domingo, enero 27, 2013

"El gran Vázquez", de Óscar Aibar

Biografía cinematográfica de uno de los mejores dibujantes españoles de cómic. Y también uno de los más populares: él mismo se proyectó en personaje, el Tío Vázquez, icono reconocible de su obra a poner junto a otros no menos famosos como las hermanas Gilda, la familia Cebolleta o Anacleto, agente secreto. Muy populares fueron los personajes de las historietas españolas en la segunda mitad del siglo XX, sí: tiradas de cientos de miles de ejemplares semanales en un catálogo ingente de títulos de tebeos: "Pulgarcito", "DDT", "TBO", "Tío Vivo", "Pumby", "Mortadelo" y muchos más. Al menos un lateral de los quioscos, megalitos de las aceras urbanas, magnetizaba las miradas con su empapelado cuajado de portadas de multitud de publicaciones para niños y no tan niños. Formación lectora desde la viñeta y su bocadillo, un puntal educativo que se ha extinguido: la celulosa está desprestigiada como soporte y los chavales tienen otros métodos de entretenimiento, no sé si mejores o peores, sin duda distintos. Pero en aquella época era lo que había para pasar el rato las tardes de lluvia (y si hacía bueno jugar en la calle: sí, sí que ha cambiado todo). Los tebeos tenían un éxito tremendo.

El cómic siempre ha sido un medio con posibilidades transgresoras, hasta en los tebeos que parecían más inocentes. Retratos de personajes en los márgenes de la sociedad como el moroso Tío Vázquez ya mencionado, o Carpanta el vagabundo famélico dibujado por Josep Escobar y que representaba como pocos el desastre económico de la posguerra (el propio Escobar pasó años en la cárcel tras la Guerra Civil por su compromiso político), una economía depauperada, autárquica e improvisada: sólo hay que echar un vistazo a las creaciones de Francisco Ibáñez: ¿qué decir de los medios de los que disponían Mortadelo y Filemón, los James Bond patrios, en la agencia nacional de inteligencia T.I.A.? ¿O ese símbolo certero de la España de la chapuza que son Pepe Gotera y Otilio? La historia no oficial traspasaba los márgenes de la censura y el lector no se cuestionaba un trasfondo tan evidente, era así, y la perspectiva la ofrece el tiempo pasado. O no.

En la película dirigida por Óscar Aibar, que tuvo sus inicios como guionista de cómic, el personaje de Manuel Vázquez lo interpreta Santiago Segura. Teniendo en cuenta cómo se retrata al dibujante en la cinta, un jeta embaucador y putero, bígamo y egocéntrico, la elección de Segura como actor protagonista no parece desacertada, pues ha apuntalado su carrera interpretando el papel de un sórdido caradura vicioso, el ínclito detective privado de  "Torrente, el brazo tonto de la ley", película dirigida por el propio Santiago Segura. Pero el histrionismo característico de sus actuaciones desaparece en "El gran Vázquez", donde se muestra bastante impasible y desafectado. Así, "El gran Vázquez" no carga las tintas (tinta china de dibujante: ahora todo se hace con el ordenador, manchándose poco las manos) ni en la comedia de las increíbles anécdotas verídicas ni (mucho menos) en el drama de este pícaro moderno, antisistema absoluto, stajanovista de la deuda permanente y la letra impagada.

Lo más interesante de "El gran Vázquez" será la puesta en escena de los interiores de la editorial Bruguera: qué había detrás de las viñetas. Bruguera, como cualquier otra editorial de tebeos de entonces, imponía condiciones leoninas en sus contratos: pago a destajo y perdida de todos los derechos por parte de los autores: Anacleto no es de Vázquez es de Bruguera y si Vázquez no lo dibuja ya lo hará otro: no eres consciente de que vives cargado de cadenas hasta que un día intentas moverte. Esa escenificación del "ecosistema del dibujante" también está perfectamente lograda en una novela gráfica (del tebeo a la novela gráfica: como si la calidad la diera el sustantivo) de Paco Roca, "El invierno del dibujante", del mismo año que el de la producción de "El gran Vázquez", 2010, y que habla de los mismos años de Bruguera, finales de los 50: la revolución de cinco dibujantes, Cifré, Conti, Escobar, Giner y Peñarroya, que se fueron temporalmente de Bruguera, para publicar "Tío Vivo". Sin embargo a mí el que me enseñó como nadie cómo era una redacción de una revista de historietas fue Carlos Giménez en su obra "Los profesionales".
Están locos estos dibujantes.


