lunes, febrero 16, 2015

"El gran hotel Budapest", de Wes Anderson

Con el fundido a negro del último fotograma de la película, aparece una frase que concede la inspiración del guión a los escritos de Stefan Zweig, figura protagonista del panorama literario europeo en el periodo de entreguerras. Y, más que inspiración, el propio escritor vienés será el narrador de este nostálgico cuento crepuscular localizado en la parte oriental de Europa: austrohúngaro, en palabras de Berlanga. Tom Wilkinson encarnará a Zweig, pero se presenta como el autor en mudanza, quizás en la última etapa de su exilio, en la ciudad brasileña de Petrópolis, donde el austriaco de ascendencia judía había recalado tras abandonar su patria, escapando del ascenso del nazismo: ese periplo de huida y de angustia, de no sentirse seguro en ninguna parte, concluiría con el suicidio del escritor y de su esposa. El Stefan Zweig maduro de Wilkinson deja paso al joven Zweig de Jude Law, alojado en el gran hotel Budapest, lugar donde se entrevista con un anciano millonario, el señor Moustafa (F. Murray Abraham), propietario del ya decadente establecimiento hotelero, que relata antiguas peripecias, los días en que era el botones Zero (Tony Revolori) y conoció a la figura que cambiaría su vida, el atildado conserje monsieur Gustave (Ralph Fiennes), auténtico eje de la trama: estructura de muñecas rusas: los recuerdos son ajenos y el relato se embellece y se aleja de la verdad en cada transición. Y para cada línea temporal, un ancho de fotograma distinto.
Aunque sea el nombre de Stefan Zweig el que se coloque en el telón, se podría pensar que una referencia segura para la trama y la estética del filme serían los tebeos de Tintín escritos y dibujados por el belga Hergé. Se cambia la república de Zubrowka por el reino de Syldavia, se invita a Bianca Castafiore a actuar en el salón principal, al conserje y al botones se les cambia la profesión (y el carácter) por los de capitán de barco y periodista y se completa la comparación con la estética de los villanos (fantástico el que interpreta Willem Dafoe, aunque esa pinta tiene mucho que ver, más bien, con el expresionismo alemán), la ambientación de los escenarios cuidados hasta el último detalle, el paisaje montañés... Cine de línea clara, muy colorido, recargado y barroco, marca de autor para Wes Anderson, que se lo pasa en grande jugando con sus personajes, siluetas recortables que se mueven por enormes casas de muñecas, por lo general sobreactuados (Gene Hackman en "Los Tenenbaums", Jason Schwartzman en "Academia Rushmore", o el mismo Schwartzman junto a Owen Wilson y Adrian Brody en "Viaje a Darjeeling" y, claro, todos los muñecos de "Fantastic Mr. Fox") para remarcar la condición de relato imaginado, simulación de la realidad pero completamente ajeno a ella.
Con un reparto cuajado de actores conocidos, muchos de ellos habituales en la filmografía de Anderson, crea el director esta cinta, la más exitosa de todas, la última de una carrera caracterizada por la minuciosa construcción de microcosmos que se han ido ensanchando hasta llegar a "El gran hotel Budapest", donde el ámbito del lujoso alojamiento se queda pequeño y se da entrada a un intento de perspectiva de época, la de los años previos a la Segunda Guerra Mundial, tiempos que traerán consigo el final definitivo de la vieja Europa, aquella del monóculo y el mostacho, del palacio y la carroza: la extinción de la nobleza elitista y privilegiada a la que ni el capitalismo, ni, sobre todo, el comunismo, van a garantizarle la salvaguardia secular del linaje: sólo cuenta la fortuna. La del banco, por supuesto.

26 comentarios:

  1. Pues nada, otra con la que me rendía antes de la mitad de la película. Me habré quedado en la superficie otra vez. La dejo en el cajón de "Amelie"...

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  2. No mentiré: me gustó, es entretenida, lo pasé bien con "El gran hotel Budapest". Cumple lo suyo, supongo.
    Pero, a decir verdad, no logro comulgar con el pequeño Wes y su artificioso estilo, que a estas alturas es más una copia de sus mejores tiempos y pelis, cuando Owen Wilson le co-escribía el guión -hasta los Tenenbaums, la mejor de todas, sobre todo porque, a diferencia de esta última, tiene honesta emoción-, que una verdadera puesta en escena cuyas imágenes exuden emociones de verdad profundas y complejas.
    "El gran hotel Budapest" es el resultado, decente y todo, que se puede esperar del pequeño Wes de hoy: en el fondo -o en la superficie, lo mismo-, la misma correcta película.
    Saludos.

