sábado, marzo 31, 2007

"300", de Zack Snyder

Poema épico, gesta heroica. Salamina, Gaugamela, Zama. Relatos de batallas, leyendas, mitos que han llegado a nosotros después de dos mil años. Alguien que estuvo en la batalla le cuenta a alguien lo que sucedió allí, y este a un tercero, y este a otro, hasta que al fin se lo cuentan a uno que sabe escribir y que, por lo general, tiende a la exageración: es igual que el cine comercial de hoy en día: muchos efectos especiales para llenar las salas. Además se escribía por encargo, para los reyes de la época, y a estos le gusta mucha que les adulen. Seguramente lucharon más de 300 espartanos y, seguramente, había menos de los 2.641.610 combatientes persas que cita Heródoto.
Frank Miller tomó como punto de partida la defensa del paso de las Termópilas y creó un comic extraordinario. Este dibujante tiene un estilo muy particular basado sobre todo en el uso de las sombras y del claro oscuro y las adaptaciones a la pantalla grande de sus obras, como "300" y "Sin City", han sido muy afortunadas (otras como "Electra", no tanto). Autor de culto es el que consigue un punto de vista original al realizar su obra, una propuesta distinta que genera un grupo de acérrimos seguidores. La adaptación cinematográfica de "300" no defraudará a estos ya que representa fielmente la esencia del tebeo. Rojos, grises y ocres, no hay más colores en la cinta. Sangre a raudales y estupendas coreografías en los combates: algunos fotogramas son idénticos a las viñetas del original: adaptar comics permite ahorrarse el storyboard. En la película hay más sexo y el papel de la reina es más importante, supongo que para tener más minutos de metraje pues la trama del complot contra el rey Leonidas no aporta nada a la historia. El personaje de Jerjes, sí, es clavado al del comic. Mis vecinos de butaca alucinan con el aspecto que le ha dado Miller, tan alejado, por ejemplo, de la pinta que tenía Darío III, uno de sus sucesores, en "Alejandro" de Oliver Stone: creo que para disfrutar de verdad está película hay que haber leído el comic previamente.
En fin, taquillazo, a pesar de la polémica que se ha buscado al intentar comparar a los antiguos persas con los actuales iraníes, o también gracias a ella. Después de los éxitos logrados con el universo Marvel ("Spiderman 3" está a punto de su estreno y creo que esta previsto llegar a la séptima secuela: ayer vi "Los Cuatro Fantásticos" y no me gustó, me pareció plana y la más infantil de todo este grupo de adaptaciones), empieza a abundar el cine basado en el comic más adulto. Esperanzador.
A esperar la segunda parte de "Sin City".

domingo, marzo 25, 2007

"Los tres entierros de Melquiades Estrada", de Tommy Lee Jones

Un inmigrante mexicano es abatido por los disparos de un policía de fronteras. En el monte, en la soledad del desierto, un disparo casi accidental, como en "Babel". Un crimen que sería fácil cubrir de indiferencia, de olvido: la víctima no es más que un pobre espalda mojada, un campesino sin familia. Sin embargo tiene un amigo que se convertirá en el brazo de la justicia. De la divina, claro.
Así, al asesino le espera la dura penitencia de devolver el cadáver de Melquiades a su tierra natal, Sísifo empujando la piedra. El viaje al otro lado de la frontera, desde el centro comercial y la autopista, al pueblo que vive de la tierra, surcado de senderos abiertos por manos callosas. El hombre que desanda el camino de la civilización, que se despoja de todo para reencontrarse arrodillado frente a un árbol, suplicando el perdón.
Primera película dirigida por Tommy Lee Jones. El guionista es ni más ni menos que Guillermo Arriaga ("Babel", "Amores perros"). Sobresale la segunda parte, la del viaje al pueblo natal de Melquiades, asi como las escenas de humor negro, donde el cadáver es protagonista. El director también encarna el papel de angel vengador, convincente, a la altura de su actuación en "El fugitivo".
Al principio pensaba que la película se iba a centrar en el asesinato, al estilo de "Lone star", pero creo que lo que realmente se ha intentado destacar ha sido el viaje. Y los muertos que les ajustan las cuentas a los vivos.

