jueves, junio 03, 2010

"La escafandra y la mariposa", de Julian Schnabel

Como no podía ser de otra manera, esta película recuerda mucho a "Johnny cogió su fusil", la obra maestra (y la única que dirigió: fue guionista de muchísimas y también fue una famosa víctima de la caza de brujas del macarthismo, uno de los diez de Hollywood) de Dalton Trumbo. Pero si aquella era todo claustrofobia, desasosiego y desesperación, una de las películas más aterradoras que haya visto nunca, esta otra destaca por su luminosidad y por su hálito de esperanza.
Síndrome del cautivo. Julian Schnabel ya había dirigido la historia de otro cautivo, el poeta cubano Reinaldo Arenas en "Antes que anochezca", la primera vez que Javier Bardem rozó el Oscar. Para "La escafandra y la mariposa" también utiliza una historia real, la de Jean-Dominique Bauby, redactor jefe de la revista "Elle" cuyo cuerpo queda completamente paralizado después de sufrir un infarto: guiñar el ojo izquierdo una vez para decir sí, dos veces para decir no: webcam valiosa para un insólito ordenador orgánico de 70 kg inútiles: el ser humano reducido a un cerebro en plenitud que oye y que ve: exilio interior. Los guiños disparados al abecedario recitado por una paciente anotadora lograrán terminar un libro, testimonio de los pensamientos íntimos, cartas desde la cárcel más penosa: la condena más dura.
Al principio de la cinta el director coloca al observador en la misma celda que habita el enfermo: el ojo es cámara de rodaje. De este modo el espectador dotado para la empatía podrá experimentar intensamente la penosa angustia del pobre protagonista (el zurcido del ojo derecho para que no se ulcere es...). Pero si otras películas que han tocado temas similares han derivado hacia la eutanasia como única forma de liberación ("Mar adentro" de Alejandro Amenábar, "Million dollar baby" de Clint Eastwood), la película de Schnabel consigue un tono optimista: la redención por el sentido del humor, por una memoria llena de recuerdos bellos, por la capacidad de fabular con las cosas cotidianas y construir relatos que terminen bien. A ese tono contribuye rodear al paciente de guapas enfermeras (la película tiene muchos primeros planos entre ellos el de Emmanuelle Seigner, señora de Polanski, haciendo de mujer de Jean-Do y el de Elvis Polanski, hijo del mismo, haciendo de Jean-Do de pequeño: curiosidad), un sanatorio al borde del mar, un ejercito de profesionales dispuestos a alimentar, lavar, mover, mimar. Alguna pequeña ofensa como cambiarle el canal de la televisión cuando está viendo un partido, el desdén hacia el vegetal plantado entre las sabanas cuando un técnico llega a instalar un teléfono sin altavoz o domingos de soledad cuando hay menos actividad en el sanatorio.
Familias que cuidan durante décadas, 7 x 24, en sus pequeñas viviendas sin ascensor, a pacientes tetrapléjicos o en coma: a esas otras historias es más complicado sacarles tanto lustre.
Buena película: amable sería un adjetivo acertado. Y nada lacrimógena: ¡anda que no se lloraba con la de Amenábar o la de Eastwood! ¡ríos corrían por la platea!

7 comentarios:

  1. Conozco la película porque me la pusieron como ejercicio en la E.O.I. Sí, cuando busqué datos en Internet, me recordó a "Johnny cogió su fusil" (lo que más recuerdo de este film es a Donald Sutherland -este actor merecería mayor relevancia- haciendo de Jesucristo). Saludos.

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  2. Estimado Licantropunk, que tema dificil, no se si la vere algun dia, pero la tengo en cuenta, por lo pronto, un tema asi o parecido encontrara en el capitulo: Breakdown, de la serie Alfred Hitchcock Presents, en su primera temporada, un gran capitulo sin duda, saludos.

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  3. Como dices, pocos pueden hacer de un suceso tan agobiante algo con tanta luz, me quedo con una de las frases: "tengo mi memoria y mi imaginación". Saludos!

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  4. Desde luego una película que no deja indiferente y que nos transmite angustia pero sin caer en el drama gratuito o sensiblero. ¡Qué angustia vivir así!
    Un saludo

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  5. Uff, esos temas tan duros de ver. No sé cuál es la razón, pero estas pelis suelen perder con los años (le pasa a Mar Adentro y a Million Dollar... casi también, claro está que es una opinión muy subjetiva; a Johnny... no tanto, sigue impactando igual).
    Esta que comentas no la he visto, pero me atrae el aspecto diferenciador que apuntas.
    Saludos!

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  6. Angelus: ¿Qué es la E.O.I? Interesantes ejercicios.

    Belknap: sí conozco ese capítulo: aterrador. Encaja muy bien en el tema.

    Mariana N.: gran mérito del director: conseguir una película tan luminosa partiendo de un tema tan oscuro.

    Crowley: el cine es ventana abierta a circunstancias de todo tipo. Algunas las viviremos, la mayoría no, pero si las contemplamos en una cinta de un director hábil y nos metemos en la trama, también las viviremos. Un poquito al menos.

    Ethan: te impactan la primera vez, luego ya te lo sabes. Esta de Schnabel no busca ese impacto, es mucho más relajada.

    Saludos a todos.

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  7. No soy partidario del uso continuo del plano subjetivo porque resulta muy forzado y "Johnny cogió su fusil" no me gustó y "Antes que anochezca" tampoco, así que no esperaba mucho de esta película, pero para mi sorpresa me gustó bastante.

    Una nueva demostración de que cuantos menos prejuicios se tengan, mejor.

    Un saludo!

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