viernes, diciembre 26, 2008

"La pianista", de Michael Haneke

Profesora de piano, virtuosa concertista, imparte clases por horas en academia de reconocido prestigio. Estricta y distante, esbelta esfinge hierática, amor platónico del aplicado alumno adolescente. Nadie sospecha que, tras el rictus de disciplina que se descuelga de las comisuras de sus finos labios prietos, se ocultan oscuras pulsiones sexuales: no hubo tiempo para aprender los secretos del oficio arremolinada en el asiento trasero de un coche y ahora se arrastran deseos furtivos, vaciados en ranuras de cabinas de peep show y ojeos voyeuristas de parejas en acción.
Audiciones, ensayos, exámenes. Horas gobernadas por el repaso infinito de cinco lineas paralelas salpicadas de genialidad. Se abre la tapa del piano y el instrumento sonríe con satisfacción caníbal: aquí serán devorados los días de tu juventud. Cuando te asomes al espejo, yerma y aburrida, contemplarás la decadencia de tu tiempo y el dolor punzante, sorprendido, que atravesará el pálido rostro de tu reflejo, no se verá recompensado por la cerrada ovación del auditorio. Le ganaste la partida a Schubert, pero a Schubert le importa un bledo. Miserable y rencorosa, jugarás vacilante la última moneda de tu faltriquera: el desastre de tu cara delata la cuantía del premio. Sola y vencida. Se alejan tus pasos.

2 comentarios:

  1. Me dejó una sensación desasosegante, me gustó e inquietó a partes iguales...

    Y tu crítica de hoy es pura poesía, que seas consciente, Licantropunk, jeje.

    Saludos a gogó!!

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  2. A mi también me pareció desasosegante, pero eso es buen cine, y magnífica interpretación de la Huppert.
    FELIZ AÑO 2009, y que sigamos visitándonos

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