lunes, marzo 19, 2007

"Estación Central de Brasil", de Walter Salles

Una maestra jubilada redondea sus ingresos escribiendo las cartas que los humildes transeúntes de una estación de ferrocarril le dictan. Notas de amor en su mayoría, a real la pieza. Sin embargo muchas de ellas no llegarán a su destino, pues esta amanuense de alquiler tiene la mezquina costumbre de echar en un cajón, en vez de en el buzón, las cartas que su albedrío determina. El pueblo ignorante siempre es más fácil de manipular.
En su vida irrumpirá un niño que acaba de perder a su madre y que busca a su padre, al que no conoce y que vive en la otra punta de Brasil. Niño sin madre, mujer sin hijos. Se inicia la búsqueda, road movie al estilo de otras de adulto viajando con niño como "El verano de Kikujiro", aunque esta es anterior y bien pudo servir de inspiración a Kitano. Recorrerán el inmenso país: cada meta se puede considerar el fin del mundo. El vínculo afectivo que surge de las penalidades compartidas, se establecerá entre ambos a lo largo del viaje. Ella repasará las oportunidades perdidas y se reconciliará con el pasado que la ha conducido a una existencia fría y solitaria. Viaje redentor. Final feliz.
Según datos de la UNESCO, 781 millones de personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir en el mundo.

sábado, marzo 17, 2007

"Syriana", de Stephen Gaghan

La escena cumbre de la película: los servicios secretos de Estados Unidos lanzan un misil contra el vehículo donde viaja un aspirante al trono de un país árabe. Se podría pensar en el caso de Saddam Hussein, Noriega, Milosevic y que esta es otra película que nos cuenta como los norteamericanos han tenido que salir otra vez de su territorio para salvar al resto de pobres mortales. Pura rutina. En esta ocasión, tal atentado terrorista no se produce para instaurar la democracia en una nación regida por un poder tiránico o despótico. El asunto que cuenta la película es que hay que matar a esa persona porque piensa, porque ha echado sus cuentas y resulta que dispone de la materia prima más preciada del mundo, y no se quiere conformar con bañarse en petrodólares y dilapidar su fortuna mientras su pueblo sigue cuidando rebaños de cabras y comiendo dátiles en el desierto. La muerte de un gobernante para servir a los intereses de las grandes empresas no es una leyenda urbana o un tópico de las teorías conspiratorias. Son hechos que figuran ya en la historia oficial. Otra verdad incomoda. Al final, solo se mata por dinero.
Es el cuarto aniversario del comienzo de la guerra en Iraq. Resulta que sí que había un arma de destrucción masiva en ese territorio, en realidad la tienen la mayoría de paises de la zona. Se llama petróleo y ha provocado cientos de miles de muertos. Y más que habrá.

domingo, marzo 11, 2007

Concierto de Fito y los Fitipaldis

Una banda de Rock&Roll. En algunos momentos, puro Rockabilly, como cuando atacaron con una versión de Los Rebeldes, "Quiero ser una estrella": probablemente Fito Cabrales ha conseguido el deseo pronunciado en ese título, una fama que nunca tuvo con Platero y tu (a Platero los vi una vez que fui a un concierto de Extremoduro: les preste poca atención: yo iba a ver a los otros). Además, salvo en las dos o tres canciones más comerciales, tienen un estilo musical un tanto pasado de moda, de los que no se suelen escuchar en la radio (suenan a muchos otros: a Los Secretos, a Sabina, a Los Rebeldes, a Springsteen). Oía el concierto y me parecía increíble que el aforo estuviera completo, hasta la bandera, que esa música tuviera éxito. Quizá sea su estética barrio-bajera y la autenticidad canalla que desprenden. Será que no todo está perdido. Y releo y me parece que los estoy poniendo mal: todo lo contrario. Al loro.

