jueves, diciembre 11, 2014

"Relatos salvajes", de Damián Szifrón

Cuéntame un cuento. Mejor, cuéntame seis: "Pasternak", "Las ratas", "El más fuerte", "Bombita", "La propuesta" y "Hasta que la muerte nos separe". Seis, seis cortometrajes por el precio de un largo, un festival de relatos cinematográficos de autor. En Argentina ha arrasado, allí, en la meca de las agencias publicitarias: comerciales de medio minuto capaces de condensar tramas de rápido ingenio que hacen lamentar que el programa televisivo continúe su emisión. En Argentina se desarrollan estas historias, con el dedo puesto sobre Buenos Aires, ciudad que, por lo visto en la proyección, debe estar bastante cabreada, muestra avanzada de muchas otras urbes colmadas de habitantes que están a punto de explotar de ascopena. Y de rabia.

Películas ómnibus, un género promiscuo en el que abundan los ejemplos. Al igual que en "Relatos salvajes", puede ser un director para todo ("Night on Earth" de Jim Jarmusch, "Creepshow" de Georges A. Romero, incluso películas episódicas que confluyen de algún modo como "Vidas cruzadas" de Robert Altman, "Crash" de Paul Haggis, "Babel" de Alejandro González Iñárritu, "Grand Canyon" de Lawrence Kasdan) o un responsable de la firma de cada capítulo ("En los límites de la realidad" de Landis-Spielberg-Dante-Miller o "Historias de Nueva York" de Scorsese-Coppola-Allen), una autoría compartida que produce resultados más irregulares, a mi entender: mezcla de churras (o churros) y merinas. Pero pongamos un caso singular reciente que sirva de recomendación. Bueno, que sean dos (o tres), uno para el celuloide, la película "Gente en sitios" de Juan Cavestany, donde el corto pasa a ser micro, pasajes descolocadores que sitúan la mente del espectador en terrenos que no suele frecuentar, y otro para el papel, los libros de relatos "Como una historia de terror" o "Bajo el influjo del cometa" del escritor Jon Bilbao: lo cotidiano rebelándose contra su mediocre condición.

A su vez recomendar esta película de Damián Szifrón (triunfo de boca-oreja) que logra un excelente resultado apuntando hacia una línea virtuosa de violencia engendrada por la venganza. Virtuosa en lo cinematográfico, se entiende. Aunque tampoco es que sea un dechado de originalidad: más de un déjà vu escondido tras los fotogramas. El director incluso no duda en empuñar, en alguno de sus cuentos, el conocido rifle de Chejov. Se atribuye a a Antón Chéjov, cuentista por antonomasia, la siguiente sentencia: Si en el primer acto tienes un rifle colgado de la pared, entonces en el segundo o en el tercer acto debe ser disparado. Si no, no lo pongas ahí. Szifrón toma buena nota de esta ley del relato corto, un formato que funciona sin necesidad de subtramas y en la que todo lo que aparece tiene su importancia y acarrea consecuencias: consecuencias catastróficas: apunta y después dispara.
¿A quién no le gustan los cortometrajes? El cine en los tiempos del puñetero tweet. Lo bueno si breve... Pues no, si es bueno y extenso, mejor que mejor. ¿O no?


20 comentarios:

  1. Mr. Licantropunk, aun no la vi, y es cierto, es un film que tuvo su grado de exito, bien por el director. Me encanto lo del "puñetero tweet", celebro la frase y me uno a ella: puñetero tweet. Cordiales saludos.

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    1. El tweet se ha convertido en la forma de expresión fundamental de las masas: aterrador

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  2. la eficacia de los 6 relatos, que no caen casi de nivel, hace que el todo sea tan placentero...

    Buenos Aires es así de desmedida, pero no tan cabreada como parece ja... o en verdad sí.... salu2...

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    1. No tengo la suerte de conocer la ciudad, ¡ojalá algún día! Pero como digo en la entrada lo que se relata allí de modo tan salvaje es transportable a mil y uno lugares distintos del mundo.

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  3. Yo la vi como una recopilación de gags con más o menos gracia, con uno tan brillante como la propuesta y otros más facilones y complacientes...
    La cosa daba para más ¿no crees?

