El ciclo "Filmo Verano 2013", que los cines Van Dyck de Salamanca están programando durante los meses de Agosto y Septiembre, ofrece una impresionante cartelera de 21 películas exhibidas en versión original con subtítulos. Títulos entre lo más importante del panorama cinematográfico anual, cine qualité, a razón de tres por semana y que van rotando en su horario de proyección para dar mayor facilidad de asistencia al espectador, con el interesante añadido de un precio menor en la entrada y la posibilidad de un descuento aún mayor comprando un abono: no hay excusa, salvo tener tiempo para ir al cine, ay.
Pero esta semana ha podido ser: tres días seguidos, nada menos, para disfrutar de la trilogía filmada por el director austriaco Ulrich Seidl. Con la referencia de "Dog days", único título que anidaba en la retina (y que se quedó realmente grabado en ella: película impactante), la mirada que Seidl va a abrir para rodar sus fotogramas en "Paraíso" ya se intuía y así ha resultado: casting de calle pero esforzado a conciencia, con unas actuaciones impresionantes de las actrices protagonistas; crudeza visual en algunas escenas, rodadas sin tapujos; predilección por la cámara fija, en planos llenos de simetría, el ser humano ubicado de forma excéntrica en sus propias creaciones arquitectónicas, de un modo que resulta un ajeno, un cuerpo extraño habitando una modernidad hostigadora; y, sobre todo, humor negro salpicando un guión excelente: Ulrich Seidl te provoca una carcajada incontenible y al momento piensas ¿de qué narices me estoy riendo?, ¿no me da vergüenza? Concluyes que precisamente eso es lo que quiere infundir el autor, esa dualidad de sentimientos incompatibles, la comedia y la tragedia de la mano. ¿Acaso en las madrugadas insomnes de los velatorios no suele haber algún primo que suelta un chiste y se ríe hasta el del ataúd? Ese sería el efecto. Ulrich Seidl podría ser Michael Haneke si en una de Haneke te rieras o Todd Solondz si el director estadounidense no tuviera un matiz irreal y onírico. Pero después de ver "Paraíso" queda claro que Seidl escapa de comparaciones y posee una obra completamente original, merecedora de un puesto de honor en el cine europeo: trilogía magistral.
La trilogía "Paraiso" consta de tres películas: "Amor", "Fe" y "Esperanza". Dos hermanas y la hija de una de ellas pasan sus vacaciones cada una en un lugar distinto, destinos alejados, sin relación aparente entre ellos: trilogía del fracaso: la imposibilidad de alcanzar la felicidad, ni siquiera disfrutando de unos días de descanso, o quizás esa condición de evasión del día a día resulta aún mucho peor, pues no existe la ilusión de refugio de la cotidianidad.
Amor
Mujeres mayores sin pareja en una playa de Kenia, buscando un souvenir de carne y hueso: de carne firme y joven. Amargura del cuerpo que ha perdido su esplendor pero que conserva la emoción de alcanzar un romance auténtico, de deseo genuino no motivado por un monedero bien forrado. Para el otro lado del turismo sexual, esas señoras son la oportunidad de lograr unos ingresos extraordinarios, regalos de amantes agradecidas: piel negra para la blanca desteñida. Integración racial políticamente incorrecta: la policía patrulla la tenue línea de separación entre las tumbonas y los vendedores, débil barrera física pero enorme muro social. Ellos permanecen inertes, estáticos, postes clavados en la arena de la playa, al acecho del golpe de suerte, del turista accidental que patrocine una moto nueva, un arreglo en la casa, la factura de una estancia en el hospital o simplemente un mes sin hambre. El abismo entre Kenia y Austria, no sólo por el clima, por el paisaje alpino frente a la extensión llana del Índico, no sería sino absurda cualquier tipo de comparación en cuanto a condiciones de vida. El colonialismo, eso ha cambiado poco: Jambo Bwana, Hakuna Matata. Igual Teresa (Margarethe Tiesel: qué portento de actuación) había visto "Todos nos llamamos Alí", de Rainer Werner Fassbinder y había pensado que podía ser.