viernes, marzo 09, 2007

"Closer", de Mike Nichols

Cruce de miradas en el paso de peatones, sonrisitas, la atropella un coche, la llevas al hospital, casualmente no tiene casa ni trabajo ni conoce a nadie en la ciudad... : cuatro años de relación: no había más opciones.
Escribes un libro, vas a hacerte las fotos para la promoción, besas a la fotógrafa, bajas a la calle a buscar a tu novia para presentársela y que se entere de todo el lío... : relación a dos bandas: no había más remedio.
Chateas por internet con un tío pensando que es una mujer, cita a ciegas, abordas a la primera que te encuentras como un loco salido, ella se casa contigo en vez de llamar a un guardia... : siempre pasa lo mismo: inevitable.
La trama se inicia con el tropiezo entre un escritor de obituarios, como el Pereira (Sostiene) de Tabucchi, y una joven lolita de aspecto rebelde. A Pereira lo interpretó magistralmente Marcello Mastroianni en la adaptación cinematográfica de la novela: para el papel de Jude Law esa profesión solo contribuye a enternecerlo artificialmente, pura anécdota. La lolita solo podía ser Natalie Portman: la lolita del barrio de "Beautiful Girls", la fantástica inquietud de Jean Reno en "León". Lejos de la solemne reina de las galaxias, es el papel que más brilla junto al de Clive Owen.
En algunos diálogos se nota que es una adaptación de una obra de teatro. Las esforzadas actuaciones intentan alejarla del romanticismo más banal. Otra vuelta de tuerca a las relaciones sentimentales modernas, convirtiéndolas en sucesos extraños, en sinsentidos insostenibles llenos de mentiras y rencores. Tanto apretarla que termina siendo una película romántica, intranscendente, de galanes y galanas luciendo palmito que ni emocionan, ni conmueven. Y poco más.

martes, marzo 06, 2007

"Alatriste", de Agustín Díaz Yanes

Empecé a verla con algunas precauciones, desconfiando de las recreaciones históricas del cine español, sobre todo si hay batallas de por medio. Los escoceses de "Braveheart", los romanos de "Gladiator": después de ver estas películas, el listón queda muy alto. Sin embargo, rápidamente bajé los brazos: la cinta cumple. Poderoso caballero es Don Dinero, escribió Quevedo, y para este tipo de producciones, para que la época quede dignamente representada, hace falta mucho. La elección de actores me parece muy acertada, sobre todo Viggo Mortensen y los veteranos del tercio viejo de Cartagena que le acompañan. Fantásticos todos ellos. ¿Qué actor español podía haber hecho el papel del capitán de forma tan solvente? ¿Carmelo Gómez? ¿Banderas (¡horror!)? Mortensen lo realiza a la perfección, acertando hasta al hablar en susurros: así hablan los peligrosos, ya lo decía Makinavaja.
Conozco a fondo la obra de Arturo Pérez-Reverte. Lo he leído todo o casi todo: no me gustan sus artículos ni su eterno síndrome del Vietnam (Manu Leguineche también estuvo en un montón de guerras y no da tanto la paliza. A este le escuche decir que los corresponsales de guerra cumplen las tres des: Dipsómanos, Depresivos y Divorciados: no se cuantas cumplirá Arturo). El ciclo de Alatriste es fundamental en su obra y supongo que contribuyó significativamente a sentarle en la Academia. De sus novelas, la mejor me parece que es "El club Dumas". Con "La carta esférica" empezaron los altibajos de nuestro romance y la última, "El pintor de batallas", la dejé después de 100 páginas y sin ánimo de volver a abrirla.
Lo que nunca me ha convencido del todo han sido los finales de sus libros, bien lo sabes, y en la película, curiosamente, me ha pasado lo mismo: la batalla del sitio de Rocroi que cierra la proyección es un tanto pobre, falta de extras que llenen el encuadre: en vez de un tercio de Flandes parecen un octavo o un decimo. Se les debió terminar la pasta. Pero aún así, no le falta emoción. Igual que los soldados que iban a luchar por el rey, pobres pero cumplidores. Ay. Siempre la honra y los barcos.

martes, febrero 27, 2007

"Juego sucio (Infernal affairs)", de Wai Keung Lau y Siu Fai Mak

Infiltrados orientales. Esta película hongkonesa del año 2002 ha saltado a la fama a raíz de ser la inspiración de Martín Scorsese para la premiadísima "Infiltrados". Inspiración se queda corto: son la misma maldita película. Bueno, no, en realidad es la misma trama: la dirección, el montaje, la banda sonora, los actores (claro) , todo eso ha cambiado. En la historia la única diferencia relevante es que no hay triángulo amoroso alrededor del personaje de la psiquiatra y otra que no contaré para no desvelar el final. Y nada más, pequeños detalles del guión. La muerte del superintendente, la mano escayolada, el encuentro en el cine, las llamadas de móvil, el ascensor del final: todo igual.
Busco en imdb los créditos de "Infiltrados". En el apartado de guionistas aparecen William Monahan, Siu Fai Mak y Felix Chong. Estos dos últimos son los mismos de "Infernal Affairs" y supongo que figuran en la lista porque les comprarían los derechos para hacer "Infiltrados". Eso lo explica todo. O casi. ¿Cómo es posible que William Monahan haya sido premiado con el Oscar al mejor guión adaptado? En todo caso será el mejor guión copiado.

