jueves, enero 04, 2018

"Wonder Wheel", de Woody Allen

La colaboración del director de fotografía Vittorio Storaro con Woody Allen se inició en la anterior película del neoyorquino, "Café Society". Ahora, en este nuevo título de firma compartida, esa mirada cromática se apodera de la cinta, resulta omnipresente, coloreando con calidez las penumbras de las habitaciones, los rostros de los personajes, los clarososcuros de un rodaje melancólico, llevando así la emoción interpretativa a un plano superior: el color del fotograma se materializa, muta y actúa. El melodrama clásico que es "Wonder Wheel" se inspira, como se dice durante la propia proyección, en las obras trágicas del dramaturgo Eugene O'Neil, o más hacia atrás en el tiempo aún, en las piezas canónicas del antiguo teatro griego, pero esa recuperación del pasado no caerá en la tentación de recurrir a la escala de grises: una historia típica del cine de los años 50, ambientada en esa misma época pero sólo en el fondo, no en la forma: luz y color: la feria de la niñez.
Una pareja protagonista prodigiosa: Kate Winslet interpreta a uno de los personajes más amargos que haya contemplado en el cine en los últimos tiempos y James Belushi irrumpe en la pantalla como no recuerdo haber visto nunca antes a este inquilino habitual de comedias intrascendentes: de nuevo actores que trabajan a las órdenes de Woody Allen firman unas actuaciones que se instalarán en lo más alto de sus carreras, trabajos para la posteridad. El matrimonio formado por Ginny y Humpty despliega una desesperada lucha cotidiana para encontrar asideros vitales, excusas para afrontar un presente en el filo de la marginación y un futuro que se aventura desolador. El único soporte que parece robusto es el pasado, evocado con nostalgia, y como emblema poderoso de esos tiempos, que siempre fueron mejores, se sitúa el parque de atracciones de Coney Island, mítica instalación lúdica del imaginario norteamericano que entró en declive después de la Segunda Guerra Mundial y que ha aparecido en multitud de películas: icono pop. Wonder Wheel, el nombre de su gran noria, instalación simbólica de ésta y de cualquier feria, emerge como un ojo gigantesco que parece escrutar la vida real de sus vecinos, la desgracia diaria que se pone en marcha cuando se para el carrusel y se desconectan las luces de neón. La fiesta continua, fachada alegre de cartón piedra, da paso a un ambiente opresivo: la feria convertida en infierno personal, en migraña crónica.
Para su lección anual de cine, Woody Allen retrata los sueños rotos y los que se van a romper, las esperanzas defraudadas que buscan salvavidas en amantes ocasionales, en ilusiones redentoras que se desploman sin misericordia, sepultando a sus ocupantes varios metros por debajo de donde se encontraban antes del flechazo: pagar la entrada, montarse en la atracción y terminar el viaje poco después, mareado e insatisfecho: la alegría efímera de las montañas rusas.

17 comentarios:

  1. Textazo, querido Licantropunk. Cómo me ha gustado de nuevo visitar el universo de Woody Allen, que sigue la senda abierta a los dramaturgos americanos que ya abrió con Blue Jasmine. Y tienes razón sobre la pareja protagonista, grandes. Y les complementan perfectamente los personajes con rostros de Justin Timberlake y Junio Temple. Y qué bueno es el personaje del niño que o bien quema lo que no soporta de la vida o se oculta en la sala de cine...
    Beso
    Hildy

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    1. Es la impresión que me queda siempre, que con este director los actores consiguen unas interpretaciones fabulosas.

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  2. Cómo me gustaría escribir como tú! Iré a la película pero dudo que supere tu crítica. Terencium

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    1. Eso sí que es un elogio desmedido, amigo mío, pero muchas gracias por él.

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  3. Tengo que verla pronto, apenas lo haga vuelvo a pasar por acá Licantro

    Abrazo!

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    1. Pues me gustará mucho conocer tu opinión sobre la película.

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  4. No soy muy fan de Woody Allen. Pero tras leer tu comentario, le voy a dar una oportunidad.

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    1. ¿Darle una oportunidad al cine de Woody Allen? Ya debería haberlo hecho usted hace muchos años, ja, ja.

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  5. Mr. Licantropunk, otro film para tener en cuenta, y uno que es imposible de que falle. Saludos.

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  6. Mr. Licantropunk, en cuanto al film anterior del cual reseño, y para picar un poco, lamento escribir que me hago a un lado de la saga galactica y busco otros terrenos dentro de la sci fi; con respecto a este film, Allen nos vuelve a deslumbrar con esta rueda de maravillas, asi, sin mas. Saludos.

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    1. El cine permite que te deslumbren de diversas formas, así que admito que en mi caso así es. Pero no fácil de deslumbrar, no, cada forma empleda deberá esforzarse para ello.

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  7. Hola Licantropunk. Parece ser que Vittorio Storaro es el gran hallazgo de la película, por lo que he leído hasta ahora. Qué decir de "Wonder wheel". Que la adoro sin haber visto. Seguroq ue me va a encantar. Primero, la ambientación en los cincuenta. Y luego, que es Woody Allen y cuando se pone ne la línea de "Blue Jasmine" me encanta. Bueno, me encanta casi siempre. Un fuerte abrazo y espero que haya comenzado estupendo el 2018. Que se cumplan tus deseos.

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    1. La fotografía de Storaro ya fue un impacto en la anterior película de Woody Allen, "Café Society". De repente hubo una escala cromática que no era habitual y que, a mí entender, atestigua que para el cineasta de Brooklyn aún hay campo por descubrir y recorrer.

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  8. Licantropunk comienza el año en plena forma: fecundo y vigoroso en sus críticas. No sé si veré la película, pero he disfrutado de la reseña. ¡Feliz año!

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    1. Escribir empieza a convertirse en una carrera contra el tiempo: contra el tiempo del que no disponemos. Pero seguimos.

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  9. Me gustaria verla Tiene un nose que que me encanta
    un abrazo

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    1. Lo que yo haya escrito no será más que una invitación para ver la película, como suelo pretender siempre.

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