martes, noviembre 08, 2011

"El árbol de la vida", de Terrence Malick

Hace unas semanas, cuando se estrenó en los cines de España "El árbol de la vida", fue noticia de telediario que muchos espectadores se marchaban de las salas al poco de haberse iniciado la proyección. De la última que yo recordaba algo parecido fue de "Anticristo" de Lars Von Trier, así que por asociación se podía pensar que en "El árbol de la vida", además de su igual condición de película premiada en Cannes ("El árbol del la vida" con mejor suerte: se llevó la Palma de Oro de este año), también se podía encontrar el celuloide crudo, torturado y algo gore (pero genial) que arrojó a la platea el director danés en aquella ocasión y que hacía fácil la decisión de algún estomago sensible de abandonar el patio de butacas. ¿Tendrá "El árbol de la vida" mutilaciones genitales que hagan insoportable la visión de la pantalla? ¿Atravesará Brad Pitt su pierna con el eje de una rueda de afilar?
Después de haber visto "El árbol de la vida", la única explicación posible es que una plaga de síndrome de Stendhal asuela la nación, quién lo iba a decir: empacho de belleza. Nuestras mentes, abotargadas e incapaces para la pausa, aptas sólo para el zapping más frenético, no resisten la contemplación continuada de algo tan hermoso y huyen aterrorizadas en busca del mando a distancia.
La primera hora de película la paso completamente hipnotizado: la imagen y la música como un péndulo que atrae toda atención. La cinta comienza con un drama desolador, irreparable, una perdida destructora: culpar al dios sanguinario y vengativo, ese en el que se han depositado todas las esperanzas y que devuelve dolor e incomprensión. Pero ¿existe ese ser todopoderoso, esa fuerza creadora? Terrence Malick se pone a buscarlo: el ya famoso capítulo del falso documental, que se puede entender como una coartada del director para alejar cualquier sospecha de creacionismo o, todo lo contrario, una alegoría de diseño inteligente (en el estupendo cómic de Marjane Satrapi titulado "Pollo con ciruelas", -un título curioso que quiere significar lo mismo que "El sabor de las cerezas" quería decir para Abbas Kiarostami- aparece una cita del poeta iraní del siglo XII Omar Khayyam, que me parece apropiada al tema: los astros no han ganado nada con mi presencia aquí y su gloria no aumentará cuando yo desaparezca. Y pongo a mis dos orejas por testigo de que jamás nadie ha podido decirme por qué me han hecho venir y por qué me harán partir). Más allá de cualquier interpretación religiosa, se trata de mostrar un proceso, un paso a paso que conduce al final de la búsqueda, donde se alcanza un hecho certero: la madre es dios. Y probablemente el padre sea el demonio...
Con "La delgada línea roja" Terrence Malick logró uno de los mejores filmes bélicos de la historia del cine mediante un ejercicio de introspección sobre cada uno de los personajes que aparecían en la película: asomarse a sus pensamientos. Ahora el fin es el mismo pero logrado de una forma mucho más simple aunque la propuesta sea más arriesgada: interpretaciones que en gestos y miradas deben rimar con el poema visual desplegado a su alrededor. El pasaje de "La delgada línea roja" que más se parece a "El árbol de la vida" será sin duda aquel en que Jim Caviezel desertaba en una isla del Pacífico: el paraíso en la tierra, como sería después representado en la siguiente película de Malick, "El nuevo mundo".
Ahora ese paraíso lo traslada el director a los años 50, a los años de su infancia. Juegos infantiles de descubrimiento: la fragilidad de la vida y la gratuidad de la muerte: de recibirla, de causarla. La educación recta frente al amor fraterno y la transgresión de la norma como pecado imperdonable: padres con mala conciencia, hijos con recuerdos desgraciados. Caminos tortuosos que quieren ir hacia fines elevados pero ese es un dilema que sólo concilia la madurez, etapa vital que aporta la condición de ponerse en el lugar que el otro ocupó antes que tú. Y así una generación tras otra.
El final no me gustó, esa ilusión trascendente de reencuentro (no sé si ensoñado o post mortem: el agua como espacio de tránsito, puerta de entrada a otras realidades, o reunión familiar junto a la laguna Estigia; quizás no me gustó porque no lo entendí) que me pareció totalmente innecesaria.
Y por cinco minutos que faltan, no es plan salirse del cine.

18 comentarios:

  1. Mr. Licantropunk, aun no he visto este film, pero si usted lo recomienda vale la pena, estoy mas que seguro; recuerdo que cuando vi en cine " The Thin Red Line " me gusto bastante y encima usted se acuerda del gran Omar Kayyam, un saludo y muy buen post, como siempre. un saludo.