lunes, febrero 26, 2007

"Cartas desde Iwo Jima", de Clint Eastwood

Se dice que para el soldado japonés era peor el deshonor de ser hecho prisionero o de rendirse al enemigo que la propia muerte, y por tanto el suicidio era la alternativa preferida cuando no quedaba ninguna opción salvo la derrota. En la época de la Segunda Guerra Mundial la religión oficial del estado japones era el sintoísmo, con un rígido código de valores, y el centro del culto lo conformaba la figura del emperador. Se exaltaba el honor, el valor, el sacrificio personal y se despreciaba la muerte, puerta que se debía cruzar para unirse a los ancestros: más o menos como en cualquier religión. En Iwo Jima murieron casi todos los defensores japoneses, no sin antes causar un elevado número de bajas en el ejercito estadounidense. Ahí reside la justificación de lanzar las bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki: el coste de someter al imperio japonés, isla a isla, pueblo a pueblo, iba a ser demasiado elevado en tiempo y vidas: mejor matar cientos de miles de golpe y que todos los muetos fueran japoneses.
La película plantea que el fanatismo suicida del ejercito nipón residía sobre todo en algunos mandos, más cercanos a valores patrióticos que el pobre panadero obligado a cargar con un fusil. También se habla del desconocimiento del otro bando, la propaganda que lleva al odio ciego: los soldados rasos, de cualquier nación, tienen más similitudes que diferencias.
El ejercicio llevado a cabo por el director de contemplar una batalla desde los dos frentes ha producido dos excelentes películas, muy distintas en su forma. Mientras que esta última se adentra más en la psicología de los personajes y el desarrollo de la batalla, la otra me pareció más fría en sus actuaciones (ya tiene su propia entrada en este blog) y se centra más en la manipulación informativa que se produce alrededor de cualquier guerra.
No creo que Eastwood triunfe esta noche (se entregan los premios Oscar) pero ni puñetera falta que le hace: película en versión original en japonés, que parece hecha en blanco y negro, o mejor solo en negro, de tan poca luz que se ha utilizado: la película que le apetece y encima le nominan. Que se lo den a Scorsese que no tiene ninguno. Pero no el de mejor película. Ese, a "Babel".

domingo, febrero 18, 2007

"Babel", de Alejandro González Iñárritu

Una bala disparada en medio del desierto, atraviesa cuatro vidas: la de la víctima, una mujer perdida en un matrimonio agonizante para el que el tiro de gracia, ironías, resulta salvador; la de sus hijos, Hansel y Gretel perdidos entre dos mundos, cuidados por una Eva que será expulsada del paraíso (artificial) por su negligencia; el asesino, un niño cainita que recibirá el peor castigo, pues el tiro que desencadena la tragedia se convertirá en la quijada bíblica; y la cuarta historia, la del dueño del arma, una conexión un tanto forzada. Y sin embargo está última historia me ha parecido la más interesante, la más potente y la que seguro hace honor al título de la película: la Babilonia moderna puede ser cualquier capital del mundo y se explica mejor desde la perspectiva de una persona que no puede oír ni hablar: confusión en un océano de señales, de mensajes.
El año pasado gano "Crash", una película con una estructura muy parecida. A diferencia de esta, el tono de "Babel" es más pesimista, más real visceralista (tomo prestado el calificativo de Roberto Bolaño: estoy leyendo "Los detectives salvajes"). Si gana, será la consagración de un genero.

