domingo, mayo 05, 2013

"Hasta el fin del mundo", de Wim Wenders

Jeanne Moraeu está ciega y Max Von Sydow intenta combatir esa ceguera mediante una máquina que captura visiones ajenas para poder ser inyectadas en el cerebro de otra persona. Más allá aún, pues una evolución de la máquina permitiría registrar los sueños, rodaje del subconsciente dormido, para poder visualizarlos posteriormente. Pocas veces recordamos lo que soñamos: la fábrica de sueños genera muchas imágenes que se pierden irremediablemente, como esas películas que no se estrenan nunca, enlatadas hasta pudrirse. Ver esa parte prohibida, abrir una carta que no recordábamos haber escrito y que acabó perdida en un cajón, se revela una tarea adictiva para el usuario de la máquina. Ver más, seguir mirando. No es extraño. ¿No son las drogas alucinógenas un hábito irresistible? ¿No lo ha de ser también la alucinación de uno mismo? ¿No es el cine una adicción?

Esa parte de "Hasta el fin de mundo" sería suficiente para salvar una película que resulta prescindible en la mayoría de su metraje (excesivo, además). Una gran producción para los años de la caída del Muro (estrenada en 1991), con vocación internacional, director de prestigio y reparto de estrellas, que mueve la trama por todo el planeta apoyada en la ilusión de libertad de la demolición del sistema comunista soviético, pero que sigue teniendo los mismos temores de destrucción total, representados ahora por un satélite nuclear indio: la bomba no era sólo cosa de dos. Ese recorrido se sitúa en el futuro, en el año 1999, fin de milenio, y la acción pasa por múltiples puntos del globo (15 ciudades de siete países de cuatro continentes) como buscando algo que merezca la pena salvar. Finaliza en mitad del desierto australiano, con los aborígenes y su Tiempo del Sueño: a principios de los noventa el New Age pegaba fuerte. La trama llega, por fin, a Australia, hasta Jeanne Moreau y Max Von Sydow, y también llega el cine y su metáfora vital. Aparece la película que debe ser y se deja atrás toda la morralla intrascendente.

Porque la mezcla de cine negro con la ciencia ficción funciona bastante mal en esta película, sobre todo por tener un guión deslavazado y unas interpretaciones poco convincentes (el detective privado que aparece en ella es el más patético que yo haya visto nunca, aunque tiene un gran acierto, una intuición vidente como pocas: el ordenador para buscar personas: las compras electrónicas, las cámaras CCTV: el detective trabaja sin salir de su despacho en los tiempos que anteceden a Internet). Aún así, la película tiene momentos de gran cine, como el referido al comienzo de esta entrada: película de destellos, como los tenían incluso las peores películas de Nicholas Ray, el director amado por Wim Wenders ("Hasta el fin del mundo" se titula así por las palabras finales de "Rey de reyes" de Nicholas Ray: la relación Ray-Wenders merecerá pronto gran atención por mi parte). Y también posee una buena banda sonora, con la inclusión de temas de muchos de los mejores grupos de la época.

Solveig Dommartin enganchada a sus sueños. En realidad, a una pantalla a pilas que sujeta en su mano y de la que no puede apartar la vista. Eso sí que fue una buena premonición. En la actualidad el pulgar se desliza hacia arriba y hacia abajo por la pantalla del teléfono móvil, desgranando las cuentas de un rosario tecnológico: el chip es el dios único. Reuniones de personas en las que ninguna habla, atareados en recibir mensajes de remotos desconocidos, gilipolleces de menos de un par de frases, cuanto más corta la tontería mejor, encorvados sobre la palma de su mano, mirando al suelo en vez de al que tiene enfrente, que con suerte estará haciendo la misma imbecilidad que su compañero de mesa, porque como intente entablar una charla amigable, la decepción y la incredulidad serán su única compañía. ¿Adictos a qué? A la mediocridad más absurda, a la frase banal.


"París, Texas", "El amigo americano", "El cielo sobre Berlín",...
¡Ojo! Que nadie se meta con Wenders, ¡que no me lo toque nadie!
Entonces no quedará sino batirnos... Liarnos a escopetazos, en fin.

16 comentarios:

  1. Una película original por parte de la visión de Wim Wenders del género de ciencia ficción pero que pide a gritos un metraje más corto. Además Wenders no ha resistido muy bien el paso del tiempo. Hurt -un actor que no me convence- aquí está bastante aceptable y ese detective que no sale de su despacho tiene su gracia: una versión futurista de Nero Wolfe.
    Saludos. Borgo.