10 comentarios:

  1. Cuántas decepciones habría si conociera los entresijos de Bruguera...

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  2. A mi ya me gustó la película, aunque me resulto imposible empatizar con ese sinvergüenza, por mucho que Bruguera les escalavizase... En lo que estoy completamente de acuerdo es en la maestría total de Gimenez en "Los dibujantes": Una autentica gozada.
    Saludos

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  3. Qué interesante todo lo que cuentas.

    Yo me lo pasé bien con la película. Iba sin casi expectativas y me sorprendió pues me gustó más de lo que me esperaba. Me gustaron esas entrañas de Bruguera y cómo se refleja esa historia del dibujante. Esa puesta en escena como si se tratase de una historieta del propio autor.
    Y me trajo además recuerdos de la infancia de una que disfrutó leyendo esos tebeos.

    Besos
    Hildy

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  4. pirulo: una factoría de ilusión como era la propia Bruguera, llena de éxito en aquellos años, que acaba convertida en una fábrica de hacer dinero. Cuando yo era pequeño veía que los dibujos de Mortadelo y Filemón, por ejemplo, en ocasiones cambiaban mucho, estaban como mal hechos, defectuosos. Luego descubres que había dibujantes de remplazo y que había que sacarle todo el jugo a los personajes aunque la calidad mermara notablemente. Y entonces resulta que el mundo es una mierda donde el dinero lo justifica todo.

    León: la película no juzga en ningún momento y todo se queda en una especie de comedia amable, irreal.

    Hildy: es una caricatura, o quizás el propio personaje llegaba a ser eso, una caricatura. Eso sí, sus historietas y sus personajes eran magníficos, geniales. Un grande, este Vázquez.

    Saludos a todos.

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  5. La peli la vi hace poco (y que yo vea a Segura es en sí mismo un milagro), los tebeos los leía hace mucho (que necesidad más compulsiva y feliz) y Carlos Giménez sigue siendo un referente para muchas cosas, desde aquellas historias de Paracuello que leía y lloraba en mi preadolescencia. Desde entonces.

    En fin, me ha encantado la trayectoria que has marcado en apenas unas líneas. Un merecido homenaje a un arte y unos señores que me sigue embrujando.

    Saludos!

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  6. Qué recuerdos me ha traído esta entrada... También me ha hecho recordar que aún no he visto "El gran Vázquez", una película que se me escapó en su día. Te cuento cuando la vea ;-)

    Saludos.

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  7. Ja, ja. Sí que están locos esos dibujantes. Yo conocí a Sanchís, autor de Pumby, un excelente dibujante que en la Bruguera le tocó hacer de "negro" de Vázquez, Ibáñez y otros autores que no podían con el ritmo impuesto por Bruguera. También traté un poco a Vázquez cuando colaboraba en "Makoki" y solía pasar por el bar El Raval.
    Aibar es un director muy interesante, me ha gustado mucho su última película "El bosc". Saludos. Borgo.

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  8. Una entrada muy completa Licantropunk. Me ha gustado mucho. Yo era de Anacleto Agente Secreto. Me encantaba y me recordaba vagamente a Superagente 86 jejeje

    La película no la he visto.

    Abrazos.

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  9. Mr. Licantropunk, en todos lados se cocen habas; ¡que bien me lo pase de niño con los personajes del tio Vazquez!,¡que epocas! Un saludo.

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  10. Me crié leyéndolos. Que decir, solo que mi favorito era 13 rue del percebe. En fin, lo que fuera el autor, sinceramente me da un poco igual. Lo que significo para quien eramos niños entonces, pues es lo que queda. Cuidate

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