domingo, febrero 11, 2007

"Azuloscurocasinegro", de Daniel Sánchez Arévalo

El título es la descripción de un color: el color del traje que se suele utilizar para ir a una entrevista de trabajo (si el dios-entrevistador-plenipotenciario lo cree oportuno, obtendrás el trabajo; si encima tienes suerte, no tendrás que volver a ponerte ese traje en la vida). Para el protagonista de la película comprarse ese traje es un sueño inalcanzable. Será el disfraz infalible, cual capa de Supermán, que impedirá que descubran su identidad secreta: portero de una comunidad de vecinos que cuida de un padre enfermo que requiere atención constante y, para colmo, el portero tiene un hermano en la cárcel. Huir del origen humilde, ese pesado lastre para nuestros sueños de grandeza.
No creo en los procesos de selección. Es imposible saber qué persona va a estar mejor capacitada para un cargo por su aspecto, su currículum, unos formularios y cinco minutos de entrevista: suele ser un juicio para intentar descubrir todas las mentiras que cuenta el candidato y justificar una decisión tomada de antemano. Mi mayor defecto es que soy muy testarudo y cuando empiezo algo no paro hasta terminarlo. No, no tengo novia, para mí lo más importante es mi carrera. Me encanta el trabajo, puedo quedarme después del horario el tiempo que haga falta. Sin cobrar, claro. Cinco años vestido como Kurt Cobain y ahora quieres parecer Donald Trump. En la universidad no te han preparado para eso.
Divertida, entretenida, cinta que se puede encuadrar en el genero de la comedia madrileña. Se mueve entre el enredo, el desamor, los problemas familiares, con un tono humorístico que a ratos puede parecer excesivamente simplón (gracietas sobre el sexo, la homosexualidad, manidos tópicos del cine español que quizás sean señas de identidad caducadas pero que habrá que pensar que se siguen consumiendo sin reparo) y que sin embargo funciona muy bien para elaborar el sabor agridulce de la película. Director debutante digno continuador de las obras de Trueba o Colomo. Sin embargo a mí me ha recordado al "Verano de Kikujiro" de Kitano, y probablemente se deba al el uso insistente de la banda sonora como pequeños estribillos optimistas: Joe Hisaishi paseando por la Gran Vía.
Aire fresco entre tanta guerra de clanes (Alatriste vs Volver: el cine español no solo es débil en economía y en ideas, sino que acostumbra a enfangarse en reyertas estúpidas). Tres Goyas de gran merecimiento: el de mejor director novel y sendos premios a los actores Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez. Han superado el proceso de selección. Ya pueden quitarse el traje. Enhorabuena.

viernes, febrero 09, 2007

"El ilusionista", de Neil Burger

Folletín decimonónico. Mezcla extraña de "Sissi emperatriz" y "El show de David Copperfield". El mago de origen humilde se enamora de la duquesita desgraciada que debe casarse con el príncipe despótico y cruel. Aburre por previsible: total falta de intensidad. Y eso que cuenta con buenos actores como Edward Norton y el gran Paul Giamatti y una buena ambientación histórica, pero con ese guión no hay mucho más que se pueda hacer.
Cuento romántico para un público infantil.

domingo, febrero 04, 2007

"Volver", de Pedro Almodovar

Tres generaciones de mujeres, cadena de desdichas, marcadas por el adulterio, el incesto y el crimen. Por la locura que trae el viento, deus ex machina que nubla el entendimiento, altera los sentidos y mengua las voluntades: hoy hace un viento criminal. Los fantasmas de los antepasados, cuentos de aparecidos, recuerdan el ineludible destino que aguarda a los portadores de la sangre maldita. La historia condenada a repetirse, insoportable retorno, la carga más pesada.
Tragedia griega apenas mitigada por unos retazos de humor negro, marca de la casa, como tantos otros detalles. Al empezar a verla me pareció que estaba ambientada en los años setenta, impresión rota por la aparición de un teléfono móvil, porque todo recuerda a otra época: el papel pintado (otra película con el dichoso papel: cada vez que visito un pueblo busco estancias que lo tengan: imposible), coches con matrícula de la F (aún se ven), las peluqueras que atienden en casa, la limpieza de las sepulturas el día de Todos los Santos (certifico que esa costumbre perdura) y sobre todo Penélope Cruz disfrazada de matrona italiana de posguerra (en la película sale una escena de una película antigua italiana, donde actúa, creo, la actriz Anna Magnani: el homenaje debe ser más que casual).
Película de actuaciones femeninas, completamente de autor. No es de las que más me ha gustado, pero puede ser que pase a la historia del cine español. Todo depende de Oscar.

