sábado, noviembre 01, 2008

"Z", de Costa Gavras

Cine político. Un diputado de izquierdas (interpretado por Yves Montand) es asesinado a la salida de un mitin. Los poderes fácticos (¿qué narices significará fáctico?) ven en la figura de ese político, que habla de libertad y pacifismo, un riesgo, un ataque a sus privilegios adquiridos a través de la imposición, del terror: propaganda y mano dura para perpetuarse en el poder.
La película es del año 1969 y está llena de espíritu sesentayochista. Al principio cuesta situar la trama en un país determinado. Europeo, seguro. A primera idea Francia, sólo sea por el idioma de la película, o incluso España, ya que el guionista es Jorge Semprún: en ambos países podría darse fácilmente un magnicidio de esas características en aquellos años. Pero la nacionalidad del director y las referencias a la monarquía (incluso la típica foto de despacho oficial: un rey y una reina, aunque sus rostros tapados por el intencionado reflejo de un foco) desvelan que el atentado se produce en Grecia.
Así, la película está basada en un suceso real: el político asesinado es Gregoris Lambrakis, lider del movimiento pacifista griego. En aquel tiempo los militares de ultraderecha tenían mucho poder (pocos años después se iniciaría una dictadura militar, aquella que terminó llevando al exilio a Constantino, el hermano de la reina Sofía) y veían todos los ismos (socialismo, comunismo, pacifismo, anarquismo) como una plaga que había que exterminar. En concreto la plaga del oidio, un hongo que ataca las viñas y que, de forma muy didáctica, se muestra a un grupo de militares al principio de la película cómo se combate. El oidio. Casual.
Dos matones de lumpen montados en un motocarro al que llaman el "kamikaze" irrumpen entre la multitud y, sin detener el vehículo, golpean con una porra en la cabeza del diputado que morirá en un hospital pocos días después. La investigación posterior destapará una trama urdida entre grupos de ultraderecha, militares conservadores, policías corruptos y jueces marioneta. La maestría del director convierte la trama en una sátira descarnada del proceso policial y judicial en el que se afirma la imposibilidad de alcanzar cualquier clase de justicia. Los tentáculos del poder alcanzan cualquier rincón y sus cloacas llegan a todo y a todos.
Hope
, proclama Barack Obama, invadiendo con esa pretendida consigna revolucionaria las pantallas de los televidentes, a golpe de talonario, claro. El discurso dialéctico de dos candidatos reducido a que uno quiere aumentar los impuestos y el otro reducir el gasto. Poco más. Si a Obama lo asesinaran antes del martes no creo que fuera por sus ideales, como le sucedió a Lambrakis, si no por motivos aún más estupidos: el color de su piel (si a Obama se lo cargan mañana, yo no tengo nada que ver, que conste; es más, ojalá gane).
La película se aleja de los parlamentos y las tribunas para mostrar la política de calle, el poder del mensaje directo. Las masas enfervorecidas, de uno otro bando, que se lían a golpes ante la pasividad policial: la dialéctica de los puños. El candidato convertido en héroe del pueblo, que sabe que se la juega en cada frase, en cada gesto, que se encamina hacía la muerte en una plaza sin escoltas ni defensas. El mártir inevitable.
Indispensable película.

El significado del título: the large Z, referring to the popular Greek protest slogan "Ζει" meaning "he (Lambrakis) lives."

5 comentarios:

  1. Ufff hace tanto, tanto que la vi que tu post me recuerda que debo volver a verla, apenas la recuerdo, ays.

    Pero en su momento también pensé que era imprescindible.

    Un beso.

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  2. Pues yo no he visto esta película. Tomando buena nota, pues...

    Fáctico, de factum... de hecho, poder "real", de hecho, aunque no coincida con el "legal" o visible... (creo)

    Saludos!

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  3. Margot: y oportuna, ahora que la política es noticia.

    Babel: gracias por la aclaración. Pretendía ser un guiño a los columnas de Millás.

    Saludos.

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  4. estoy con margot, la volveré a ver. noto lo chica que soy con este tipo de cosas. vuelvo a ver algo que vi hace años, y siento que nunca lo vi.

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  5. Yo tampoco la he visto, pero, si está al nivel de Missing, seguro que merece la pena.

    Un saludo!

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