El cine de Woody Allen es un género fílmico por si mismo y esta película, sin duda, es un arquetipo de tal categoría. Comedias que surgen de las vivencias de la clase media-alta neoyorquina, grupos de economía pudiente con inquietudes culturales de vanguardia y que se consideran herederos de los beatnik de mediados del siglo XX, aunque solo sea por la estética. Arquitectos melómanos, economistas poetas, vestidos con jerseys de lana, recorren las galerias buscando cuadros de pintores malditos que queden bien colgados sobre la chimenea de la mansión (54 millones por un Rothko ¿y ese quién es? ¿Rothko Sifredi?). Opera y jazz: la música de los nobles y la música de los esclavos, fagocitadas por bohemios con pasta atrapados en sus contradicciones, eternamente insatisfechos: carne de psicoanalista (en "Match Point" terminarán liandose a tiros, culminando violentamente la necedad de sus ambiciones).
Hay dos películas: la de las tres hermanas y la del personaje interpretado por el director.
Tres hermanas. Mia Farrow, Hannah, ejerce de actriz triunfadora, casada feliz, mientras que sus hermanas han tenido distinta suerte. Las apariencias ocultan la envidia que la situación de Hannah produce en sus hermanas: una de ellas se liará con el marido de Hannah, mientras que la otra escribirá un libro donde desvelará detalles de su vida privada (además de enamorarse del primer marido de Hannah, el propio Woody). Mia Farrow se encontrará en la vida real con un argumento similar al de esta película, solo que el marido no se enamora de una hermana, sino de su propia hija: la realidad que supera todo lo que se te ocurra.
Woody Allen encarna el papel de un estresado productor de televisión (se ha estrenado la serie de televisión "Studio 60" en Canal +, donde se puede comprobar cómo se alcanza un nivel de estrés de grado superlativo trabajando en ese medio). Hipocondriaco y paranoico, iniciará la búsqueda del sentido de la vida (su transición al catolicismo dará lugar a los pasajes cómicos más logrados de la película). El personaje lo repetirá miles de veces pero siempre logrará sorprender (ha dirigido más de 40 películas en 40 años de carrera: vaya marca).
Obra maestra llena de diálogos inteligentes, una de este director de las que no se pueden dejar de ver. Y disfrutar.
Es de mis preferidas de él, ummmm.
ResponderEliminarY a veces me cansa o me decepciona pero siempre sabe el reinventarse aunque no lo parezca. Por si las moscas suelo ver de estreno las pelis que va sacando, cuando acierta... uffff.
Un beso!
La sensación que queda es que ves esta o ves "Manhattan" y has visto la misma película o la segunda parte. Pero no le resta genialidad porque el guión es lo que se la suma.
ResponderEliminarSaludos
Un clásico indiscutible. Al igual que Woody. No así la Farrow que se ha quedado descolgada. Un tanto histéricamente se tomó todo el lío, de una hija adoptada, en todo caso.
ResponderEliminarVengo del otro post(con paua de ensalada y frutas)
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Superpongo escenas de uno u otro film de Woody Allen. Cuando corre por las calles de New York. Con fondo musical triunfante, corre porque el médico le ha dicho que no va a morirse y es tal la expresión de sus rostro, que una prorrumpe en carcajadas...
Otras veces, es una sonrisa que tiene de algo muy hondo que pasa por la garganta y se queda dentro, en el órgano que late...
Y bueno, le veo sin altibajos escandalosos. Le veo inmenso. Sólo no me encantó Melinda, Melinda...
Salute.