Un documental acerca de una ficción que es realidad: el documental es el medio, la ficción es Sergio convertido en espía infiltrado y la realidad, cruda, la aporta una residencia de ancianos: lugar que siempre despierta sospechas: casa de retiro que a la vez es hospital, que a la vez es manicomio, que a la vez es cárcel: la mezcolanza de condiciones de sus habitantes despierta escalofríos al nuevo, huésped voluntario, que contempla de primera mano las posibilidades vitales que se puede encontrar en un futuro cercano: demencia, incapacidad, hastío. Y la más temida: la soledad. El abandono del que lo fue todo y ahora sólo es un estorbo: trastero, chatarrería, muladar. Instituciones que quizá traten estupendamente a sus inquilinos, que intenten cubrir con esmero y dedicación sus necesidades, sus males, sus tristezas, pero que lo único que no pueden enmendar es la traición familiar que Sergio, el topo, muestra con la certeza de la verdad desnuda. Cría cuervos, Azarías.
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