jueves, febrero 01, 2007

"Campamento Jesús", de Heidi Ewing y Rachel Grady

Cine de terror. Miedo, mucho miedo produce la visualización de este documental, que debe ser mentira, debe ser una ficción: tiene que serlo. Lo vi cuando se estreno y ahora he vuelto a verlo. Sí, era para tanto.
Niños sufriendo amargamente. Esa frase tan corta define el horror, el padecimiento tan gratuito al que se somete a estos pequeños arrasados en lágrimas porque se les ha cargado sobre sus hombros la responsabilidad de todos los males del mundo. Se les ha llenado la cabeza de estupideces sin fundamento con el único motivo de no dejar espacio a ningún pensamiento coherente. Lavado de cerebro. Crear soldados sin voluntad, capaces de sacrificarse por la causa: en el fondo tienen envidia de los terroristas suicidas que dicen combatir, de su fanatismo y de su entrega. Ejercito de votantes.
Sus maestros se burlan de la ciencia y a la vez se les enseña que los recursos naturales están para esquilmarlos sin contemplaciones (y para acabar con los incendios nada mejor que talar todos los bosques, Bush dixit). Pequeños cuerpos que se arrastran por el suelo frente a una imagen recortada del presidente de Estados Unidos, mesías del cristianismo renacido, señor de las moscas. Y donde Bush es dios, Darwin es un farsante, Harry Potter es Satanás y los demócratas sus acólitos. Y aunque parezca una broma, hay que tomárselos muy en serio.

domingo, enero 21, 2007

"Banderas de nuestros padres", de Clint Eastwood

Color ceniza que lo baña todo, barro de sangre que atasca los tanques, regando un terreno yermo, rocoso, desolado.
Iwo Jima es una pequeña isla situada al sur de Japón. En ella, la gente se ganaba la vida refinando azufre (su nombre significa eso, isla de azufre). Isla maldita. Su interés militar residía en que era muy plana y constituía una excelente base de despegue para que la aviación atacara el cercano Japón. Así, en febrero de 1945 100.000 soldados norteamericanos desembarcan en ella y se enfrentan a 21.000 japones acantonados en bunkers, trincheras y una enorme red de túneles. Ni un paso atrás. La batalla, la matanza más cruenta del frente del Pacífico, no cesó hasta finales de marzo. 25.000 muertos, pero de ellos 18.000 eran japoneses: antes morir que rendirse. Y la famosa foto de Rosenthal se hizo el 23 de febrero después de la toma del monte Suribachi, el único accidente geográfico destacable de la isla, situado en su extremo occidental, y desde el cual la artillería nipona machacaba a las fuerzas aliadas. Todavía quedaba mucha batalla: la mitad de los que salen en la foto, murieron en los días siguientes.
La guerra es muy cara, que se lo digan a Bush. La foto se reproduce en 3.500 millones de carteles que se cuelgan por todo Estados Unidos: se pretende que los patriotas se rasquen el bolsillo: hay que matar muchos más japoneses, hay que rendirlos sin condiciones: hay que lanzar un par de bombas carísimas.
La película tiene tres vertientes que se entremezclan: la batalla en la isla, la campaña para recaudar fondos y la época actual que cuenta la recogida de testimonios de James Bradley, escritor de la novela en que se basa la película e hijo de uno de los supervivientes de la foto (tengo el libro empezado pero es un poco malo, al menos las primeras 70 páginas).
La parte de la batalla se recrea minuciosamente: solo hay que ver las fotos reales que acompañan a los títulos de credito. Supongo que para Spielberg, coproductor, no era problema después del extraordinario desembarco que logró reconstruir en "Salvar al soldado Ryan". La manipulación histórica y la falsa propaganda de guerra también quedan suficientemente denunciadas así como el racismo contra el soldado índio. Si hubiera que encontrar algún fallo, a mi no me han gustado los actores: me parecen demasiado fríos como si observaran los hechos en vez de producirlos. Van a la guerra como el que va de excursión. También se abusa del flashback: en algunos momentos no viene a cuento y rompe la trama injustificadamente. Pero, no equivocarse, es una gran película que me ha gustado muchísimo, digna de figurar entre las obras cumbre del cine bélico moderno.
Finaliza despacio, con los personajes asumiendo su destino como sucedía en "Million dollar baby": el final me la ha recordado inténsamente. No fueron heroes extraordinarios, simplemente eran unos tipos corrientes a los que les asustaban los focos y las multitudes. Tan simple como eso.

