domingo, septiembre 30, 2007

"Las tortugas también vuelan", de Bahman Ghobadi

Los kurdos habitan un país que no existe, una tierra despedazada. Un erial desolado que tiene la desgracia añadida de un subsuelo millonario: la maldición de Oriente medio, las arenas empapadas en oro negro. Perseguidos, masacrados, represaliados por los cuatro estados en los que se reparte su territorio (Irán, Iraq, Siria y Turquía), en los últimos tiempos el régimen de Sadam Hussein demostró tenerles una especial ojeriza. Sadam Hussein había sufrido un atentado al atravesar una aldea kurda en 1982. Las represalias fueron brutales y decenas de miles de kurdos las padecieron. Encarcelamientos, ejecuciones, ataques con gas mostaza: el genocidio de un pueblo como objetivo poco disimulado. Así pues, el odio a la tiranía baazista estaba asegurado y los rumores del segundo ataque norteamericano a Iraq, la famosa foto de las Azores, llenaban de esperanza los campos de refugiados kurdos en la frontera turca (el gobierno turco tampoco ha tenido miramientos a la hora de sofocar las ansias independentistas kurdas). El espejismo del americano salvador, al que en la escena final se da la espalda.
Todo conflicto bélico tiene a los niños como sus víctimas más desamparadas. Niños mutilados, huérfanos, violados, ciegos, enfermos, abandonados, que aquí se ganan la vida desactivando minas con sus propias manos: niños mancos. La película no ahorra crudezas cuando presenta al espectador los horrores que la guerra produce en los niños, aunque el tono general es en realidad otro más amable. Niños que se ayudan, que se dan besos, que se cuidan unos a otros, que se comportan como tales aunque se apoyen sobre unas muletas y vivan en un lodazal cercado por alambre de espino. Rozan la realidad caminando entre dos mundos, el de los adultos que ha sumido sus vidas en la ruina más absoluta pero al que se aferran para intentar sobrevivir (madurar o morir), y el suyo propio, donde todavía queda alguna esperanza de que su existencia se ajuste a sus fantasías más que a sus malditas realidades.
El suicidio de un niño es un acto abominable, solo comparable al asesinato de otro: la tragedia más atroz. No hay peor final.

7 comentarios:

  1. Película que no me dejó indiferente.No puedo añadir más,tu excelente texto habla por mí.
    Por cierto,ambos coincidimos en el "tono" pesimista en el mismo día de nuestros post.Es que el mundo no dá para más.
    Un abrazo.

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  2. Tengo un buen recuerdo de esta peli, aunque quizá se la infló demasiado con tanto premio en festivales.

    Un saludo!

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  3. Hay películas imprescindibles, sólo porque hacen patente una realidad a la que difícilmente podríamos acceder sin ellas... esta es una o me lo parece...

    Besote, licantropunk!

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  4. Hola, parece un film muy duro como casi todos los que provienen de esas regiones en conflicto. Siempre espero que estas películas despierten un poco de conciencia en lo que se vive en determinados territorios. Muy buen post. Saludos!

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  5. no la vi, tomaré en cuenta este posteo, aunque creo que ya no vuelve a cinemateca hasta el 2008

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  6. f. machuca: la película va directa a la conciencia y de un modo bastante obvio: te deja hecho polvo, pensando que sólo es una película pero que, caray, seguro que ha pasado alguna vez.

    deckard: ya se sabe que nada enternece tanto a las masas como los niños y los cachorritos. Y si encima los muestras sufriendo, tienes asegurado haber pulsado la tecla de la emotividad. Por otro lado sí creo que la historia que se cuenta es muy buena.

    margot: imprescindible, sí. La realidad supera a la ficción y en el caso de esta película, todos sospechamos que se cuenta una realidad: así de triste.

    budokan: además son películas que suelen tener gran éxito en los festivales, sobre todo cuando son realizadas por directores que han vivido la historia tan de cerca. Como las de Kusturica y la guerra de los Balcanes. Cine denuncia, en muchos casos.

    tan versatil: ¿qué es cinemateca? ¿por qué hasta el 2008? Intrigante.

    Saludos.

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  7. Cuando hay niños como protagonistas, víctimas en medio de las guerras, puede dolerte más que cualquier otra película. Es terrible.

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