
La película resulta ser un remake de "The Manchurian Candidate", dirigida en 1962 por John Frankenheimer. Esa no la he visto pero figura en "1001 películas que hay que ver antes de morir" con una crítica muy favorable. Me la apunto e incluyo aquí una imagen que he encontrado y que me parece impresionante.
La que he visto esta noche me recuerda a otras películas de conspiraciones como "Enemigo público" de Tony Scott, "Pánico nuclear" de Phil Alden Robinson o la misma "Poder absoluto" de Clint Eastwood (las cloacas del poder están colmadas de cadáveres y hieden a corrupción: al menos dan de comer a muchos guionistas). Sobresalientes las actuaciones de Denzel Washington y Meryl Streep, claro. Pero la película no me ha gustado. Me parece una trama excesivamente fantástica que en algunos puntos se desploma por si sola (cuando Denzel Washington le muerde a Liev Schreiber, por ejemplo, o la cajera de supermercado reconvertida a agente del FBI, ufff!!) y que no logra mantener la tensión, algo que no se esperaba del director de "El silencio de los corderos". Sucede en las escenas cumbre del film, posiblemente por ser poco creíbles. Este candidato manchurio ni vence ni convence. Habrá que echarle un vistazo a su antepasado en blanco y negro.
Hola.
ResponderEliminarDe veras que uno en su vida, debería ver más de 1001 películas
:)
niet 101, ¡sino 1001!
Lo que comentas sobre este film, demuestra la irregularidad de varios realizadores que han pasado a la Historia con ciertas películas, una o dos.
En verdad con dos pelas que pasan a ser clásicos, se ha hecho algo significativo, mas el cinéfilo siempre espera más de cada cineasta.
salutes, Licantropunk.
El final de "El silencio de los corderos", con Clarice Starling a oscuras en la casa de Buffalo Bill, apuntando aterrada hacia todos los rincones... Mítico.
ResponderEliminarSupongo que "El silencio..." y "Philadelphia" han sido las grandes obras de Demme.
Un saludo.
para mí philadelphia marcó un estilo en cine, y también en humanización-.
ResponderEliminarTuvo gran importancia en su momento. Se atrevió a abordar un tema muy serio acercándolo al público. Pero desde el punto de vista puramente cinéfilo supone un punto de inflexión: la revelación de la otra cara artística de Tom Hanks que, después de una larga serie de comedias, demostró su capacidad para interpretar papeles dramáticos de altura.
ResponderEliminarUn saludo.