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    1. Del detective ya he hablado: patético en función de la lástima que inspira, tan alejado del aplomo del detective privado de Marlowe, por ejemplo: cine negro de fin de milenio: el macho se extingue. William Hurt (¿o era John?) mejor en otras, sí, como "El beso de la mujer araña" de Héctor Babenco.

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  2. No seré yo,precisamente,quien me meta con Wenders,amigo.Es un director muy especial para mí.Tengo pendiente publicar un post sobre ese documental llamado Habitación 666,donde se debate el futuro del cine.
    Y ya tento anotado tu recomendación.Te cuento.

    Un fuerte abrazo

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    1. En mi Google Reader aparece una entrada tuya titulada "Habitación 666", fechada en 17 de abril de 2013, que no figura en tu blog. ¿Qué fue eso? ¿Uno de las cartas sin destinatario que comento en la entrada? Tu subconsciente, que publica sin tú saberlo.
      En cuanto a la recomendación, valiente ha sido, cuando aún no llevo leídas ni cincuenta páginas, lo empecé ayer, pero esta mañana se me ocurrió que te podía gustar. Ya se verá.

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  3. ¡Licantropunk... qué buena entrada! Y no, no he visto la película de Wender pero todas las reflexiones que viertes me han enganchado a tu texto.

    Por cierto lo último en cine negro y ciencia ficción que para mí sí que ha funcionado ha sido LOOPER, una obra cinematográfica interesante.

    Espero con ilusión ese post Ray-Wender...

    Y, sí, el cine provoca adicción, no tengo duda alguna.

    Besos
    Hildy

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    1. "Looper" la vi en su día y no escribí de ella porque pensé que debería verla otra vez antes de atreverme a recapacitar sobre ella. No sé si lo cumpliré.
      En cuanto a la relación entre Nicholas Ray y Wim Wenders, estoy preparando algo para el próximo número de "La caja de Pandora". De hecho me estoy dando un baño estas semanas con lo no visto de Ray y de Wenders, entre ellas "Hasta el fin del mundo", que le tocó entrada.

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    1. No está nada mal: Patti Smith, U2, Talking Heads, etc. Un plus para ver esta película.

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  5. Me gustan algunas cosas de Wenders pero no todas... me cansa a veces más de lo que me gustaría reconocer.

    Paris Texas y El cielo sobre Berlín, ummmm.Y ya.

    Y me he reído con tu entrada, ese final contundente defendiendo a uno de tus directores! jeje, y la descripción acertada de estos tiempos nuestros: la pantalla de cine es nuestra, la de una tableta (o artefacto por el estilo) es mía. No se obvie ese hecho y sus consecuencias idiotizantes. Vivan las pantallas colectivas!!! no cree?

    Me gustó tu entrada.

    Un saludo

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    1. ¿"El amigo americano" no? El mejor Tom Ripley que nunca haya habido: Dennis Hopper. Muy lejos del guapo Alain Delon pero igualmente cautivador.
      El cine, ir a una sala, nada más que un acto común y mundano, una reunión de gente corriente: apagar la luz y soñar con los ojos abiertos. Y charlar a la salida. Nada igual.
      Y discutir de cine, por supuesto, sin llegar a extremos como los del vídeo, pero... con cuántas ganas se queda uno a veces, ja, ja.

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  6. "Paris, Texas". ¿Sabes que fui a Paris por esa película, que la volví a ver por ver otra vez Paris, y que al final, nada de nada?
    Yo tampoco iré con José Mota.

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    1. ¿En serio? Lo de París, digo. Pues eso que te paso a ti, es exactamente lo que quiere expresar "París, Texas": la búsqueda imposible.
      Lo de encontrarme ese pasaje en un programa de José Mota, un programa en el que además había una parodia de "Sin perdón" y otra de "Reservoir dogs"... chico, me dejó flipado. No es que tuvieran mucha gracia, la verdad (bueno, con el que he adjuntado sí que me reí: paleto que es uno), pero elegir esas referencias para hacer unos números de humor... Igual hay esperanza en el mundo y todo.

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  7. Mr. Licantropunk, otra de sus buenas entradas, sobre todo la parte del telefono,¡cuanta verdad! Saludos.

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    1. Si se ha visto alguna vez en esa situación, sabrá a qué me refiero. Conversar con el que está al lado ha pasado de moda.

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  8. a esta pelicula llegué por la BSO, de la que me hice adicta en su momento y empece a seguir a esos grupos maravillosos. Despues cuando vi la pelicula me decepciono la 1ra parte, y me recompuse con la 2da, que si pegaba con "esa" atmosfera. excelente tu post, sigue así

    andrea

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    1. Coincidimos en la apreciación de la cinta. A mi entender le sobra metraje y sí, la segunda parte mejor. Gracias por tu visita.

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