El animal de interior siempre sueña los mares, escribe Marcos en su poema "Los brazos de Venus". El mar se antoja imposible en su ciudad natal, Zaragoza, pero el viento sopla firme y, como en tantas ciudades sin puerto, como en la mía, hincha las velas de su catedral, barco varado a la orilla del río, que se divisa desde lejos quebrando el horizonte. Poesía urbana para romper pasiones amorosas acostadas en lechos de asfalto y piedra milenaria, mecidas con acordes desgarrados por algún crooner insomne. Soledades reconfortadas en cafés musicales de aliento bohemio que se refugian del Cierzo: los versos de Marcos evocan humo de tabaco y de jazz, una nostalgia confundida que ansía volver al lugar donde se fue feliz, confundida porque no es nostalgia sino melancolía: el retorno es imposible. Palabras que sobrevuelan la ciudad como el sonido de Gershwin acompañando los planos de Woody Allen por Manhattan y que penetran todos los rincones alumbrando las intimidades de un cuadro de Hopper.
Marcos Callau traza habitualmente sus poemas en la pizarra de su blog, El tiempo detenido, pero, mucho antes aún, nuestro camino bloguero se cruzó en El sueño eterno, su morada anterior. Tantos años leyéndole, leyéndonos, compartiendo además escritos en "La caja de Pandora": tener ahora entre manos su libro es un placer enorme, una satisfacción. Porque lo digital está muy bien pero el papel, chico, no sé lo que tiene, y este poemario luce espléndido.
La poesía es el medio singular de expresar ciertas inquietudes, manifiestos del espíritu, con la exigencia añadida de desbrozar la palabra exacta, el verbo preciso, el adjetivo certero. El poeta que se atreve a hacer pública su obra, establece un compromiso: describir lo trascendente sabiendo que es lo necesario, lo único necesario, en realidad. Y ese compromiso tiene como destinatario al lector ajeno, la parte contratante que acepta el reto de sumergirse en el verso y capturar el sentimiento, como reflejado en un espejo: sentir lo que el poeta sintió y hacerlo suyo.
Enhorabuena, Marcos.
¡Vaya! Me he quedado sin entrada... Buenos el libro y tu comentario. Saludos.
ResponderEliminarPues justo yo estaba esperando la tuya. Me he metido en el terreno que no me corresponda, la poesía es tu apartado, que defiendes estupendamente. Pero la ocasión la merecía.
EliminarMe alegré tanto cuando lo lei en el blog de Marcos...
ResponderEliminarSiempre es buena noticia un libro nuevo y de poesía.
Seguir creando.
Seguir creyendo.
... no deja de ser algo poético...
Y leyendo entradas tan bonitas como la tuya...
Es especial lo que hace esta Red de establecer un espacio de diálogo y encuentro entre personas de distintas partes del mapa. Y es bueno cómo fluye la creación y las buenas noticias.
Besos
Hildy
Así es, establecemos "un tráfico de influencias", reconocimientos mutuos, intereses compartidos. Y para mí, que un amigo bloguero celebre un avance en su arte como el protagonizado por Marcos, gran paso adelante, es una noticia feliz. En fin, que me siento rodeado de "entes" (apenas conozco personalmente a un par de colegas blogueros) de gran capacidad artística e intelectual, preocupados por evadir la mediocridad circundante, por superarse y hacerse la vida más soportable (salvados por el arte, todos), la suya y la de los demás.
