La construcción en China de la presa de las Tres Gargantas, la más grande del mundo, en el río Azul (o Yantze: cuando yo iba al colegio los ríos de China eran el Amarillo, el Azul y el Rojo: fácil de memorizar), sirve de marco referencial para esta historia. El progreso necesita energía, muchísima, y no se va a detener porque para lograr sus objetivos haya que anegar varios cientos de pueblos y haya que cambiarle la vida a cientos de miles de personas. Lo que haga falta con tal de que todos tengamos un teléfono móvil en el bolsillo. "Tenemos el agua al cuello con tanto puto pantano", cantaba Robe Iniesta. Pueblos, valles, campos, sumergidos por el furor hidroeléctrico del franquismo: siete embalses sólo en Salamanca. Alguno como el de Almendra, verdaderos mares interiores. Inmensa quietud.
El minero Han Samming y la enfermera Shen Hong viajan a la ciudad de Fengjie para buscar a sus respectivos cónyuges. La búsqueda se realiza entre los escombros de una ciudad que esta siendo demolida poco a poco, a golpe de mazo, por un ejercito de termitas implacables: trabajo de chinos. Demoler para inundarlo todo, como una absurda paradoja del sistema, de la inutilidad del cambio. Buscan sin saber muy bien lo que se van a encontrar, como buzos submarinos en una operación de rescate. La ciudad se hundirá en las aguas del río y en su remolino amenaza con tragarse a las personas que compartieron su vidas. Los habitantes desahuciados construyen su nueva vivienda en los ojos de un puente; los muros desventrados de las casas se abren a la ola que ha de arrasarlo todo; los arqueólogos luchan contra el tiempo para recuperar los vestigios de un tiempo irrecuperable: todo esfuerzo será vano. El minero y la enfermera pertenecen a otro lugar. Ponen sus vidas en pausa y se adentran en una naturaleza muerta, en un momento irrepetible que pronto será cubierto por el polvo del pasado.
Qué bueno descubrir esta película que por lo que mencionas es muy atractiva y con un tema que está muy vigente como el progreso y hasta dónde nos domina. Saludos!
ResponderEliminarMuy bonita esta película. Recupera el espíritu del neorrealismo italiano o de "Las uvas de la ira" de Ford, es un homenaje a la gente sencilla y trabajadora. Es extremadamente realista, casi un documental, pero los planos son sumamente estilizados.
ResponderEliminarEso sí, hay que verla bien descansadito, que su ritmo cadencioso puede incitar al sueño como le pasó a mi chica.
Un saludo!
budokan: Película de grandes paisajes, sugerente, que invita a la reflexión por parte del espectador
ResponderEliminardeckard: adolece de cierta frialdad en la exposición de sentimientos. Cuesta indentificarse con las emociones de los protagonistas. Y sí, un par de cafés para aguantar el tirón: merece la pena, claro.
Saludos