La estética de la película es muy parecida a "Terciopelo azul" o "Corazón salvaje" (luces de neón, prostitutas con peluca, macarrillas horteras, coches descapotables, moteles de carretera, el desierto, colores fuertes y buenas bandas sonoras), si bien esta tiene un argumento infinitamente más complicado. Onírica, sensual, a ratos violenta. La misma mujer que es dos mujeres distintas y dos hombres diferentes que no sabes si son el mismo, cuyas vidas se entrecruzan manipuladas por un demiurgo diabólico. A la hora de película se dispara la tensión pero llegado el final ya has renunciado a encajar las piezas. Esta escrita por Barry Gifford que, además de "Corazón salvaje", es el guionista de "Perdita Durango", y que en esta historia no ha respetado el espacio y el tiempo ni ayuda de ningún modo al espectador a entender la trama, asi que solo te puedes quedar con la imagen en tu retina.
Asi es el arte moderno, te gusta o no te gusta, pero no trates de entederlo.