Fe
Abrazar la religión como respuesta a una tragedia personal, pero abrazarla con ceguera pasional, con la fe poderosa del converso. Y con todas las consecuencias del fanatismo desaforado: sermonear, mortificar y sacrificar. Las escenas de misión evangelizadora que lleva a cabo Anna María (María Hofstätter; en "Dog days" interpretaba a una loca que, apostada a la puerta de los hipermercados, pedía a la gente que la llevara a dar una vuelta en coche: durante el trayecto se dedicaba a darle al conductor una tabarra insoportable que solía terminar con ella abandonada en cualquier cuneta: su papel en "Fe" será similar, claro, e igualmente genial: una naturalidad y una capacidad para entrar en el personaje fuera de lo común), puerta a puerta con una talla de la Virgen debajo del brazo, avasallando a vecinos descreídos y a inmigrantes repudiados para que se arrodillen en oración compartida junto a ella, producen algunos de los momentos más chocantes (la risa recorre la platea) y más tensos (el alcohol, la marginación y el desamparo, como vecinos poco deseados del barrio) de la cinta. Anna María combatiendo al diablo, también dentro de casa: el excepcional guión de "Fe" hace que probablemente sea la mejor película de la trilogía.
Esperanza
Adolescentes obesos quemando grasas en un campamento de verano convertido en clínica de adelgazamiento. Pero el campamento siempre fue territorio de transgresión, de camaradería, de búsqueda de experiencias inalcanzables bajo el estricto ojo paterno. Y del amor, del primer amor: el cuerpo saturado de hormonas persigue con desesperación el escarceo sexual que alivie el ansia genético de perpetuar la especie. Sin embargo la premura suele producir que el disparo no se realice hacia la diana adecuada: la flecha de Cupido puede aterrizar en medio de la nada: platonismo y depresión. "Esperanza" puede ser la película más floja de la trilogía, la más fría y desapasionada, aunque esa valoración de debilidad puede deberse a la inevitable comparación con las portentosas entregas anteriores, "Amor" y "Fe". Como dijo mi compañera de platea, si la hubiéramos visto la primera, quizá las sensación final sería otra. En cualquier caso, es un cierre apropiado, un no hay dos sin tres que culmina el retrato de la desolación sentimental de una raza, la blanca europea, que se desespera en laberintos vitales cuando el estómago está lleno y el bienestar material no supone ningún problema.
Estaba el filósofo dilucidando en la soledad de su buhardilla enrevesadas angustias existenciales cuando, de repente, llamó a la puerta el cobrador del gas. Y la angustia pasó a ser de la buena.
"...el retrato de la desolación sentimental de una raza, la blanca europea, que se desespera en laberintos vitales cuando el estómago está lleno y el bienestar material no supone ningún problema."
ResponderEliminarOjalá algún crítico de mi país escriba de esta forma, y nos incite de esta manera al cine. Un abrazo.
Muchas gracias Dario. Debemos incitarnos mutuamente en este territorio infinito de internet para que las sensaciones positivas, el poso fértil de disfrutar de una obra, se propague. Y puede que al siguiente no le guste, pero la sinceridad en la opinión debe ser lo primero.
EliminarJa! Vine a leer posts anteriores, de los cuales, nada debería decir. Y en ese preciso momento salía del horno esta trilogía prometedora.
ResponderEliminarLos post anteriores también esperan opiniones: el cine no tiene cronología, la última que has visto puede ser una de hace cien años y no por ello deja de ser la más reciente en tu memoria.
EliminarMr. Licantropunk, siempre es bueno que existan ciclos de cine con precios accesibles, siempre deberia haberlos. Saludos.
ResponderEliminarAnte la debacle económica que el cine está sufriendo en España, con salas cerrando y otras muchas a punto de hacerlo, una oferta como la de este ciclo, que además no está centrada en llevar a la sala público juvenil, sino que busca un espectador adulto, es una oferta que, como diría Corleone...
EliminarQuerido Licantropunk: yo de momento he visto AMOR y FE... para ESPERANZA me estoy tomando un respiro... pues el otro día fui además al documental The act of the killing y estoy en plan Mafalda, por favor, que el mundo se pare, quiero bajarme.
ResponderEliminarSin embargo tanto AMOR como FE son dos películas que cuentan mucho y la manera de rodar de Ulric Seidl nos dice muchas más cosas. Y ambas son demoledoras... te van dando bofetada tras bofetada.
Es una mirada muy especial la que ofrece Seidl. Y se quedan grabadas varias imágenes. De Amor significa mucho esas butacas ordenadas y alienadas con los blancos bien tumbaditos y gafas de sol. La cuerda. Y al otro lado los africanos de pie esperando que alguno cruce al otro lado. O esa otra escena del grupo de austriacas mirando el espectáculo de los cocodrilos que tratan de atrapar la pieza de carne... Ahí en esas dos imágenes puedes analizar un montón de aspectos y asuntos. Pero es que toda la película es así.
O en FE te acercas a esa mujer que te causa tal rechazo desde el principio cuando compredes cómo y por qué se ha aferrado de esa manera a la FE. Brutal la última escena...
En fin podríamos estar hablando y hablando horas y horas sobre esta trilogía...
Encantada de leerte, ya lo sabes.
