En "Diario de un skin" dice Antonio Salas (en realidad es un seudónimo: en su libro da muchos nombres de personas sin demasiado sentido del humor) que los skinheads también son hijos de mujer: nacieron de una madre, tienen familia, hijos, vecinos, amigos. Tienen, sueños y sentimientos. Dentro de la carcasa de bestias salvajes y violentas, habitan seres humanos a los que el autor debía comprender sin caer en tópicos: si los menospreciaba podía perder la vida. Cuesta aceptarlo pero hay vida inteligente dentro. También a Bruno Ganz le criticaron por hacer un Hitler demasiado humano en "El hundimiento". Sí, ese también tuvo madre, claro.
"Los Soprano" muestra las dos caras del mafioso, su vida pública y su vida privada. La pública la hemos visto en multitud de películas, algunas de las mejores de la historia del cine, pero esta serie consigue sacarle todo el jugo a la parte privada del ganster. Hijos adolescentes, madres dominantes, mujeres inseguras. ¡Qué difícil es conciliar la vida laboral y la familiar! El asesino va al psiquiatra, toma prozac, hace dieta, tiene aventuras: llora abrazado a su almohada. Habla con sus amigos de trivialidades, de implantes capilares, de recetas de cocina, pero de repente sacan las pistolas y se cargan a un tipo. ¿Qué quieres que le haga?, soy un escorpión.
Los actores son magníficos, convincentes, todos ellos. Desde James Gandolfini hasta Steven Van Zandt, el que fue guitarrista de la E-Street Band de Springsteen.
Grandes guiones para una de las más grandes series.
domingo, octubre 29, 2006
sábado, octubre 14, 2006
"El jardinero fiel", de Fernando Meirelles
Denuncia de la falta de escrúpulos de las farmaceuticas: todo vale con tal de conseguir aumentar el porcentaje de beneficios: pasa en todas las grandes empresas: se toman decisiones estratégicas desde salas de reuniones asépticas, con aire acondicionado y café con pastitas, lejos del mundo, de la gente. Gráficos en una pantalla. Cifras en un informe. Generar más dinero para que un puñado de jubilados multimillonarios que toman el sol en Florida, tengan más aún. Todo vale. Tengo que comprarme otra mansión, que esta se me ha quedado pequeña. Reventar de codicia.
Hasta los ratones de laboratorio, tan blanquitos, tienen más derechos. Negro, africano y seropositivo. Eso se llama tener puntería. Y si encima eres una mujer, el premio gordo. Carne fresca para la máquina. Nadie va a hacer preguntas, simplemente no existes, no cuentas, no eres nadie y me vas a ahorrar mucho dinero. Maldito primer mundo, tan escrupuloso, tan mojigato, que no me deja hacer mis experimentos a gusto. Tomaté esta pastillita, que te vas a encontrar mejor. Si curamos todas las enfermedades ¿de qué vamos a vivir? Hazte médico, que a esos nunca les va a faltar el trabajo, decían nuestros mayores: no les faltaba razón.
La gripe del pollo, las vacas locas. ¿Quién le pone esos nombres tan graciosos? ¿Faemino y Cansado? Grandes titulares. Riesgo de pandemia, amenaza para la humanidad: el mundo esta indefenso, el estado del bienestar se tambalea. Paranoia moderna. Nos mata la carretera, el exceso, el estres, la necedad. A ellos el sida, la malaria, el colera, enfermedades mortales, pero sobre todo la guerra y el hambre, la necesidad desnuda. A millones. Nestle regalaba muestras de leche en polvo para que las madres con sida del tercer mundo alimentarán a sus bebes. Se secaron sus pechos y después los niños murieron de cólera por el agua que se utilizaba para hacer los biberones. Semillas transgénicas, estériles, muy rentables. Otro cliente satisfecho.
Africa maldita. Puede que dentro de unos años mis hijos vean esta película o "La pesadilla de Darwin" y piensen que son cuentos chinos, que Africa nunca ha sido así, que no es un lugar donde se viva peor que en cualquier otro, que no hay hambre o miseria. Bueno, puede que mis hijos no lleguen a verlo. Puede que tampoco mis nietos.
En la película sale el lago Turkana. Cuna de la humanidad. Hace poco leí un libro sobre los descubrimientos arqueológicos que se han producido en las orillas de este lago: "Nuestros orígenes. En busca de lo que nos hace humanos", de Richard Leakey: que ironía de título.
Hasta los ratones de laboratorio, tan blanquitos, tienen más derechos. Negro, africano y seropositivo. Eso se llama tener puntería. Y si encima eres una mujer, el premio gordo. Carne fresca para la máquina. Nadie va a hacer preguntas, simplemente no existes, no cuentas, no eres nadie y me vas a ahorrar mucho dinero. Maldito primer mundo, tan escrupuloso, tan mojigato, que no me deja hacer mis experimentos a gusto. Tomaté esta pastillita, que te vas a encontrar mejor. Si curamos todas las enfermedades ¿de qué vamos a vivir? Hazte médico, que a esos nunca les va a faltar el trabajo, decían nuestros mayores: no les faltaba razón.
La gripe del pollo, las vacas locas. ¿Quién le pone esos nombres tan graciosos? ¿Faemino y Cansado? Grandes titulares. Riesgo de pandemia, amenaza para la humanidad: el mundo esta indefenso, el estado del bienestar se tambalea. Paranoia moderna. Nos mata la carretera, el exceso, el estres, la necedad. A ellos el sida, la malaria, el colera, enfermedades mortales, pero sobre todo la guerra y el hambre, la necesidad desnuda. A millones. Nestle regalaba muestras de leche en polvo para que las madres con sida del tercer mundo alimentarán a sus bebes. Se secaron sus pechos y después los niños murieron de cólera por el agua que se utilizaba para hacer los biberones. Semillas transgénicas, estériles, muy rentables. Otro cliente satisfecho.