La foto de arriba es la de la primera bandera, no tan famosa como la de la segunda.

domingo, enero 14, 2007

"Rocky", de John G. Avildsen

Se acaba de estrenar "Rocky Balboa", sexta parte de una serie que se inició hace treinta años. Sin menosprecio de ella, que aún no he visto, he vuelto a ver la primera del año 1976, que supongo no será superada por la última. No en vano obtuvo el Oscar a la mejor película del aquel año: ni más ni menos que contra "Taxi driver" o "Todos los hombres del presidente": Rocky no solo vencía en el ring.
La película trata el tema del héroe de la clase trabajadora, el ídolo popular que surge del arroyo y que, trabajando duro y aprovechando sus oportunidades, obtiene fama y riqueza. "Million dollar baby" también fue mejor película contando lo mismo, solo que el final no era tan feliz. La parte melodramática de la cinta se completa con la historia de amor del matón cobrador de morosos y la dependienta de la tienda de mascotas, interpretada por Talia Shire (nombre artístico de Talia Coppola: sí, la hermana de Francis Ford), cuyo nombre origina una de las frases más famosas de la historia del cine: el grito ¡Adrian! al final del combate. Paradojicamente esa parte, que retrata la vida de las clases sociales bajas de aquel momento, ha resistido mejor el tiempo que la parte puramente pugilística, que ahora resulta caricaturesca cuando en su momento debió ser épica (la mejor película de boxeo y quizá la mejor película de los 80, es "Toro salvaje": punto).
Aquellos fueron años dorados para el boxeo: Muhammad Ali, George Foreman, Sonny Linston, Joe Frazier (Sly escribió el guión en tres días, después de ver un combate entre Ali y un peso pesado blanco llamado Chuck Wepner: acabo de ver ese combate en YouTube: Internet es una inagotable fuente de información). El boxeo profesional es una actividad brutal que tiene su toque romántico, desesperado, abrirse camino a golpes, hasta la extenuación. No creo que se le pueda llamar deporte, simplemente es otra cosa. Boxeadores, toreros: más cornadas da el hambre.
Stallone convirtió su personaje en un referente popular, una franquicia que debió reportarle pingües beneficios, lo mismo que Rambo el héroe de la era Reagan, pero que determinó una carrera demasiado condicionada por el físico del actor (tonto no será si fue capaz de escribir el guión de "Rocky", también nominado al Oscar al igual que su papel protagonista: tiene un punto artístico que no se percibe en Arnold Schwarzenegger: la vena republicana, en cambio, es patente en ambos). Ahora, con sesenta años, se llena la cara de botox y resucita al púgil para su último combate. Y para redondear su plan de pensiones. No, tonto no será.

miércoles, enero 10, 2007

"The Queen", de Stephen Frears

La semana siguiente a la muerte en accidente de tráfico de Diana Spencer, ex-aspirante al puesto de reina de Inglaterra, proporciona el marco temporal a este retrato desmitificador de la monarquía inglesa. O de cualquier monarquía. Se muestra a la familia Windsor como a un puñado de privilegiados que viven apartados del pueblo al que supuestamente sirven. Tacaños, apolillados, rígidos y disciplinados, obsesionados con el protocolo, con la vida en el campo, con la caza (¿qué les pasa a los reyes y a las escopetas?). Diana, en cambio, era la princesa de la prensa rosa, de las peluqueras y los culebrones, popular y querida hasta el paroxismo: la pobre esposa embaucada, engañada: la débil plebeya. Al final, seguro que no era para tanto, pero quedaba muy tierna en las fotos.
La reina tiene que descender entre el resto de los mortales para salvar la credibilidad de la institución que representa, mermada por la frialdad demostrada ante el fallecimiento de su antigua nuera. Tiene que demostrar que sabe verter lágrimas de cocodrilo, como cualquier otra ancianita.
La película muestra ese proceso de humillación personal pero, sin embargo, no me parece que ese sea el aspecto más interesante, por obvio. Hay otro que sí lo es, mucho más patético: ver a Tony Blair transformarse, pasar de líder revolucionario de la izquierda moderna a primer ministro reaccionario y babeante, obnubilado por la presencia del poder antiguo, caduco y antidemocrático. Me da la impresión de que también se quiere contar eso. O sobre todo.