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    1. Sí, así es. Me pareció un compendio de cortometrajes con una línea común, en esencia por pertenecer todos al mismo director, pero la película cumple, no cabe duda y entiendo perfectamente el éxito que ha tenido. En cuanto a "La propuesta" a mí no me gustó demasiado, supongo que porque hace no mucho vi la película "Tres monos" de Nuri Bilge Ceylan cuyo punto de partida es, exactamente, la misma propuesta. Sí, mucho deja vú cinematográfico en esos "Relatos salvajes"

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  4. Algo desigual, pero el resultado global es bueno. Pronto me explicaré mejor.
    Saludos.

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  5. El relato cinematográfico que me resultó más atractivo fue el penúltimo, LA PROPUESTA. El más agresivo e impactante, por muchos motivos. Curiosamente es el que menos risas provocaba..., aunque las risas de algunos de los otros episodios te dejara con el pensamiento: Pero ¡qué fuerte!... de lo que me estoy riendo... Eso es lo que tiene el humor negro.

    Besos
    Hildy

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    1. Pues como ya le he contestado a León, "La propuesta" me trajo la comparación con "Tres monos" del director Nuri Bilge Ceylan, ese al que en los últimos tiempos le he dedicado tanta entrada. A mí el que más me sorprendió sería el último, el de la boda.

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  6. La gente está como looooooooooooooooca. Necesita expresar su violencia en el cuerpo del otro. Szifrón lo vivió en carne propia en retrógrados programas de televisión cuyos conductores se aberraban ante las apreciaciones políticas que esgrimía. Todas nuestras violencias particulares están, en cierto modo, adentro de estos cortos. Un abrazo.

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    1. No creo que esta película, como he leído en alguna parte, sirva de tesis psicológica sobre el comportamiento de las masas, de las neurosis del hombre moderno. Ganas de cargarse al vecino ha habido siempre.

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  7. Disfruté de la película. Y de algunas historias más que de otras, normal por otro lado, era un artefacto visual encaminado a buscar la empatía del espectador y vivedios que lo consigue aunque algunas veces eche mano de alguna que otra trampa.

    En cualquier caso no deja indiferente y ya es de agradecer.

    Aunque estoy con usted, me gustan más los largos recorridos y si es extenso y bueno, pues mucho mejor. Por mucho que "lo actual" pregone la brevedad y esa excusa de la prisa.

    Saludos!

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    1. Al final la conclusión es que esté bien hecho. Como digo en la entrada, los cortometrajes bien realizados son un estupendo vehículo cinematográfico. La pena es que los cortos no suelen llegar a las salas comerciales, se quedan dando eternas vueltas por los festivales. Esta película demuestra que una agrupación de una colección selecta de ellos puede triunfar aunque el público deba pasar por taquilla.

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  8. Un gran película. No sólo sucede en Buenos Aires, el episodio de los conductores de autos con ira descontrolada pasa en otro lado.
    Y tiene algo de Cuentos de la cripta. No está mal que no sea original, lo interesante es que hay una intertextualidad.

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    1. Bueno, menciono Buenos Aires porque me parece que el director centra allí la mayoría de ellos, pero por supuesto que "El más fuerte" no trascurre en esa ciudad, si bien ese corto presenta cierto conflicto urbano-rural, ¿no? Y si con intertextualidad se refiere a usted a la línea argumental común que está en el fondo de todos los relatos, pues entonces no me queda otra que darle la razón: también opino que es el secreto de su éxito.

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  9. Ésta acabo de verla. Como he leído en algún comentario, también me ha parecido bastante irregular. El mejor relato, el del avión, sin duda y a mí personalmente me han encantado los más sangrientos y violentos. El del restaurante es puro cómic y el de los dos conductores es estupendo (soy tarantiniana, qué le voy a hacer). Darín, un genio haga lo que haga.
    Besos.

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    1. Bueno, al final, aunque haya un hilo común, resulta ser una selección ecléctica. A Darín se le acusa de hacer de Darín en todas sus películas, una opinión que yo no comparto. En cualquier caso lo que se puede destacar en él es que, desde el cascarón del hombre corriente, hace que sus personajes abandonen cualquier mediocridad.

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  10. Humor negro, pero demasiado negro para mi gusto. Desagradable a veces. Este no es el de los hermanos Coen... Aun así, buenos momentos en el de la propuesta, el del avión y, para mí el mejor, el de los coches, con aroma spielbergiano. El peor, lo siento, el de la boda: lento, previsible...

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