Africa maldita. Puede que dentro de unos años mis hijos vean esta película o "La pesadilla de Darwin" y piensen que son cuentos chinos, que Africa nunca ha sido así, que no es un lugar donde se viva peor que en cualquier otro, que no hay hambre o miseria. Bueno, puede que mis hijos no lleguen a verlo. Puede que tampoco mis nietos.
En la película sale el lago Turkana. Cuna de la humanidad. Hace poco leí un libro sobre los descubrimientos arqueológicos que se han producido en las orillas de este lago: "Nuestros orígenes. En busca de lo que nos hace humanos", de Richard Leakey: que ironía de título.
domingo, octubre 08, 2006
"Flores rotas", de Jim Jarmusch
Un hombre recibe una carta anónima. La carta dice que tiene un hijo de diecinueve años. El es un galán solterón entrado en años que percibe la decadencia de su poder seductor. Tal fue el frenesí de sus años jóvenes, que duda entre cinco distintas posibles madres de su hipotético hijo. Asi que, con la intervención decisiva de un vecino voluntarioso que le anima a iniciar la búsqueda, emprende un viaje para visitar a sus antiguas amantes y esclarecer la sorpresiva noticia. Y la película es el viaje. Etapas sucesivas donde se reencuentra con cada uno de sus antiguos amores y se producen distintas situaciones que dan el juego suficiente para que la película avance con soltura.
Bill Murray hace el mismo papel de cincuentón de vuelta de todo que tenía en "Lost in traslation". No me gusta su interpretación, bastante neutra: será porque lo asoció a la sobreactuación de la mayoría de sus comedias y no me lo creo cuando se pone un poco más serio. De hecho lo único que hace es adoptar una postura hierática e inexpresiva y dejarse llevar por los acontecimientos. O quizá sea el tono lánguido, tranquilo, de las películas de Jarmusch. Esa música cálida. Fantástica.
Bill Murray hace el mismo papel de cincuentón de vuelta de todo que tenía en "Lost in traslation". No me gusta su interpretación, bastante neutra: será porque lo asoció a la sobreactuación de la mayoría de sus comedias y no me lo creo cuando se pone un poco más serio. De hecho lo único que hace es adoptar una postura hierática e inexpresiva y dejarse llevar por los acontecimientos. O quizá sea el tono lánguido, tranquilo, de las películas de Jarmusch. Esa música cálida. Fantástica.
domingo, octubre 01, 2006
"Hannibal", de Ridley Scott
Lecter. ¿Por qué un personaje entrado en años, regordete y calvo, alberga dentro al asesino más peligroso de todos los tiempos? ¿Por su mirada profunda? ¿Por su inteligencia extraordinaria?. Las víctimas de Aníbal suelen ser escogidas entre los pedantes tontos, los ignorantes desvergonzados que ofenden su nivel superlativo de refinamiento y sabiduría. De este modo, se convierte en una especie de ángel exterminador de la estupidez. Ángel caído que señala a cualquiera de nosotros. Lecter da miedo porque es el más listo de todos. O porque los ojos de Anthony Hopkins producen una mirada heladora. Clarissss. Aníbal el caníbal ya es un icono mítico (en "Clerk II" hay una baile de homenaje al del criminal Buffalo Bill que no tiene desperdicio).
El ciclo de novelas de Thomas Harris alrededor de Aníbal Lecter se inicia con "El dragón rojo", continúa con "El silencio de los inocentes" y culmina con "Hannibal". Al parecer esta preparando una cuarta novela centrada en la juventud del celebérrimo doctor llamada "Tras la máscara" (no encontraré quien apueste a que los derechos para el cine no están ya vendidos). Todas ellas han tenido su correspondiente réplica cinematográfica. Sin duda la segunda novela, que produjo la primera película, "El silencio de los corderos" dirigida por Jonathan Demme, es la más conocida. Arrasó en los Oscar del año 1991 y dio lugar a una revisión del genero negro, empezando a surgir múltiples películas protagonizadas por serial killers que traían de cabeza a policías de personalidad oscura y atormentada.
"Hannibal" es bastante fiel a la novela y esta muy bien hecha por el maestro Scott, que no ahorra al recrear las imágenes más escabrosas de la trama. Contiene en su parte final la que, probablemente, sea la escena más repulsiva del cine de gran público. Pero es que la receta de cocina es así.
El ciclo de novelas de Thomas Harris alrededor de Aníbal Lecter se inicia con "El dragón rojo", continúa con "El silencio de los inocentes" y culmina con "Hannibal". Al parecer esta preparando una cuarta novela centrada en la juventud del celebérrimo doctor llamada "Tras la máscara" (no encontraré quien apueste a que los derechos para el cine no están ya vendidos). Todas ellas han tenido su correspondiente réplica cinematográfica. Sin duda la segunda novela, que produjo la primera película, "El silencio de los corderos" dirigida por Jonathan Demme, es la más conocida. Arrasó en los Oscar del año 1991 y dio lugar a una revisión del genero negro, empezando a surgir múltiples películas protagonizadas por serial killers que traían de cabeza a policías de personalidad oscura y atormentada.
"Hannibal" es bastante fiel a la novela y esta muy bien hecha por el maestro Scott, que no ahorra al recrear las imágenes más escabrosas de la trama. Contiene en su parte final la que, probablemente, sea la escena más repulsiva del cine de gran público. Pero es que la receta de cocina es así.