Ays, si Tolkien levantara la cabeza! (y arrugo el gesto como una abuela cebolleta cualesquiera)
ResponderEliminarPurismos literarios al margen (ya, a cada cual lo suyo) y la opinión de una a la que le cuesta adentrarse en este tipo de cine épico y de batallitas con animalejos y magias varias pues que sí, que estoy contigo. Disfruté con el Señor de los anillos y eso que no lo vi en pantalla grande (anatema!!) pero esta del Hobbit que no, como que no y mucho menos este último capítulo.
Saludos!
Esta trilogía de "El Hobbit" ha terminado mal, sí, y eso que las otras dos me estaban gustando. Se han empleado recursos vergonzosos, esos que comentas, y alguno más, como mostrar un personaje que llamaban Alfrid o Alfred, un tipo cobarde y codicioso, un lacayo del gobernador de la ciudad del lago, que eran completamente prescindible. Todo lo accesorio, lo que no figuraba en el cuento de Tolkien, ha funcionado de pena, en mi opinión. ¿Añadidos de vocación comercial?
EliminarMr. Licantropunk, esperare a unos meses para verla, lamento escribir que esta trilogia de Jackson no me despierta ningun interes, creo que le sento mal algo a este muchacho ( o bien, depende del punto de vista ). Cordiales saludos y ¡felicidades!
ResponderEliminarJa, ja, se fumó demasiada hierba de la Comarca
EliminarFeliz y cinéfilo 2015...
ResponderEliminarLo mismo te deseo, Lula
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