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  2. Magnífica reseña. Sé apreciar la belleza -lo digo por tu entrada- y, ya sabes, que no aprecio buen cine en esa colección de postales y pseudometafísica. Ese final es un digno colofón y una buena guinda para la empanada mental. Saludos.

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  3. Belknap: la primera vez que supe acerca de Omar Kayyam fue en una novela fantástica que leí hace muchos años, "Samarcanda", de Amin Maalouf. Y justo la semana pasada me lo encontré en el cómic que menciono, así que me vino a la memoria.

    Angelus: recuerdo que cuando leí tu crítica de "El árbol de la vida" amenacé con la posibilidad de que la película me gustara y tú amenazaste con que lo mismo le pasó a Carlos Boyero: y sí, nos gustó a los dos, je, je. No había leído la crítica de Boyero hasta hace un momento y ¡también menciona el estado de hipnosis! ¡Mi paisano y yo coincidiendo tanto, eso si que es raro!
    No tomes el tema que argumento de apreciar la belleza por el lado que no es. De hecho, tú aguantaste hasta el final, ¿no? ¡Bravo, ja, ja! Lo que yo no puedo entender es que "El árbol de la vida" sea tan insoportable que provoque que la gente abandone la sala: has pagado una entrada, tienes un par de horas libres, es una película espectacular en la pantalla y en la banda sonora y la historia que cuenta no es hiriente o desagradable. De que una película no te parezca buena a que te salgas del cine, va mucho camino. No, no lo entiendo.

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  4. Tomo nota. Esa belleza apabullante puede ser quizás demasiado pretenciosa, es uno de los riesgos de determinadas puestas en escena, pero si se hace con oficio queda muy bien.

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  5. La tengo en la agenda. Esta y "The Alps". Excelente crítica, Licantropunk [y de ti me fio]. Un saludo,

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  6. Laugna Estigia...me gusta! Anotamos tu sugerencia Licantropunk! Un abrazo.

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  7. Parece ser que la trascendencia da mucho juego y jugo. Decía Heidegger que la esencia del hombre posee carácter de una pregunta.Cierto.Pero son precisamente las preguntas sin respuestas las que hacen al ser humano o, quizá la existencia de una respuesta depende solamente de que haya la pregunta adecuada o, quizá no haya tantas preguntas como creemos, como tampoco hay respuestas. El árbol de la vida es una sinfonía a las primeras cosas, al origen de la vida en el universo.Malick sitúa al espectador en el territorio del asombro al descubrir un mundo nuevo, al ponerlo a contemplar el misterio de la naturaleza y de la vida.Nada que ya no sepamos.El árbol de la vida va de lo macro (el origen del universo y de las especies,incluido los dinosaurios)a lo micro (la infancia de tres niños en una familia de Texas en los años cincuenta)nada arriesgado.Unas veces intenta fascinar por la portentosa imaginación visual de Malick,otras espantados por el fallido final.Asistimos a una película compleja,difícil de ver,que puede tocarnos en lo más íntimo (o ese es su propósito)o apabullarnos con vuelos excesivos.La película está emparentada con 2001,una odisea del espacio,la tortuosa metafísica de Stanley Kubrick.No es casualidad que Douglas Trumbull se haya encargado de los efectos especiales.
    Podríamos estar hablando largo y tendido,amigo.Decía Bukowski que el peor borracho de hoy sabe lo mismo que el mejor dios griego del pasado.Puede que no le falte razón,y en cualquier caso,suena bien,y ese y no otro es el oficio del artista.Soy de la creencia que el que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.Malick escamotea lo esencial del asunto y nos hace viajar a través de un documental de astronomía y un culebrón.
    Espero que no me lapiden por estas palabras.

    Un fuerte abrazo,amigo.

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  8. Salirse de la sala me parece exagerado, pero no acabó de gustarme. La parte más interesante es el relato de la infancia, muy conseguido, sobre todo por la actuación del crio, que está sencillamente excelente. Pero toda esa maravilla hipnótica que apuntas, de gran belleza, sí, otorga a la película (al mismo tiempo) un halo pseudoreligioso y, por ende, conservador, que me aleja. La muestra más evidente es ella y su posición frente a la familia. Como esa es la conclusión que saco, no acabo de ver las bondades de este film. Rescatable como enorme videoclip de estética apabullante, en eso no tengo nada que decir, que induce al cuelgue total, toda una experiencia religiosa...

    Saludos

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  9. Pepe Cahiers: no sé si es pretenciosa porque no creo que esa sea la intención del director. Ese calificativo en todo caso depende del espectador. Yo creo que para el caso que da bien.

    Kez: ¿"The alps"? No sé cuál es, la buscaré.