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    1. Estoy de acuerdo con lo que escribes. A mí también me gustó más "Los Tenenbaums" o "Academia Rushmore". "El gran hotel Budapest" me parece más superficial y por supuesto dirigida a un público más amplio, lo que explica en gran medida su éxito. Sí que me ha gustado mucho esa parte de homenaje al escritor Stefan Zweig y el telón de fondo histórico.

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  3. ... Te diré una cosa curiosa, El gran hotel Budapest a mí me dejó una sensación de tristeza, melancolía y extrañamiento que no me hizo disfrutar la película. Supongo que tuvo más que ver con cómo estaba yo. En un tiempo volveré a verla. O quizá me afectó más el espíritu de Stefan Zweig... que no es precisamente alegre.

    Besos
    Hildy

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    1. Pues sí que es un efecto curioso, aunque creo que bajo una fachada slapstick sí que existe ese mensaje nostálgico y, por supuesto, el homenaje a Zweig, desde la primera escena hasta la estatua del mismo que cierra el metraje.

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  4. Película irregular por lo cargante del mundo de Wes Anderson, alguno ha comentado lo de soportar hasta la mitad de la cinta y lo suscribo. Pero ojo es algo que suele pasar con sus películas. En su haber, un estilo inconfundible y personal. También me gustó más Rushmore.
    Saludos.
    ¡Ah! Y muy bien visto lo de Tintín.

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    1. Más que cargante opino que es recargado. Las películas de Wes Anderson son muy reconocibles y como no te guste ese estilo, vas mal con este cineasta. Pero a mí me ha dejado maravillado en más de una de sus escenas, no en el caso de "El gran hotel Budapest", la verdad, en otras anteriores.

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  5. Como dices, el director se lo pasa de lo lindo jugando con los personajes, pues igual yo contemplándolos.

    Me gustó, la disfruté mucho, tanto como con el juego mencionado: el despropósito de sus historias entremezcladas, como con la nostalgia que destilaba en ellas. Me gusta esa mezcla vital y disparatada, qué le voy a hacer. Siempre me sucede con este director.

    Saludos!

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    1. Si se entra en ese juego se va a disfrutar de su cine. Una de sus más reconocibles señas es que parece que todos sus personajes tienen la misma emotividad, mejor dicho, falta de ella, y cuando la muestran resulta impostada. Pero eso mismo puede infundir una infinita tristeza, una conmiseración con el personaje que es realmente potente.

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  6. A mi me gustó mucho, la verdad. Igual si que peca un poco de esteticista, pero a mí casi siempre me resulta imposible no sumergirme en las películas de este hombre (curiosamente, en la que no me pude sumergir fue en "The life Aquatic"... y perdon por el chiste malo) y dejarme arrastrar por esa sentido del humor de regusto nostálgico y esos personajes disfuncionales. No creo que se lleve ningún premio de los gordos, se los darán a la sobrevalorada "Birdman", pero desde luego que me alegro del triunfo en taquilla de esta película.
    Si te apetece leer, en su día escribí sobre ella.
    http://lagatacongafas.blogspot.com.es/2014/03/una-estancia-de-lujo_25.html
    Saludos

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    1. "The life Aquatic" es de las que falta por ver de este director. De hecho es un director que cuando veo los carteles de sus películas me suele echar para atrás. Me pasó con "El viaje a Darjeeling", en principio pasaba totalmente de verla, pero un día vi el DVD en la biblioteca, me puse a ella y la verdad es que me gustó, sobre todo por su color, una auténtica borrachera de exotismo. No, color no se puede decir que le falte a los fotogramas de este tipo.

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  7. Participo de todos los comentarios. Me reconozco paradójicamente en cada uno de ellos. Visualmente muy atractiva, pero ¿las películas de este hombre aguantan un segundo visionado? Me temo que no. Son muy disfrutables en su brevedad de dos horas, mas creo que se agotan en sí mismas. Aun así, me quedo con la primera impresión del filme, lo que le hace destacar en la producción del 2014. Saludos.