miércoles, diciembre 27, 2006

"Fuego en la nieve", de William A. Wellman

Hazañas bélicas. En diciembre de 1944 la mítica 101 División Aerotransportada norteamericana se vio rodeada por las tropas alemanas en la ciudad belga de Bastogne. Hitler contraatacó en el norte de las Ardenas cuando ya nadie creía que fuera posible y el resultado fue la mayor batalla del frente europeo occidental durante la Segunda Guerra Mundial. Los soldados americanos aguantaron durante dos semanas el intenso ataque alemán en un paisaje cubierto de nieve, resguardados en sus pozos de tirador, esperando la llegada del Tercer Ejercito del general Patton.
La película es del año 1949 y está muy bien realizada para la época. El blanco y negro y la inclusión de imagenes reales, documentales, del campo de batalla, le aportan realismo a los nevados decorados hollywoodienses. La camaradería en el frente, el mito erótico de las mademoiselles francesas, los bajas heroicas, las raciones K. Música swing y cartas Dear John. La cinta tiene esa pátina de optimismo e inocencia del país victorioso, paladín de la justicia mundial, que aún no ha profundizado en la guerra fría ni ha tomado conciencia del horror del armamento nuclear: están a punto de llegar los felices años cincuenta y el dulce sueño americano previo a la guerra de Vietnam.
La aproximación más realista que he encontrado de ese trozo de historia, consiste en aproximarse a la obra "Hermanos de Sangre" de Stephen E. Ambrose, tanto la novela como la excelente serie de televisión, donde se cuenta la vida en el frente de una compañía paracaidista, la compañía E, desde su reclutamiento hasta el fin de la guerra, resuelta verazmente mediante la compilación de testimonios de los supervivientes. El día D, la operación Market Garden, Bastogne, El asalto al Nido del Águila.
Y otra opción muy recomendable para acercarse a la vida del soldado aliado es, sin complejos, echar una partida a los excelentes juegos de ordenador "Medal of Honour" o "Call of Duty". Agacharás la cabeza.

domingo, diciembre 17, 2006

"El sueño de Arizona", de Emir Kusturica

Mientras que Yugoslavia ardía en el conflicto bélico europeo más sangriento desde la Segunda Guerra Mundial, el director bosnio Emir Kusturica se iba a hacer las américas. Allí rodaría está película rodeado de un elenco de grandes estrellas: Johnny Deep, Jerry Lewis, Faye Dunaway, Lily Taylor, Vincent Gallo. Todos ellos cogen muy bien el tono kusturicense, surrealista y onírico, llevado al extremo en está película quizás la más fantasiosa de toda su obra. Hay guiños a clásicos, probables homenajes al mejor cine: "Toro Salvaje", "El Padrino", "Con la muerte en los talones", la propia "Bonnie & Clyde". Salen animales, bodas, músicos (banda sonora de Goran Bregovic, pero mariachis en vez de fanfarrias de trompetistas). Símbolos que se repiten una y otra vez.
Supongo que cuando un autor tiene un sello tan personal, tan prestigioso y tan premiado, los actores están locos por trabajar con el. ¿Qué pasaría si Almodovar, niño mimado de la crítica neoyorquina, se decidiera a saltar el charco? ¿Tendría problemas de casting o habría bofetadas por aparecer en los créditos? ¿Qué actores serian adecuados para una versión americana de "Hable con ella"? Seguro que Johnny Deep estaría en la lista. Y en cualquier lista.

domingo, diciembre 10, 2006

"King Kong", de Peter Jackson

Después de la monumental, épica y extraordinaria versión de la trilogía de Tolkien, merecedora de cualquier elogio imaginable, el director Peter Jackson abordó el proyecto de realizar un remake personal del clásico "King Kong" de 1933: "El Señor de los Anillos" había recaudado suficiente pasta como para permitirle hacer cualquier cosa que se le pasara por la mente. Ya había otra versión de 1976, con Jeff Bridges y Jessica Lange, pareja que tenía un punto más salvaje o indómito que la formada por Adrian Brody y Naomi Watts en esta versión de 2005.
La película tiene un arranque potente, con una eficaz recreación del Nueva York de los años treinta. También impresiona la llegada a la isla de la Calavera, con una tribu indígena que me ha recordado a los Uruk-Hai de Saruman, llenos de salvajismo primitivo. Pero en cuanto aparece el gran gorila, la película se convierte en un largo bostezo de dos horas. Las escenas de lucha con dinosaurios quizá hayan funcionado en la pantalla de cine, pero en 19 pulgadas resultan demasiado aparatosas e increíbles, sobre todo cuando aparecen los actores correteando entre bestias de varias toneladas (Naomi Watts sobrevive a caídas tremendas y meneos brutales sin el menor rasguño). Kong acaba convertido en un dibujo animado infantiloide, con miraditas, mohines y posturas que pretenden dotarle de intensas emociones y la presunta relación sentimental entre la bella y la bestia es de auténtica carcajada: no conmovería ni a un niño de tres años.
¿No iban a hacer una versión de "El Hobbit"?