Al director británico Ridley Scott, ya octogenario, se le podría otorgar, visto el enorme esfuerzo de producción de mucha de su filmografía reciente, el título honorífico de Cecil B. DeMille del siglo XXI. La grandiosidad y el carácter de epopeya histórica (incluso bíblica) de algunas de sus obras así lo atestiguan: "Gladiator", "El reino de los cielos", "Exodus" y ahora el espectacular drama medieval, basado en hechos reales, recogido en "El último duelo": celuloide megalómano al que, sin embargo, no se le puede poner tacha en cuanto a la precisión en los detalles y a la atmósfera veraz generada: Mr. Scott ha sido siempre un maestro en la recreación de ambientes, en modelar una estética (en muchas ocasiones pionera y absolutamente original) que supiera dar la medida necesaria para aportar un escenario creíble al desarrollo eficaz del guion. Gran director.
Para "El último duelo", además, se marca un espléndido "Rashomon" (para que me entiendan fácilmente los cinéfilos avezados), tres versiones personales para ilustrar desde distintos puntos de vista el proceso en el que en la Francia de finales del siglo XIV el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) acusó a Jacques Le Gris (Adam Driver), favorito del conde Pierre d'Alençon (Ben Affleck), de haber forzado a su esposa Marguerite de Carrouges (Jodie Comer): J'accuse…!. Tres testimonios diferentes, tres defensas propias, tres acusaciones ajenas, cada una exhibiendo pequeños cambios, mínimos matices que pueden ser trascendentales y que configuran un relato por triplicado para que el juicio de Dios, que es cada uno de los espectadores que contemplan la película, decida invariablemente a qué campeón fortalecer el brazo para sentenciar la condena bárbara, pero certera, que esperaban aquellos tiempos salvajes.
Creo que todas las películas donde protagoniza Adam Driver tienen un componente emocional fuerte... no sé si es porque no es el típico protagonista lindo, o su tono de voz, o sino su perfil varonil y algo oscuro lo que me lleva a sentirme que voy a lo seguro eligiendo ver una cinta suya.
ResponderEliminarLa vi en el cine y me lo pasé pipa, las pelis de torneos eran de mis preferidas en la infancia y algo de aquella peque debe rondarme aún... Y sí, la ambientación me pareció soberbia.
ResponderEliminarQue por cierto, había un descerebrado a nuestro lado con dos niños que no llegaban a los 8 años siquiera y ni te imaginas lo que sufrí en las escenas de sangre y violencia pensando que estaban viendo lo mismo que yo. ¡Hay que estar chalado!