Lo primero que puede llamar la atención es que se haya mezclado una etapa tan sórdida y mísera en la historia española como fueron los años que sucedieron al fin de la Guerra Civil, con la inocencia y la candidez de los cuentos de hadas. Sin embargo ese contrasentido es el centro de la trama: la construcción de mundos imaginarios como válvula de escape a la cruda realidad. Esa dualidad, además, está llevada al extremo en la mente del director. Las hadas, los faunos, los monstruos, protagonistas de las fantasías más desmadradas, frente al dolor, la enfermedad, la muerte y la guerra, indeseados pero inevitables compañeros de viaje de la existencia humana y que aquí son retratados en su brutal esencia. Todo muy maniqueo, como corresponde a cualquier buen cuento, solo que en este caso no se sabe bien si es para niños o para adultos: escenas que harían las delicias de los pequeños acompañadas por otras que no te gustaría que contemplaran tus hijos.
El laberinto como punto de contacto entre dos mundos, como en aquella "Dentro del laberinto", con David Bowie y Jennifer Connelly y las portentosas marionetas de Jim Henson (esa película la recuerdo con cariño: el resultado logrado era extraordinario: pura imaginación a falta de tecnología informática). La puerta que comunica dimensiones alternativas ya la usó Guillermo del Toro en "Hellboy" para traerse al pequeño demonio, igual que también empleó la ambientación de la Guerra Civil en "El espinazo del diablo": deben ser dos de sus temas recurrentes. La historia esta bien contada, muy bien realizada, aunque debo reconocer que el cine de este director no logra cautivarme por completo (hay un rato de "Hellboy" que no puedo contar porque me dormí). Las actuaciones de Maribel Verdú y Sergi López son muy buenas, sobre todo la de este último. Su interpretación de un capitán franquista psicópata despiadado pone los pelos de punta. Cuando vi "La máscara", la de Jim Carrey, me pareció que el mejor efecto especial de la película era Camerón Díaz. Pues algo parecido me ha pasado con la actuación de Sergi López: supera a cualquier monstruo que pudiera salir de los dibujos del director, incluido ese tan icónico de los ojos en las manos.
La película supone un salto de calidad para las producciones españolas. Le han perdido el miedo a los grandes presupuestos, si bien han tenido la taquilla de cara ("El dorado" de Carlos Saura fue en su día la producción más cara del cine español y la bofetada en la recaudación fue de órdago). Y si encima se las premian... pues que siga la racha.
El monstruo de los ojos en las manos devorador de niños no es otro que el coco:
ResponderEliminarDuérmete niño, duérmete ya, que viene el coco y te comerá
Me gustó pero con reticencias... el mundo infantil, sin matices, de malos malísimos y buenos buenísimos, resulta peligroso si se hace para adultos...
ResponderEliminarPero pasé un buen rato, eso sí
Leí un post que era una lírica expandida en honor al film y no sé qué pensar. Es también una película pendiente.
ResponderEliminarLos films premiados con el Oscar o los muy publicitados los dejo para verlos luego. Es algo que no sé si es lo mejor, sólo que me ocurre y plaaf, a estas alturas encuentro un post tuyo que me impele a ver el film.
Salute.