    Marcos Callau: hay mucha agua en esta película. A ver si la ves y me cuentas.

    Francisco Machuca: relacionarla con "2001" de Kubrick me parece muy acertado. El documental de astronomía en vez del monolito ¿no?, pues también en cierto modo es así como se puede calificar al famoso trozo de la lección de evolución. Pero lo de culebrón... chico, no lo veo por ningún lado. ¡No! Espera... ¿te refieres a un plano en el que aparece una culebra nadando por un río? Ah, vaaaale. Je, je.

    Babel: la actuación del chico es formidable, aunque esa calificación se la daría a todos los que aparecen en la cinta (menos a Sean Penn: ¿qué hace ahí?: es como si hubiera mal encajado un trozo de trama con tal de darle la excusa a Sean Penn para salir en la película). En cuanto al papel de la madre (que es dios en la película: las madres son dios, sin duda), como te dije en tu blog, hay que colocarlo en el contexto de la época. ¿La madre de Malick? Puede que sea ella o al menos como él la recuerda o como le gustaría recordarla.

    Saludos a todos y muchas gracias.
    (Mucho debate últimamente en este blog. A falta de debates reales en televisión...)

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  10. No he visto la peli...todavía... (Brad es Brad, ya sabes) pero quería decirte otra cosa, ejem...:

    "Aunque hoy cumplas
    trescientos treinta y seis meses
    la matusalénica edad no se te nota cuando
    en el instante en que vencen los crueles
    entrás a averiguar la alegría del mundo
    y mucho menos todavía se te nota
    cuando volás gaviotamente sobre las fobias
    o desarbolás los nudosos rencores
    (...)

    de modo que desearte un feliz cumpleaños
    podría ser tan injusto con tus felices
    cumpledías
    (...)

    de todos modos para vos no es novedad
    que el mundo
    y yo
    te queremos de veras
    pero yo siempre un poquito más que el mundo."

    Mario Benedetti

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  11. la fui a ver atento a todo lo que se decia de ella (en general malo) pero sabiendo que me gustaba mucho el director...

    sali del cine pensando que no se justifican esos agravios a la peli pero que tampoco es la 8va maravilla... puede ser que no me dieran ganas de escribir tampoco porq es casi inabarcable...

    imagenes bellas, muy buenas actuaciones a mi gusto... amé su admiracion en imagenes hacia Kubrick...

    si, puedo decir que me gustó... salu2

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  12. No es que retrate una sociedad machista de los años 50, que lo hace muy bien, es que la postura de la madre es de sumisión exagerada, casi sectaria, por entendernos. Y luego están las conclusiones: Sean Penn es quien recuerda su infancia, el materiarilismo encerrado en torres de cristal frente a los "valores". Al final allá paz y aquí gloria, que todos vamos al mismo sitio y todo se nos perdona merced a la mano creadora que creó nuestras vidas y por ende todas las del planeta, la suma de lo que fue, es y será: panteismo total. Y lo siento, me da mucho yu-yu

    Gracias por tu comentario en mi blog, me ha encantado ;)

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  13. Me la salté deliberadamente... no por ritmos, no por exceso de belleza (que fue algo que me comentó alguien con quien suelo coincidir en gustos, tras verla y salió encantado) es que últimamente ando un poco harta de quienes quieren "meter todo en algo", de alardes metafísicos, de buscar razones y comienzos, creaciones... uffff.

    En fin, mea culpa, que poco predispuesta estoy yo a esos tejemanejes, etapa vital, nada más.

    Pero Pollo con ciruelas me encantó, algo es algo, señor Licantropunk, no? jajaja

    Saludos lunero

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  14. Cuanto escribes! yo ya no tengo ni tiempo. Esta cinta me llama la atneción por las contrarias críticas que ha tenido, desde muy bien a muy mal. La veré en dvd. Gracias por volver al comentario del libro La promesa. es un placer comprobar que sigue ahí para alguien.
    Un abrazo y dale a la crítica!
    Blanca

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  15. Para mí, buenísima. A ver qué tal es la de "El nuevo mundo", que no la he visto...

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  16. Una gran película. Trascendente y esencial. Inolvidable!!!

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  17. Me ha gustado tanto...
    A mí me ha emocionado la escena de la playa, aunque no sé si la he entendido. Me quedo con que Sean Penn ha rescatado del olvido a su madre y a su hermano, y el olvido es una segunda muerte.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Ya digo en la entrada que a mí la escena de la playa, esa ensoñación(?) no me gustó ni tampoco la entendí. Lo que sí me ha quedado claro al volver a ver hoy esta película, es que se trata de una obra maestras. Fijo que sí.

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