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    1. El segundo visionado de una película cualquiera requería una entrada genérica completa. En mi caso, no suele suceder, no soy de "bañarme dos veces en el mismo río": hay tanto que ver. Pero en el caso de Wes Anderson sí que hay alguna película que vi hace mucho y que me gustaría revisar. No hay prisa, en todo caso.

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  8. Mr. Licantropunk, esta aun no la he visto y la verdad es que prefiero esperar, vi: The Royal Tenenbaums, The Life Aquatic, me gustaron y recientemente: The Darjeeling Limited, y fue con esa ultima pelicula, en donde no disfrute mucho de la obra de Anderson, lamentablemente y humildemente me parecio que se repetia, asi que por el momento esperare para ver: The Grand Budapest Hotel. Cordiales saludos.

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    1. Parece que Wes Anderson se empieza a parecer demasiado a Wes Anderson, sí. Su estética sorprendente, su dirección de actores que son conducidos hacia lo extravagante, ya no epata tanto.

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  9. Me gustó mucho, pero me gusta el exceso de Wes Anderson. Si peca de esteticista, de barroca, de exagerada es porque la película lo requiere. No todo va a ser minimalismo en la vida. El viaje a Darjeeling me parece colosal y creo que este hotel tampoco le va a la zaga. También escribí sobre ella cuando la vi. Si quieres echarle un ojo: http://oharabiafelix.blogspot.com.es/2014/03/el-gran-hotel-budapest.html

    Un saludo

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    1. De "El viaje a Darjeeling" me gustó su colorido, esa representación exótica de la India, y la trama tampoco estaba mal, parecía una continuación de "Los Tenembaums", con Anjelica Huston aún como la madre de los tres hermanos (que eran otros, ya), pero sin el gran Gene Hackman, que era de lo mejor de aquella cinta.

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  10. Muy cierto. Yo también pensé en Tintín y sus imaginarios países centroeuropeos y también en el Bobby Peru de "Wild Heart" con el papel de Willem Dafoe. Me gustó mucho esa película y también su tratamiento visual aunque algunos lo calificaron de "artificioso".
    Saludos! Borgo.

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    1. Muy buena la referencia de aquel personaje de Bobby Peru, no la recordaba y es certera. Así quedaría Willem Dafoe entre este malo, aquel, el de "Calles de fuego" de Walter Hill o incluso su Max Schreck de "La sombra del vampiro" de Elias Merhige. Sí, Dafoe tiene unos malos realmente buenos.

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  11. Es verdad que es uno de esos directores con un estilo tan presonal que o lo odias o te encanta. A mí me gusta mucho, siempre agradezco las cosas que se salen de la norma por cualquier motivo, son refrescantes. Hace poco vi Moonrise Kingdom y me pareció deliciosa.
    Saludos.

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    1. "Moonrise Kingdom" no la he visto así que si tú la recomiendas no quedara otra que verla.

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  12. Estéticamente me parece su película mas conseguida. Fascinante en realidad toda la locura que se da en ella y esa atmósfera que consigue parecerse a un cuento oscuro surgido de la mente de un niño de 50 años con mala leche encubierta.

    Si este director y Burton se fusionaran en uno. Tendríamos un delirio absoluto que traspasaría cualquier barrera. En fin, una película genial donde todos parecen pasárselo bien y dan rienda a la comicidad que surge del absurdo en un ambiente de colores imposibles. Genial sin duda. Cuidate

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    1. Es muy curioso cómo ha utilizado maquetas y miniaturas para realizar algunas escenas, enfatizando aún más esa condición de juego antiguo de recortables, de casas de muñecas, de soldados de plomo. La impresión de nostalgia hacia otras épocas que produce esta cinta es fortísima: nostalgia no hacia lo vivido, que sería imposible, sino a ciertos juegos que tuvimos en la infancia (quién duda que fueron vividos también), atlas históricos y vetustos libros ilustrados, y por supuesto los tebeos de Tintín. Supongo que al que tenga ese poso la película le avivará emociones que a otros le será imposible. ¿Con Tim Burton? Bueno, espero que fuera el Tim Burton de hace diez o más años, ay. Cuídate tú también.

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  13. Me encantó. Me resistía a Wenders, me parecía demasiado descocado.. Pero de repente su descoque comenzó a colar sus dosis de melancolía. Y entre la risa y y el estremecimiento me convence. UN abrazo.

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    1. Wenders, gran cineasta. Pero también nos gusta Wes Anderson, ¿no?, ja, ja,

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