EliminarAyer me pasé todo el día con este tipo bajo la lluvia de Barcelona. Hablamos,bebimos,reímos y nos asustamos un poco por el panorama actual.Sí,ayer estuve con este tipo que me dedicó su libro de poemas.Me dijo que andaba ahora por la filmografía de Buñuel y me preguntó qué sentido tenía esa escena que tanto se repite en la película El discreto encanto de la burguesía,sí,esas escenas donde unos tipos caminan por una carretera aparentemente sin ninguna dirección.Me lo preguntó bajo la lluvia y sobre unas escaleras mecánicas de la parte alta de la ciudad.Le respondí que tenía el sentido que tiene ese ascenso bajo la lluvia sobre una escalera mecánica. En fin, que ayer me pasé todo el día con este tipo al cual quiero mucho.Marcos es un tío estupendo y su sonrisa le delata como un bonachón. Un día le dije que en Zaragoza tienen un café del siglo XIX con un reloj detenido en el tiempo.Desde entonces va allí para escribir versos. Ese es el tipo de poeta que es Marcos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ambos.
Francisco, qué envidia. Mal dicho, no es envidia, es alegría: saber que dos personas a las que les tengo cariño, por las que siento amistad a pesar de no conocernos en persona (quizás nos conocemos mucho más que si así fuera), se encuentren, celebren y disfruten de su compañía mutua. Buñuel, ¿eh? Tenía que salir: por muchas vueltas que des, a Buñuel volverás otra vez. Estos días estoy ocupado en la lectura de "Luis Buñuel, novela", el inédito de Max Aub que ha sido compuesto y publicado recientemente. Y lo estoy disfrutando mucho. Las charlas entre ambos dan nuevas visiones de las películas de Buñuel, muchas sorprendentes, que yo no había captado, pero también el retrato de sus amigos, de su familia, de la época que vivió. Una maravilla de libro, en fin.
EliminarUn abrazo, Francisco.
Licantropunk, pedazo de reseña que te has marcado y que te agradezco enormemente. Ojalá podamos encontrarnos algún día para compartir unas copas, así como compartimos inquietudes y cinefilias. Con tu permiso, comparto tus palabras. También agradezco a los demás comentaristas, en especial, a mi amigo Machuca, con el que pasamos un día surrealista pero divertido, ameno y entrañable, en definitiva. Espero que nos veamos de nuevo, pronto. Un fuerte abrazo, Licantropunk. Te quedo enormemente agradecido.
ResponderEliminarNo, nada de agradecimiento, lo que hay que agradecer es que haya personas escribiendo y brindando su talento a los demás, como es tu caso, el de Francisco Machuca, el de Hildy, el de Angelus, el de todos los que tengo la suerte de leer.
EliminarLo que he escrito de tu libro es una crítica sentimental, en cuanto al estado de ánimo provocado, que es como suelo escribir de las películas: no hablo de técnica, no intento diseccionar el estilo: ni me gusta ni sé. De una película cuento, más mal que bien, el poso que me deja dentro, el cúmulo de sensaciones que se han alimentado al verla: al leer tus poemas, para la ocasión. En fin, tu libro ya forma parte de ese bagaje que acumulo y que atesoro con la molicie de un avaro, y que me acompañará hasta que me planten el pijama de madera. Y no es poco elogio el que te hago al decirte eso.
Un abrazo.
Me alegra que hables del libro de Marcos, yo estuve en la presentación de Barcelona. Después comimos, bebimos y reímos mucho por los bares de la calle Joaquín Costa en compañía de otros amigos que acudieron.
ResponderEliminarMarcos atrapa el cierzo y lo trae convertido en un viento cálido y amistoso.
Saludos.
Borgo.
Vamos, que lo de la presentación del libro en Barcelona fue una excusa, no, ja, ja. Me alegro de que lo pasarais bien.
EliminarEnhorabuena a tu amigo... editar hoy día un libro y más si es de poesía... uffff, bizarro! Son los amigos que te pegan, jeje.
ResponderEliminarSaludos
Que nos pegan, amiga, que nos pegan. Y que abunde.
EliminarEstupenda reseña, sentida y muy merecida, claro: Marcos es grande.
ResponderEliminarPues si ya somos tantos los que lo pensamos...
EliminarNo lo conozco peros si lo que esta dentro se parece ala portada, sin duda a descubrir. Lo buscare y le daré un vistazo. Saludos
ResponderEliminarLa portada está bien elegida, sí, una foto muy bonita.
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