El director holandés Paul Verhoeven es famoso (o al menos sus películas lo son: sí, creo que el apellido Verhoeven es bastante conocido pues tuvo una época de gran protagonismo en el mundo cinematográfico) por haber dirigido títulos como "Robocop", "Desafio Total" o "Starship Troopers", que le dieron un aura de cineasta de ciencia ficción violento y dispuesto a inflar de hemoglobina y salvajismo los fotogramas, pero dotado para manejar grandes presupuestos atiborrados de efectos especiales. Es famoso también por producciones mainstream de erotismo somnoliento como "Instinto básico" o "Showgirls": la segunda es digna de cualquier lástima pero "Instinto básico" tenía su aquél en cuanto a la intriga plasmada en el guión que la hacían entretenida: ese picahielos temible: más allá, claro, de ese cruce de piernas que convirtió a Sharon Stone en la sensación sensual del celuloide de principios de los noventa.
Pero antes de que Hollywood le abriera sus puertas con "Los señores del acero", excelente película de acción medieval llena de la crudeza marca de la casa (rodada en España, por cierto, con localizaciones en la ciudad de Ávila entre otras), Verhoeven tuvo una trayectoria larga jugando como "local", producciones holandesas que posiblemente son de lo mejor de su carrera o al menos tan sobresalientes como para que se fijaran en el director más allá de los Paises Bajos. "Delicias Turcas" (que no he visto pero que sé que se debe mencionar), "El cuarto hombre" (una trama que tiene similitudes con "Instinto básico", a la que creo que supera: relaciones sórdidas pero con un tono de humor negro y tensión criminal muy logrado) o "Eric, oficial de la reina" se pueden contar como algunos de los mejores ejemplos de aquella etapa. Y Rutger Hauer también. El replicante que mostró una de las formas de morir más hermosas de la historia de cine y que dijo las palabras que a todos nos gustaría decir en nuestro lecho de muerte (aunque sean mentira), llegó a la pantalla grande de la mano de Verhoeven, con "Delicias Turcas", un empujón decisivo para su carrera como actor. Gran actor.
"Eric, oficial de la reina" es la historia de un grupo de seis estudiantes de clase alta, encabezados por Eric (Rutger Hauer) y Guus (Jeroen Krabbé, actor excelente que protagonizó "El cuarto hombre" y que a nivel internacional es conocido sobre todo por hacer el papel del Dr. Charles Nichols en "El fugitivo" de Andrew Davis: él es el médico que le hacía la puñeta a Harrison Ford), que coinciden en la universidad poco antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial y que, durante el conflicto bélico, toman distintas posturas: resistencia, colaboracionismo o pasividad. Holanda se había declarado neutral antes de la guerra, ya que tenía un ejercito débil y ninguna oposición que ofrecer al demoledor frente de ataque alemán. No le sirvió de nada: tras una semana de haberse iniciado la invasión alemana, el gobierno holandés capituló, derrotado después de que un bombardeó de la Luftwaffe devastara Rotterdam. La reina Guillermina de Holanda (otra de las figuras protagonistas de la cinta, demostrando lo chavacanos, normales y humanos que son los monarcas en las distancias cortas), parte al exilio en Londres y los que se quedan intentan hacer frente al ejercito alemán o se ponen una esvástica en el brazo.
La película conserva el tono optimista del cine bélico de posguerra que realizaron las vencedores a pesar de que es una producción tardía, del año 1977. Cada víctima, propia o ajena, es un paso hacia la victoria. Espionaje y Gestapo, transmisiones codificadas, dobles identidades, desembarcos nocturnos en las gélidas aguas del mar del Norte, entre los trajes de tweed, los canales de Amsterdam y las sempiternas bicicletas, una ambientación magnífica para una película de guerra (de guerra oculta) que no es de las más conocidas pero que se puede considerar entre las mejores del género.
"Delicias turcas" fue estrenada aquí en plena fiebre del cine "S" y me llamó la atención al comprobar que estaba muchísimo mejor dirigida de lo habitual en esas películas. "Eric..." es fantástica, una película de aventuras pero con el toque personal de Verhoeven, la escena de los protagonistas corriendo en traje de etiqueta por la playa bombardeada tiene una gran fuerza visual. Es mi preferida de Verhoeven junto "El cuarto hombre". Borgo.
ResponderEliminarEl fotograma último recuerda la escena del trío de "Novecento"... Me gustó "Desafío total" la primera vez que la vi, pero no he podido aguantarla entera en posteriores intentos. "Instinto básico" falla con ese guion tan penosamente tramposo y "Robocop" me da que está muy pasada ya. "Show girls" es directamente mala. Asi que no me animo mucho a ver la parte danesa...
ResponderEliminarQuiero decir, holandesa... Perdón, perdón...
ResponderEliminarCreo que es un cinesata interesante, tanto por su cine nativo, como por sus aventuras americanas: muy diferentes entre sí. ¿Qué ha hecho últimamente? Le he perdido la pista. Saludos.
ResponderEliminarMe falta esta, las otras que he visto de él y que mencionas ni fu ni fa...
ResponderEliminarHabrá que probar.
Saludos!
Miquel Zueras: en estas películas Verhoeven da su talla real como director. En su etapa posterior apabulla con tanta acción y tanto efecto especial, pero en esta parte holandesa queda patente su arte.
ResponderEliminarTomás Serrano: es verdad que se parece al fotograma de "Novecento": también es verdad el triángulo amoroso. En cuanto a la parte danesa, hay una película reciente llamada "Flame y Citron", de Ole Christian Madsen, que es muy parecida a "Eric..." en cuanto al tema, sólo que un poco más al norte.
Angelus: lo último de Verhoeven es un retorno a Holanda: "El libro negro". Y también una vuelta al tema de la Segunda Guerra Mundial. Y también es buena: o sea, un retorno completo al origen.
Marga: pues he mencionado un montón. Y no te consiento que digas que "Robocop" ni fu, ni fa... ¡hasta ahí podíamos llegar!
Saludos a todos.
Mr. Licantropunk, no he visto todas las peliculas de este polemico director, mas tendre en cuenta su recomendacion. Un saludo.
ResponderEliminarPues yo creo que Verhoeven demostró una gran capacidad de adaptación a la industria estadounidense, manteniendo todas y cada una de sus obsesiones autorales y su capacidad de provocación. Su aportación a la ciencia ficción estadounidense le sitúa entre los más grandes del género e "Instinto Básico" es una adaptación de los cánones del cine negro clásico a nuestros días de lo más jugosa. ¿Tramposa? ¿Y qué más da, si se hace con los necesarios toques de humor negro? ¿Analizamos la obra de Hitchcock y nos cargamos algunas de sus obras maestras por ser tramposas? Pues eso.
ResponderEliminarUn saludo!