Ni Pixar, ni Dreamworks, esta producción es de Sony Pictures Animation, una compañía fundada recientemente para hacer dibujos animados con ordenador y que aún juega en segunda. O en tercera. En la mayor parte de los países de latinoamérica han traducido el título "Cloudy with a chance of meatballs" (subraya el cariz metereológico de la trama) por "Lluvia de hamburguesas" (lo primero que cae del cielo en la cinta, ese manjar deseado por los niños de todo el mundo) pero en España se ha optado por la castiza albóndiga. ¡Ole! Además al dibujo protagonista lo dobla Flipi (francamente apropiado aunque no se le entiende la mitad de lo que dice: tampoco importa), ese estandarte del I+D+I nacional, gurú del avance tecnológico y posible modelo mediático de la nueva Ley de Economía Sostenible, a pachas con la ínclita ministra de Cultura y su defensa de los derechos de autor (lo mejor es arreglar los problemas como se ha hecho toda la vida: en vez de un comité, crear un sindicato del crimen que le de palizas a los que cuelguen enlaces a contenidos con copyright -alégrame el día- y le manden la mota negra a los que utilicen -esos canallas facinerosos- el emule: a mi no me mire que la de hoy hemos ido toda la familia a verla al cine, pagando, claro: lamentablemente). Por lo que se lee en los medios el proyecto de economía sostenible se centra en inventar cosinas (¿Quién, si se trata a los investigadores peor que a los barrenderos? ¿Cómo, si se reducen presupuestos de investigación? Se han cargado -destituido: el sindicato del crimen no ha sido creado aún- hace dos días, al secretario de Estado de Investigación. ¡Coño! ¡Qué pongan a Flipi!) y en comprar discos en las tiendas y a los agricultores que les den, que cantan mal: ley de economía suicida, producir por tres y vender por dos.
Un joven inventor construye una máquina que transforma el agua en comida (si transformara el agua en vino... no, hoy religión no). El chisme acaba en las nubes y empiezan a llover alimentos sobre una pequeña isla del Atlántico. Todo va muy bien (?) hasta que la máquina se estropea y empieza a escupir hot dogs tamaño autobús y hay que apagarla sea como sea. No hay moraleja: ni cambio climático, ni hambre en el mundo, ni tan siquiera el precio de las patatas. Algo sobre la codicia humana y la comida basura, pero poco y de refilón. Una fantasía delirante con un guión muy poco convincente.
Para dibujos delirantes, nada como Bob Esponja.
Vive en una piña debajo del mar
(bob-es-pon-ja)
Su cuerpo absorbe y sin estallar
(bob-es-pon-ja)
El mejor amigo que podrías desear
(bob-es-pon-ja)
Y como a un pez le es fácil flotar
(bob-es-pon-ja)
El que corta el bacalao en el dibujo animado hoy en día.
Que se lo pregunten a Alicia y Francisco.
Pues le podían caer 700 lluvias seguidas a la de Cultura para ver si nos deja en paz de una vez con nuestro internet y nuestras cosas.
ResponderEliminarLo de que a Flipy no se le entienda no es raro, lo extraño sería que fuese al revés.
Y en cuanto a Bob la Esponja, no sé que @#·€%& tendrá pero tiene a toda la infancia enganchada cosa mala.
Saludos
Me he tragado tantos capítulos de "Bob Esponja" de un tiempo a esta parte, que he terminado por verle la gracia al asunto. Surrealista, cuanto menos.
ResponderEliminarSaludos.
Me andan "presionando" para ir a verla pero como son más bajitos que yo, de momento gano... jeje.
ResponderEliminarLa que sí vi el otro día, Mi vecino Totoro, una delicia de la animación.
Y Bob Esponja... coincido contigo, surrealista a más no poder, por eso engancha a los críos... existe algo más surrealista que un bajito y su mundo? jajaja. Y tiene su puntillo, sí señor.
Besos, Licantropunk
El punto de partida es bueno, y daba pie para innumerables reflexiones sobre algunos de los asuntos que has mencionado, como el cambio climático o el hambre en el mundo. Sin embargo, el guión termina haciendo aguas, es cierto. Una pena.
ResponderEliminarFelicitaciones por el blog. Le estuve dando un vistazo y está muy, muy interesante.
Jé, el anónimo anterior soy yo, sólo que no sé por qué no me dio tiempo a rellenar los datos correspondientes.
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