Besos
Hildy
Una auténtica joya. Dices muy bien: películas para leer mucho entre líneas. Y para comentar largo y tendido, claro. Como digo en la entrada, "Fe" me parece que es la que tiene mejor guión, pero el mejor guión que he visto en lo que va de año, además. Fijo.
EliminarGanas de verlas, al menos dos de ellas pasaron por el festival de cine de Sevilla, pero no se puede ver todo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, en el afiche de la película ponía que "Fe" había recibido el premio al mejor guión en el Festival de Sevilla. Cuando no se puede ver todo, el cine espera durante años, hasta que llega la ocasión, y creo que la obra de Ulrich Seidl merece la pena la espera.
EliminarLas tengo pendiente, las tres. Sólo que atravieso un momento de sólo películas clasícas. La contemporaneidad me cansa y agobia, hasta más ver o necesitar, ya lo decidiré.
ResponderEliminarPero voy acumulándolas en el disco duro, a la espera. Y muchas de ellas son sugerencias suyas. Faltaría más.
En el pueblo que ahora habito no queda un sólo cine (en los últimos cinco años han desaparecido todas las salas). Y en mis peores pesadillas sueño que cierran los de V.O.S. que quedan en Madrid. Hace unos años me hubiera dado la risa sólo imaginarlo, ahora sé que no es un coco, que puede ser real en cualquier momento.
Y se me hace un nudo que...
Genial lo del filósofo. A veces se me olvida el del gas.
Saludos!
Ir tres días seguidos al cine es algo que no hacía desde hace mucho, mucho tiempo. Y, aparte de por la escasez de ocasiones, también es porque la magra cartelera te da ganas de uno o como mucho dos títulos. Este ciclo veraniego es una gran noticia y sinceramente creo que a la sala que lo proyecta no le ha ido nada mal la experiencia. Ojalá.
EliminarHe visto "Amor" y "Esperanza" (esta última, la favorita de la crítica) y algo no funciona conmigo y Seidl. No acabpo de entrar en sus películas, en su mundo. Además ¿Soy yo solamente o sus películas son bastante aburridas? Lo que unos encuentran genial para mí huele a pretenciosidad y una fascinación por lo morboso que parece artificiosa.
ResponderEliminarLo que más me ha gustado de esa entrada es lo del cobrador y el filósofo. Hasta me ha inspirado una ilustración.
Saludos. Borgo.
No entiendo que "Esperanza" sea la favorita, desde luego de las tres es la que se puede calificar como aburrida. ¿Pretenciosidad? No sé lo que significa eso. Seidl no es ningún novato, tiene muchas "escamas" cinematográficas en más de 30 años de carrera y ha logrado un sello de autor, un discurso propio. Y, la crudeza, tú que eres buen cocinero, sería en este caso sinónimo de sabor natural. Lo del filósofo no está mal, en algún lado lo habré leído: ¡qué inventen otros!
EliminarExcelente artículo! Se nota que te ha gustado mucho esta trilogía, y la verdad es que me ha despertado mucha curiosidad ya que no conocía absolutamente nada de la misma.
ResponderEliminarSaludos y felicitaciones por la reseña!
Jorge!
A ver si te animas a verla y me cuentas.
EliminarSolo he visto la primera. Y no sabría decirte, a ratos me gusto. Otros me parece que naufraga.
ResponderEliminarAunque sin duda el mensaje esta ahí. Si la juzgamos por ello, muy buena desde luego. Cuidate
No se me ocurre juzgarla por el mensaje, aunque la consecuencia moral está clara. La valoro (la trilogía) sobre todo por la estética cinematográfica y las actuaciones excepcionales: te tienes que recordar que lo que está viendo es cine, es una actuación, es un set de rodaje con un nutrido equipo técnico filmando. En ese sentido es... increíble.
EliminarMe han dado muchas ganas de verlas. Lo cierto es que soy difícil de hacer reír en el cine, me ha pasado varias veces que todo el mundo reía con la escena y yo pensaba : cómo les puede hacer gracia eso (con la típica pelicula americana escatológica, eso sí). Y sin embargo cuando encuentro una que digamos que conecta con mi sentido del humor me muero de la risa. Después de leer tu entrada me han dado muchas ganas de ver las películas, así que ya te contaré ;). Saludos!!
ResponderEliminarBienvenida a este blog. Me sucede igual: es muy raro que me ría con una película. Y me rio (o, al menos, me sonrío) con la cinta más insospechada. En el caso de "Paraíso", encima, es una risa culpable.
EliminarA ver el resto del ciclo...
ResponderEliminarSr. Pirulo, si se ha animado a seguir con el tratamiento después de consumir el primer comprimido... se va a poner usted malo.
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